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uchas gracias a los organizadores del Encuentro Empresarial España-Japón, por su amable invitación para presidir este Acto de clausura de sus trabajos, que se celebra coincidiendo con el inicio de mi segunda Visita de Estado a este gran país amigo.
Doy mi más cordial enhorabuena a cuantos han volcado su mejor esfuerzo en la acertada preparación y eficaz ejecución de esta valiosa iniciativa, que contribuye activamente a estrechar los crecientes lazos entre nuestros dos países.
Los participantes han sabido intercambiar conocimientos, análisis y propuestas.
Por un lado, este Encuentro ha permitido a las empresas de los dos países detectar nuevas oportunidades de colaboración, negocio e inversión.
Por otro lado, ha puesto de relieve las favorables perspectivas de desarrollo de las relaciones económicas y comerciales entre Japón y España.
Japón y España son dos democracias avanzadas, con sólidas economías e intereses en sectores que trascienden con mucho nuestras fronteras respectivas.
Asimismo, ambos países disponen de empresas experimentadas, de las que el mercado global aprecia su amplia solvencia y, en tantas ocasiones, reconocido liderazgo.
Es ya tradicional la admiración de la sociedad española por la eficiencia, capacidad de innovación y competitividad de las empresas japonesas, que han servido de patrón y modelo a tantas empresas españolas.
España ha conseguido crecer durante más de una década por encima de la media de la Unión Europea.
La transformación y modernización vividas en las últimas décadas, la han convertido, en efecto, en una economía dinámica, crecientemente abierta, volcada en la superación de los desafíos de un mundo global y en rápida transformación, como el actual.
En múltiples sectores como la energía, las telecomunicaciones, las finanzas, las infraestructuras o los transportes, las empresas españolas acumulan una valiosa experiencia y prestigio, con un creciente esfuerzo en la formación de su capital humano y en I+D+i.
España es hoy la octava economía del mundo y el séptimo país con mayor stock de inversión directa extranjera recibida.
Por otro lado, las firmas japonesas y españolas cuentan con la especial proyección que les aporta la posición internacional de cada uno de nuestros dos países.
En cuanto a España, es evidente que tanto nuestra activa participación en la Unión Europea, como nuestras estrechas relaciones con todo el continente americano y los países mediterráneos, han fomentado la presencia de nuestras empresas en el exterior.
De ahí, la privilegiada posición geoestratégica que España ofrece como plataforma de negocios hacia el resto de Europa, Latinoamérica y el norte de África.
Todo ello, sin olvidar que el español conforma un idioma de comunicación internacional, también en los ámbitos económico y comercial, hablado por cerca de quinientos millones de personas, cuyo uso experimenta una creciente expansión.
Mucho han progresado nuestras relaciones económicas y comerciales, pero es todavía mucho lo que queda por hacer para situarlas al nivel que corresponde a la segunda y octava economías del mundo.
Dos economías que viven una progresiva interrelación, como lo prueba el hecho de que las marcas japonesas son desde hace mucho tiempo conocidas y apreciadas en España.
A la especial atención que siempre ha despertado la tradicional cultura japonesa, se suma el atractivo que suscita en España la apuesta de Japón por la excelencia y el afán de innovación como pilares de una economía de vanguardia, dinámica y sostenible.
Así lo prueba la reciente concesión del Premio Príncipe de Asturias al Doctor Sumio Iijima, referente mundial en nanotecnología.
Por su parte, los japoneses se van familiarizando con la calidad de los productos españoles y con la probada capacidad de las principales empresas españolas para ofrecer soluciones adaptadas a las necesidades de cada país.
Es evidente que todo ello debe fomentar una mayor cooperación entre empresarios japoneses y españoles, sobre la base de la mutua simpatía y admiración que une a nuestros pueblos.
Una cooperación siempre positiva, toda vez que la puesta en común de esfuerzos, permite sentar las bases de empresas mixtas, descubrir oportunidades de inversión, y multiplicar posibilidades de colaboración.
En esa labor deseo agradecer el papel que nuestros empresarios desempeñan y pueden desempeñar aún en mayor medida.
España ha apostado por Japón como socio fundamental, elaborando un Plan Integral de Desarrollo de Mercado para este país. Espero que este Plan sirva para potenciar de manera efectiva nuestros vínculos económicos.
Por ello, confío en que la búsqueda de vías de cooperación empresarial entre Japón y España, que este Encuentro promueve, no se limite a esta reunión y siga multiplicándose en el futuro.
En ese afán sepan que cuentan con mi gratitud y pleno apoyo.
Declaro clausurado este Encuentro Empresarial España- Japón.
Muchas gracias.