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eñor Presidente,
Mucho apreciamos el gesto de amistad que supone el que hayáis aceptado visitar España cuando aún no se ha cumplido el primer año de Vuestro mandato, siendo ésta además Vuestra primera Visita de Estado a un país de la Unión Europea.
Os reitero, junto a la Reina, los Príncipes de Asturias y las autoridades españolas, nuestra muy cordial bienvenida, que hacemos extensiva a Vuestra esposa y a toda Vuestra delegación oficial.
Como ya he tenido hoy la oportunidad de comentaros, conservo un muy grato recuerdo de Vuestra amable acogida y de la amistosa conversación que mantuvimos, con ocasión de nuestro primer encuentro, el pasado mes de junio en Moscú.
Estoy convencido de que, contando con el espíritu de entendimiento que anima a nuestras autoridades, Vuestra Visita de Estado permitirá dar un paso significativo en el fortalecimiento de nuestras relaciones bilaterales.
Rusia y España han sido los puntos fronterizos del eje que Don José Ortega y Gasset llamó "la gran diagonal europea", dos Naciones imprescindibles para poder entender la cultura, la historia, y la identidad europeas.
La distancia geográfica no ha sido obstáculo a nuestro creciente interés de aproximación a lo largo de la Historia, especialmente durante los dos últimos siglos.
Así, por ejemplo, la Constitución española de 1812, cuyo Bicentenario estamos preparando, aportó un rico bagaje intelectual y político adicional a los primeros movimientos liberales rusos.
Unos treinta años más tarde, Míjail Ivánovich Glínka, el compositor que deslumbró a Europa con el color y la profundidad de la gran música nacional rusa, disfrutó aquí de algunos de los más felices años de su vida.
Él, como más tarde Rimsky Kórsakov y tantos otros autores e intelectuales rusos, supieron encontrar múltiples fuentes de inspiración en nuestra cultura por la que muchos profesaron un enorme afecto.
Buena prueba de ello, la tenemos en aquella apasionada frase de Dostoyevsky : "Cuando se acaben los tiempos, y la Humanidad se presente ante el Creador, lo hará con el texto de Cervantes en la mano y - por ese sólo hecho - será perdonada".
Las actuales generaciones de rusos y españoles son depositarias de esa larga trayectoria de afecto, admiración e interés intelectual recíprocos, que hoy se extiende a nuevas áreas y que alimenta nuestros deseos de mayor cooperación.
Señor Presidente,
Desde España seguimos con todo interés el gran desarrollo experimentado por Vuestro país.
Rusia es una gran Nación que se va consolidando como Estado moderno, consciente de la importancia de su relación con Europa, basada en los valores comunes de democracia, libertad y justicia, que compartimos.
España, se congratula de que Vuestro país se haya consolidado como socio de primer orden de la Unión Europea. Y es que, con razón, se ha dicho en reiteradas ocasiones que Europa no está completa sin una estrecha vinculación con Rusia.
La Rusia de nuestros días, al igual que la España de hoy, disponen de la capacidad y voluntad necesarias para afrontar con éxito los desafíos e incertidumbres que a todos nos plantea la actual realidad internacional.
No podremos, sin embargo, solucionar los retos a los que nos enfrentamos sin el liderazgo de Naciones Unidas. Por ello, debemos estrechar la colaboración en el seno de dicha Organización, para fortalecer su papel central en la esfera internacional.
También debemos trabajar juntos para afrontar las incógnitas del Siglo Veintiuno, y unir nuestros esfuerzos más allá del Continente europeo para contribuir conjuntamente, a la paz y a la estabilidad internacionales, para luchar contra la pobreza, conservar el medio ambiente, superar la crisis financiera y dar una respuesta adecuada a las nuevas amenazas globales, como el terrorismo y el cambio climático.
La intensificación de la relación de la Unión Europea con Rusia será una de las prioridades destacadas durante la Presidencia Española de la Unión, en el primer semestre de 2010.
