C
omo Presidente de Honor del Patronato de la Residencia de Estudiantes, me alegra mucho volver a esta casa. Muchas gracias por vuestra invitación que nos permite reunirnos, a la Princesa y a mí, con todos vosotros en esta siempre interesante cita anual.
Un interés que deriva del espíritu y actividad de la Residencia, reflejados en vuestras intervenciones sobre la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas.
Este año conmemoramos el centenario de la Junta con diversas celebraciones. Entre ellas, la atractiva exposición que acabamos de visitar, nos presenta una muestra selecta y sintética de las numerosas áreas que cubrió la labor de la Junta, que en su mayor parte coincidió con el reinado de mi bisabuelo, el Rey Alfonso XIII.
Deseo rendir un especial homenaje de admiración y afecto a aquellos intelectuales y científicos, cuyo amor a España llevó a realizar un ambicioso programa de modernización educativa, científica y cultural, con la aspiración de aportar más prosperidad, igualdad y justicia a nuestra Nación, para situarla junto a los países más avanzados en la escena internacional.
Estimaron que la transformación de la sociedad española debía producirse por medio de la educación y de la ética científica, con la capacidad de la ciencia para fomentar el espíritu crítico, el rigor, y la búsqueda de la verdad.
Es indudable que el cosmopolitismo de la Residencia, no sólo la convirtió en uno de los centros más singulares creados por la Junta, sino que le permitió traer los nuevos aires científicos, humanísticos y artísticos que circulaban en el resto de Europa, contribuyendo decisivamente a la consecución de aquellos objetivos desde el plano cultural.
Como la Directora ha expuesto con razón, en su etapa actual nuestra Residencia ha sabido recuperar aquella tradición con su quehacer cotidiano y sus proyectos de futuro. Así ha venido a confirmarlo el sello de Patrimonio Europeo que la Residencia de Estudiantes ha recibido este año.
Una distinción que nos llena de alegría. Desde ahora, la Residencia tiene el honor de figurar en el catálogo que incluye lugares tan destacados en nuestro Continente como la Acrópolis de Atenas, la Abadía de Cluny o la casa de Robert Schuman. De este modo queda mejor integrada en el patrimonio cultural europeo, fruto del continuo intercambio y del diálogo a lo largo de la Historia, que conforma uno de los elementos fundamentales de nuestra identidad.
Desde mucho antes de Séneca, a quien María Zambrano dedicó un conocido y luminoso estudio, la vida y la cultura de nuestra tierra permanecen indisolublemente entrelazadas con su entorno europeo.
Un entorno que España ha contribuido directamente a conformar, en función de la mayor o menor creatividad en los distintos periodos de nuestra Historia.
Felizmente, España y los españoles, están desde hace más de dos décadas, firmemente comprometidos con la integración europea. Aquellos pioneros de la Institución Libre de Enseñanza y de la Junta para Ampliación de Estudios, que lucharon por la europeización de nuestra Nación, estarían orgullosos de la decisiva aportación de nuestra integración en la Unión Europea al progreso de nuestra sociedad.
En este contexto, la ya citada declaración de la Residencia de Estudiantes como Patrimonio Europeo es, a la vez, un merecido reconocimiento y un estímulo a los objetivos que se le asignaron, tanto en su etapa fundacional como desde su refundación: ser una casa abierta a todas las ideas, que busca la síntesis de conocimientos, por medio de sus veladas científicas, literarias o musicales, en las que establece contacto con las más altas figuras de su tiempo en cualquier ámbito.
En el cumplimiento de estos objetivos, este Patronato sabe que dispone de todo el aliento de la Corona, al que personalmente quiero, junto a la Princesa, añadir la expresión de nuestro firme compromiso.
Mi gratitud a todos los Patronos por vuestro renovado apoyo a esta casa, desde vuestras instituciones respectivas o en vuestra condición de Patronos a título personal. Una colaboración que permite que la Residencia sea, hoy como siempre, un lugar de encuentro para el diálogo entre la ciencia y el arte, entre las distintas generaciones, y entre personas de culturas diferentes, al servicio del conjunto de nuestra sociedad.
Contáis con nuestros mejores deseos de éxito en vuestra labor, así como con nuestro pleno reconocimiento.
Muchas gracias.