A
l comenzar mis palabras quiero, en primer lugar, transmitir mi saludo y bienvenida a los participantes en esta cincuenta y siete Asamblea General de IATA, junto con mis mejores deseos para el desarrollo de sus sesiones.
La posibilidad de volar, y lo que ello supone para el conocimiento de nuevas tierras y nuevas gentes, ha estado enraizada en el hombre desde sus principios, ha alimentado sueños y ha marcado proezas y descubrimientos.
Es quizá el transporte aéreo la actividad que más se acerca a este ideal, la que ha hecho este mundo más pequeño y la que sirve de vínculo de unión entre los pueblos, incluso los más lejanos, de nuestro planeta.
La actual actividad de las compañías aéreas, que mueven más de mil seiscientos millones de pasajeros al año, y son, sin duda, la vanguardia tecnológica de un mundo en cambio, es producto de una larga evolución y un constante crecimiento y, a la vez, testimonio del esfuerzo de muchos hombres que, ante todo, se han apasionado por el mundo de la aviación.
IATA ha estado en la vanguardia de este proyecto desde hace más de ochenta años, y es una de las asociaciones mundiales más conocidas y de mayor calado.
Tal y como glosa uno de sus credos, "hay pocas actividades humanas tan complicadas como el transporte de bienes, hombres e ideas de forma regular por el aire. Pocas han tenido tanto impacto en el mundo por su ámbito internacional. Pocas se han expandido tan rápidamente y han tenido que enfrentarse a la necesidad de realizar importantes cambios en leyes, hábitos y modos de pensar, con el fin de hacer posible el servicio que ofrecen".
"Al mismo tiempo, no hay industria en el mundo tan completamente dependiente de la comprensión, cooperación y entendimiento internacionales para su correcto funcionamiento".
Estas palabras fueron dichas hace más de 50 años por altos directivos de esta institución, pero son tan válidas hoy como entonces.
Hoy día, la aviación comercial se encuentra inmersa en una revolución, que cambiará en profundidad la forma de entender su negocio e influirá en un nuevo planteamiento de las relaciones comerciales.
La globalización, ese concepto tan actual, está íntimamente imbricado en el sector del transporte aéreo y buena muestra de ello son las grandes alianzas entre compañías aéreas. El carácter plurinacional de estas alianzas es, en buena medida, responsable de esta nueva revolución, que conlleva la modificación de conceptos nacionales por otros multilaterales.
No sería posible esta nueva era sin el empleo masivo de nuevas tecnologías, sobre todo de las relacionadas con el comercio electrónico y la mejora en las telecomunicaciones, que han llevado a un aumento de la demanda de viajes aéreos y han mejorado la calidad de sus servicios, y su seguridad, que sigue siendo preocupación principal de las compañías áreas, los fabricantes aeronáuticos y las autoridades competentes.
Suscita particular interés el desarrollo de nuevos conceptos de aeronaves, desde las gigantes para quinientas o seiscientas personas, hasta las de transportes rápidos, así como las posibilidades tecnológicas incorporadas a estos aviones, como la de mantener el contacto telefónico o vía Internet durante el vuelo, o los nuevos sistemas de navegación por satélite, que permiten rutas más directas y por lugares más remotos. La industria del transporte aéreo y las autoridades han mostrado su disposición a mejorar técnica y operativamente sus medios de producción, reduciendo los niveles de emisiones y contaminación acústica, poniendo con ello de manifiesto su preocupación por el impacto medioambiental de su actividad, acorde con la sensibilidad que nuestra sociedad tiene hacia este tema.
Cada uno de estos avances impulsa una renovación presidida por los principios que desde siempre han guiado su trayectoria colectiva: iniciativa, calidad, servicio y experiencia.
Les deseo que esta Conferencia promueva, a través de sus trabajos, estos valores y sus consecuencias, y contribuya a consolidar con ellos el bien ganado prestigio de su Asociación.
Declaro inaugurada la cincuenta y siete Asamblea Anual de IATA.