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Palabras de Su Alteza Real la Infanta Doña Cristina en la inauguración de la nueva sede del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB)

Madrid(Universidad Complutense), 26.01.2004

Q

uiero ante todo expresar mi especial satisfacción al presidir la inauguración de la nueva sede de este centro, tan significativo en el panorama de nuestra investigación, considerada como factor imprescindible y esencial del progreso de España, de la prosperidad y calidad de vida de sus ciudadanos, y de la imagen de nuestro país en el ámbito de la comunidad científica mundial.

Este acto nos invita a rendir homenaje a quienes iniciaron la lograda trayectoria de este instituto, entre los que destacan por derecho propio don Santiago Ramón y Cajal, cuyo pensamiento ha inspirado en tantos sentidos la historia del Centro de Investigaciones Biológicas, y su discípulo don Gregorio Marañón, que con tanto acierto impulsó su fundación, para dar a nuestra investigación biomédica un peso específico y una proyección pública, bajo la égida del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Y, con ellos, los cientos de investigadores, muchos de ellos figuras señeras en su especialidad, que han dado vida a los laboratorios y bibliotecas del viejo edificio de la calle Velázquez, con una dedicación que exige no sólo energía, sino también inteligencia y acierto.

La trayectoria del CIB como sigla relevante de nuestro panorama científico, se materializa en tres aspectos principales. La formación de investigadores destacados, muchos de los cuales trabajan hoy como científicos acreditados en España y fuera de nuestro país. La concentración de recursos técnicos y bibliográficos, decisiva en muchos momentos para la implantación de nuevas estrategias de investigación. Y la capacidad de alumbrar nuevos centros de investigación, que ampliaron notablemente nuestras posibilidades científicas en el campo de la Biología Experimental.

El eco de la labor de este centro es un motivo de orgullo para quienes lo forjaron. Pero los éxitos pasados no agotan el ser de este instituto, que desde sus orígenes y en el presente, consiste sobre todo en un proyecto de futuro.

Al inaugurar sus nuevas instalaciones, que abren un nuevo capítulo de su vida, acorde con las necesidades actuales, volvemos de nuevo a Cajal, a su pensamiento y compromiso, que siguen teniendo vigencia como hoja de ruta de la etapa que esta institución hoy comienza.

La independencia de los investigadores del CIB es la herramienta fundamental de su creatividad, que, traducida en trabajo perseverante, garantiza el auténtico avance de la ciencia. No sólo del trabajo en equipo, fundamental para el éxito de las tareas científicas en el momento presente, sino también de las vocaciones individuales, capaces de formular hipótesis creativas, y desarrollar estrategias experimentales inteligentes.

La dedicación a la ciencia y la tecnología sigue siendo también la expresión de un compromiso con la sociedad y el país que la sostiene. Anticipando un nuevo horizonte, del que fue a la vez profeta y protagonista, Cajal describió la tarea del investigador como un compromiso patriótico, que se manifiesta hoy entre nosotros en la convicción activa de nuestros científicos de estar trabajando por un futuro mejor para España y también para todo el mundo.

Recordamos una vez más que los hallazgos científicos van dirigidos a la sociedad y reclaman su reconocimiento, que para ser fundado debe basarse en una información cada vez mejor de lo que sucede en los centros investigadores, y de la trascendencia de sus resultados para el bienestar de la comunidad. Se trata de un dialogo continuo y mutuamente provechoso, en el que se cifra la gloria del científico como agente del progreso humano, apoyado y animado por la sociedad de la que procede y a la que sirve.

Celebro compartir con ustedes la satisfacción que supone la apertura de este centro renovado, y manifestar con mi presencia el constante apoyo de la Corona a la promoción de la ciencia y la tecnología.

La dotación de sus infraestructuras y equipos, su ubicación en un espacio tan genuinamente universitario, su pertenencia al Consejo Superior de Investigaciones Científicas del Ministerio de Ciencia y Tecnología, suponen un conjunto de estímulos especialmente adecuados para que el esfuerzo de sus científicos rinda los mejores resultados para el conjunto de la sociedad española y su porvenir.

Mi enhorabuena muy sincera a quienes han hecho posible esta realidad y a cuantos van a darle vida con su trabajo, junto a mis mejores deseos de éxito para todos en su tarea.

Declaro inaugurada la nueva sede del Centro de Investigaciones Biológicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Itzuli Hitzaldiak atalera
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