Estamos convencidos de que este interés es recíproco y contamos, por ello, con Vuestra colaboración.
Rusia y España deben seguir colaborando, asimismo, en el seno de Organismos Regionales de vital importancia como la OSCE y el Consejo de Europa, que constituyen un sólido pilar sobre el que se asientan los principios que, como países europeos, compartimos.
Señor Presidente,
Han transcurrido ya más de treinta años del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre nuestras dos Naciones.
Desde entonces nuestros lazos de entendimiento y cooperación se han intensificado y extendido a todos los niveles.
Al echar la vista hacia atrás, constatamos con satisfacción el prolongado y fructífero camino recorrido. A lo largo de estos años, hemos encauzado nuestra amistad en forma de diálogo y de cooperación política, de creciente colaboración económica y cultural, al tiempo que nuestros ciudadanos han aprendido a conocerse más y mejor.
En el plano cultural, España ha estado siempre atenta a la evolución de la rica y variada creación literaria, artística o musical de Rusia, siendo muy populares las traducciones de clásicos rusos al castellano y catalán.
Nos congratula, asimismo, ver cómo crece en Rusia día a día el interés por nuestra cultura y nuestra lengua, contando con la valiosa actividad del Instituto Cervantes en Moscú.
Hace unos meses, en la Cuarta reunión de la Comisión Mixta de Cooperación Económica e Industrial, se puso de relieve el amplio marco de oportunidades existentes para el aumento del comercio y de la inversión entre nuestros países.
Precisamente, en el adecuado aprovechamiento de esas oportunidades, reside uno de los instrumentos para superar los graves problemas derivados de la profunda crisis económica y financiera internacional que atravesamos.
Junto al comercio, que se ha incrementado de forma sustantiva estos últimos años, se abren nuevas oportunidades en sectores como las infraestructuras, las finanzas, las telecomunicaciones, el turismo, la pesca o las fuentes renovables de energía, algunos de los ámbitos en los que España dispone de empresas que ocupan puestos de liderazgo en el mercado internacional.
Cada año aumentan los ciudadanos rusos que eligen España como destino de sus vacaciones, gracias al desarrollo del sector turístico que ambas Partes debemos promover por las evidentes posibilidades económicas y de mayor conocimiento mutuo que encierra.
Al mismo tiempo celebro la constitución del Foro de la Sociedad Civil España-Rusia, que hoy ha mantenido su primera sesión plenaria.
Se trata, sin duda, de un nuevo e interesante marco de encuentro de personalidades de ambos países capaces de enriquecer nuestro diálogo económico, cultural y social bilateral, y cuya labor a favor de las relaciones hispano-rusas, quiero desde ahora alentar y agradecer.
En suma, son muchos los ámbitos de interés común para el desarrollo de nuestras relaciones, como ya hemos tenido ocasión de subrayar junto con nuestros dos Gobiernos.
No sólo los relativos a las relaciones económicas, de seguridad o culturales, sino también aquellos vinculados a las relaciones humanas puesto que, en último término, son las personas el principal valor de nuestros esfuerzos.
De ahí, el especial interés del Encuentro hoy en Madrid de Rectores rusos, españoles e iberoamericanos, destinado a promover una amplia cooperación en el ámbito de la Educación Superior.
Señor Presidente,
Os deseamos una muy feliz estancia en España, en donde estoy convencido encontraréis la misma cálida hospitalidad que siempre hemos recibido en nuestras múltiples visitas a la Federación de Rusia.
Esperamos que Vuestra primera Visita de Estado a España permita impulsar una amistad hispano-rusa cada vez más estrecha.
Con ese anhelo, les invito a brindar conmigo por el bienestar y progreso del pueblo de Rusia, por los lazos de simpatía y admiración que unen a Rusia y a España, y por la ventura personal de Vuestra Excelencia y de Vuestra distinguida esposa, así como de Vuestra delegación.
Muchas gracias.