S
eñor Embajador de los Estados Unidos de América,
Señor Alcalde de Bilbao,
Señor Presidente de la Fundación Consejo España-Estados Unidos,
Señoras y Señores,
Buenos días. Egunon Denori! Permítanme que antes de nada les manifieste la enorme alegría que nos da a la Princesa y a mí venir nuevamente a Bilbao. Cualquier motivo es bueno para hacerlo, pero lo es de una manera especial celebrar la vida y la obra de uno de los más preclaros hijos de esta tierra y, a su vez, uno de nuestros más destacados diplomáticos. Además, el acierto de celebrar este seminario, dedicado a su historia, en el fabuloso Museo Guggenheim, nos ha permitido visitarlo y admirarlo como gran obra y símbolo de Bilbao en su devenir a comienzos del siglo XXI.
Por ello agradecemos a la Fundación Consejo España-Estados Unidos y a la Cámara de Comercio de Bilbao, copatrocinadores de este Seminario, su amable invitación para presidir este Acto de clausura.
Sinceramente, creo que el trabajo de todos los diplomáticos, historiadores y especialistas de otras disciplinas académicas que han participado merecen la gratitud y felicitación de todos. Sus ponencias y reflexiones han permitido ahondar, subrayar y entender mejor, la contribución de un hombre clave en el nacimiento y posterior desarrollo de las intensas relaciones de amistad que ligan a España y a los Estados Unidos de América.
La vida y obra de aquel gran hombre de empresa y de prestigio diplomático, que fuera el primer Embajador de España en Estados Unidos, Don Diego María de Gardoqui, merecían sin duda -y desde hace tiempo- el análisis y la reflexión que las distintas sesiones de este Seminario le han dedicado.
Análisis y reflexión en torno a la valiosa labor de un vasco universal para los que no podía encontrarse mejor marco que el de su querida ciudad natal, que tanto ha hecho por la proyección exterior de los intereses de nuestro país a lo largo de la Historia. Y qué mejor mentor para esta tarea que la Fundación Consejo España-Estados Unidos, una institución que se esfuerza con gran ilusión desde hace años en el fortalecimiento de la amistad hispano-norteamericana.
Una labor fructífera que, en esta ocasión, ha podido recordar la fraternal colaboración entre estadounidenses y españoles en el proceso de gestación de los Estados Unidos de América, de tan fecundo resultado. Recordar esto es una iniciativa que celebro muy especialmente porque en definitiva contribuye a concienciar a nuestras respectivas opiniones públicas acerca de la impronta de España en la historia de los Estados Unidos; y es una manera excelente de conocernos mejor y de compartir la historia como fue, para así compartir mejor el futuro.
Sin ánimo de reincidir demasiado en lo tratado por los expertos ponentes y participantes permítanme subrayar algunos aspectos esenciales:
Sin duda, la alta Misión Diplomática encomendada al Embajador Gardoqui logró materializar el apoyo activo de España al nacimiento de los Estados Unidos de América.
España, que había entendido que la Declaración de 1776 implicaba una transformación de hondo calado, decidió apoyar el surgimiento de aquella gran Nación con múltiples medios, económicos y financieros, militares y humanos. Desde aquel primer momento, insignes personalidades dedicaron por ambas partes muchos esfuerzos para establecer nexos bilaterales permanentes entre nuestro país y los futuros Estados Unidos.
En dicho contexto, sobresale el talento y el acierto con que actuó el Embajador Gardoqui quién, cumpliendo con las instrucciones recibidas del Rey, supo desempeñar un papel singular al servicio de la amistad hispano-norteamericana, como ha podido estudiar con detalle este Seminario.
Para ello, volcó sus mejores conocimientos del comercio internacional y su dominio de la lengua inglesa, su incansable energía y sus contactos personales, así como los buenos oficios de su empresa vizcaína. Logró canalizar importantes contribuciones financieras y materiales a los padres fundadores de Estados Unidos. Al mismo tiempo, su perspicacia y discreción le permitieron llevar a buen puerto las delicadas misiones de carácter político y diplomático encomendadas.
Fue un hombre también de profunda vinculación familiar y profesional con esta ciudad y con su tierra natal, cuyos intereses también atendió y promovió desde los diversos puestos que pudo ocupar con distintos Gobiernos de la Monarquía.
Y finalmente, cumplida su misión, el Rey quiso destacar su aprecio, pidiéndole que le representara en la solemne toma de posesión del Presidente Washington.
Gardoqui es, por ello, un verdadero exponente de la influencia extraordinaria de muchas personalidades relevantes y distinguidas del País Vasco que han contribuido a conformar la historia, la cultura y la proyección internacional de España a través de los tiempos.
Herri honetako lagun ospetsuak, haien balore eta bertuteak goratu dute Euskadi eta horrekin Espainia osoa. Gure errespetua eta esker ona zor diegu. Balore eta bertute horiek, tradizio hori bera, bizi izan zuen eta berea izan zuen Gardoqui Enbaxadoreak.[Ver nota a pie de página]
Señoras y Señores, al tratar con detenimiento la vida de Don Diego María de Gardoqui, este Seminario pone de relieve el gran arraigo de la amistad y del mutuo respeto que vinculan a España y a los Estados Unidos.
Amistad y respeto hoy acrecentados por tantos lazos y realidades intensas, producto de décadas de estrechos contactos e intercambios políticos, económicos, comerciales, científicos y culturales. Esa realidad actual se ve ampliamente favorecida por un compromiso coincidente con los mismos valores y principios de la libertad y la democracia, y por nuestra común condición de aliados y de socios en innumerables proyectos de carácter bilateral y en organismos o foros multilaterales.
Los grandes flujos migratorios, que han transformado la sociedad norteamericana, con el peso renovado de la minoría hispana, y la creciente importancia de las inversiones de empresas españolas en Estados Unidos son algunas de las razones por las que hoy, ambos países, deben esforzarse aún más, si cabe, por recuperar y poner en valor su pasado histórico compartido y explotar -insisto- las grandes posibilidades de colaboración que se abren para el futuro.
Reitero mi más cordial enhorabuena a la Fundación Consejo España-Estados Unidos y a su contraparte americana, el "U.S. Spain Council", por la importancia y calidad de su trabajo, que conozco bien desde hace muchos años y que cuenta con mi pleno aliento y respaldo.
Gracias también a la Cámara de Comercio de Bilbao, y a todos los participantes. Estoy seguro de que su ejemplo estimulará nuevas iniciativas y proyectos al servicio de la cooperación entre instituciones, empresas y personalidades de Estados Unidos y de España.
A cuantos han contribuido a hacer posible este Seminario, deseo dedicarles, junto a la Princesa, un mensaje de apoyo y estímulo en sus esfuerzos a favor de la creciente amistad entre nuestros dos países. Una tarea para la que cuentan con el ejemplo de la figura de un ilustre vizcaíno y gran Embajador de España, Don Diego de Gardoqui, a la que hoy como Heredero de la Corona quiero rendir un sincero homenaje de admiración, reconocimiento y gratitud.
Con este espíritu de homenaje a su obra, declaro clausurado el Seminario dedicado a Don Diego María de Gardoqui.
Muchas gracias, Eskerrik Asko.
Traducción: "Personalidades de esta tierra, cuyos valores y virtudes han engrandecido al País Vasco y, con él, a toda España y a quienes debemos nuestro mayor respeto y gratitud. A esos mismos valores y virtudes, a esa misma tradición viva, perteneció el Embajador Gardoqui".