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iempre me llena de alegría volver a la Autónoma, a este Campus de Cantoblanco, a mi Alma Mater. Pero hoy me alegro aún más al venir junto a la Princesa para celebrar con todos vosotros la presentación de esta nueva sede del ?Centro de Biología Molecular Severo Ochoa?. Gracias, de verdad, por invitarnos a presidir este acto y por permitirnos ser testigos de otro acontecimiento gozoso para la ciencia en España.
Felicitamos muy cordialmente a todos los profesionales que, con su esfuerzo y dedicación, han hecho posible la proyección, construcción y puesta en marcha de este excelente edificio.
Esta inauguración nos permite, además, expresar nuestra admiración y reconocimiento a los sucesivos directivos e investigadores que han integrado este Centro, así como rendir un homenaje a la memoria y obra del Profesor Severo Ochoa. Recuerdo con especial cariño cómo me trató siempre con profundo afecto, apoyando con su vigor y prestigio la labor de los Jurados en los Premios Príncipe de Asturias, en las muchas ocasiones en las que tuve el privilegio y la suerte de tratarle, de hablar y sobre todo escucharle, como cuando él mismo me guió en mi visita aquí el año 90 cuando yo estaba estudiando mi primer curso en esta Universidad.
Cuando descubrió el medio para sintetizar, por primera vez, el ácido ribonucleico en un tubo de ensayo, y para descifrar posteriormente la clave genética, el Profesor Ochoa no sólo logró un impulso determinante para la Ciencia, que le valdría merecidamente el Premio Nobel, sino también aportó un nuevo e ilusionado estímulo a los investigadores españoles.
El Centro de Biología Molecular, cuya creación supuso un gran acontecimiento para la Ciencia española, nació gracias a su iniciativa, respaldada por la cooperación entre la Universidad Autónoma de Madrid y el Centro Superior de Investigaciones Científicas, en un momento que anticipaba grandes cambios de todo orden para nuestro país. Un Centro que ha contribuido directamente durante los tres últimos decenios, al progreso científico y a la excelente formación de centenares de investigadores en España, al tiempo que se ha convertido en un referente internacional.
Como Heredero de la Corona me llena de orgullo comprobar el gran prestigio y peso específico de que dispone.
El trabajo de este Centro ?Severo Ochoa?, como el de muchos otros Centros conocidos por su calidad, es fruto del esfuerzo de investigadores y científicos, de la colaboración de las Administraciones públicas, pero también requiere, y recibe cada día más, el respaldo de la sociedad. Con ello, ha participado en la extraordinaria modernización de nuestro país, cuyo sistema de ciencia y tecnología ha sabido multiplicar el número y la calidad de sus publicaciones en estos treinta años. Y si bien no estamos todavía al nivel con el que nuestros científicos sueñan y España merece, el avance ha sido mayúsculo.
Un sistema que apuesta por la excelencia en el saber y por la eficacia en su aprovechamiento, para profundizar en las ciencias, para asumir con éxito las cualidades y el talento de nuestros universitarios, y para aprovechar las transformaciones que conlleva la economía basada en el conocimiento. Solo así podemos seguir acercándonos en producción científica al puesto de vanguardia que nos corresponde.
Con este edificio, el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa renueva sus instalaciones y asume con ambición y confianza los retos del futuro. Ahora podrá apoyar mejor y ampliar sus valiosos equipos de investigación en áreas de vanguardia de la biología química, la biomédica o la biotecnología, así como seguir intensificando la conocida altura de su investigación y de sus equipos, al tiempo que continuar atrayendo jóvenes investigadores.
Quiero subrayar el rigor, la exigencia, el esfuerzo y el entusiasmo que distingue a los investigadores y a cuantos conforman el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. Con dichas cualidades han logrado hacer de este Centro uno de los símbolos de la investigación y la Ciencia en España. Junto a ello, quiero expresar nuestra gratitud al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, a la Universidad Autónoma de Madrid y a las instituciones privadas, como la Fundación Ramón Areces y el Banco Santander, cuyo generoso apoyo sirve al buen desarrollo de las actividades de esta Casa
Hoy tenemos, en suma, la alegría de ver materializado el sueño del Profesor Severo Ochoa, de poder contar con un magnífico edificio con instalaciones más que apropiadas para el Centro de Biología Molecular que lleva su nombre. Y junto a todos vosotros participamos de la emoción que sienten todos los que están o han estado vinculados a este magnífico y fructífero proyecto.
Animo a todos los integrantes del Centro a seguir volcando lo mejor de su talento, capacidad científica y conocimientos, al servicio del mayor avance de la Biología Molecular. Una Ciencia cuya rápida expansión resulta esencial para el desarrollo de la Biomedicina y de la Biotecnología, así como para la mejora de la salud y de la calidad de vida de todos.
Permitidme que termine recordando la dedicatoria que Sus Majestades los Reyes escribieron el día de la primera inauguración de este Centro en septiembre de 1975, para deciros que también la Princesa y yo continuamos comprometidos por sus palabras de entonces: ?seguiremos muy de cerca las vicisitudes del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y velaremos por el progreso de la Ciencia y los científicos españoles?.
Muchas gracias.