M
uy buenos días y gracias por contar nuevamente con nosotros para participar en este Congreso Estatal del Voluntariado.
Estamos muy agradecidos por que nos habéis hecho sentir tan bienvenidos, con vuestras palabras y vuestros gestos llenos de cariño, y nos alegra profundamente que en vuestro peregrinaje por la geografía española, este año, nos hayáis convocado en Asturias, a la que estamos tan profundamente vinculados, para celebrar en Gijón el Día Internacional del Voluntariado y clausurar vuestro Décimo Congreso Estatal.
Vaya por delante nuestra felicitación más efusiva y cariñosa por este Décimo Aniversario. Diez años que confirman la gran expansión y madurez alcanzadas por el voluntariado en España. A todos los presentes y ausentes - que son, o han sido - protagonistas de este desarrollo, de corazón: ¡Enhorabuena!
Queremos asimismo felicitar de manera particular a los galardonados en esta primera edición de los Premios Estatales al Voluntariado Social cuyos méritos y trayectorias nos sirven como referencia y acicate para el desarrollo de actividades solidarias al servicio de los demás.
Son diez ediciones en las que de manera sostenida, convencida y entusiasta he querido ? desde sus inicios y más recientemente junto a la Princesa ? acudir a vuestra reunión anual, a este Congreso Estatal, para expresaros nuestro pleno respaldo y contribuir a promover con todos vosotros esos grandes valores de la solidaridad que, con tanta generosidad como entrega, habéis sabido hacer vuestros y compartir cada día con un mayor número de personas, dentro y fuera de España.
Desde entonces, he sido testigo personal de cómo el incipiente movimiento de participación social ciudadana, auspiciado por la Ley del Voluntariado y por el Primer Plan Estatal del Voluntariado, ha ido evolucionando junto a la propia sociedad española, hasta convertirse en un fenómeno de gran repercusión y significado por sus resultados y también de cara a la definición y desarrollo de las políticas sociales en nuestro país.
Hace seis años que tuve también la gran satisfacción de presidir el Comité Nacional del Año Internacional del Voluntariado, y de participar en no pocas de sus interesantes actividades. Hoy constato con alegría el gran impulso que aquella iniciativa logró aportar a este movimiento y a las organizaciones que lo sustentan.
El llamado Tercer Sector y el voluntariado son hoy una realidad pujante; una realidad que da respuesta a una serie de retos producto de la transformación vivida por nuestra sociedad y de la consiguiente aparición de nuevas necesidades sociales.
Las migraciones, el envejecimiento progresivo de la población en los países desarrollados, la aparición de nuevas enfermedades con estigma social, o la presencia de bolsas de pobreza extrema en el seno de las sociedades ricas, ponen a prueba nuestra capacidad de respuesta; y sobre esa capacidad nos juzgarán las generaciones venideras a las que tenemos la obligación moral de entregar el testigo cargado de esperanza, de voluntad y de sacrificio.
El voluntario no se conforma con lamentar la existencia de problemas, sino que está decidido y es capaz de transformar su sentimiento en compromiso, y su compromiso en acción para ponerles remedio o, al menos, para paliarlos.
Como señala el Premio Nobel egipcio Naguib Mahfuz, ?cuando se habla de conciencia, hermandad y justicia en el mundo, alguna gente dice que eso sólo son palabras que expresan sueños. Pero no sólo las pesadillas pueden hacerse realidad, también pueden materializarse los sueños?.
Estoy convencido de que el voluntario, a través de cada una de sus acciones solidarias, proyecta hacia la realidad circundante esa fuerza transformadora que lleva dentro, y que, al fundirse con la de otros voluntarios, acaba convirtiéndose en una especie de punto de apoyo o de palanca, capaz de mover el mundo.
Podría pensarse que la acción del voluntario, de cada voluntario, es poco significativa dentro de un marco de indiferencia global, y que es muy difícil que el voluntario pueda llegar a transformar el entorno. Pero, como decía la Madre Teresa de Calcuta, el océano está hecho de gotas de agua, y cada gota es importante. Tampoco cabe hablar de un compromiso colectivo sin tener en cuenta la suma de cada compromiso individual. Cada esfuerzo, cada voluntad y cada palabra que refuerce la acción de ayudar a los demás tiene un enorme valor, intrínsecamente, como cada una de las gotas del océano, y como ejemplo para los demás.
De ahí la gran responsabilidad que recae sobre las organizaciones sociales y sus voluntarios, constituidos en la punta de lanza de la lucha contra la injusticia, el dolor y la desigualdad, al tiempo que colaboran con los poderes públicos y actúan como acicate en el diseño y desarrollo de las políticas de solidaridad.
En este sentido, quiero resaltar la extraordinaria importancia que tiene la contribución de las ONG´s españolas a la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por las Naciones Unidas.
Su actuación dentro y fuera de nuestras fronteras, permite avances en la lucha contra el hambre y la extrema pobreza, en la reducción de la mortalidad infantil y en la erradicación de determinadas enfermedades. Avances, también, hacia la garantía de una educación universal, o la erradicación de las desigualdades entre sexos.
En definitiva, el voluntariado en España contribuye de forma notable hacia la consecución de un desarrollo sostenible global.
Y me parece importante recordar que en la mayoría de los casos, esos avances y contribuciones se hacen posible gracias a la conjunción de esfuerzos y al establecimiento de estrategias conjuntas en la planificación y ejecución de sus actuaciones sociales.
El trabajo en red entre las organizaciones sociales y su coordinación con los restantes agentes públicos y privados, constituye la mejor garantía para el desarrollo de políticas sociales eficaces. Una colaboración que permite aprovechar la experiencia y especialización de cada uno, para plantear objetivos compartidos y complementarios.
Por ello, considero un gran acierto la elección del trabajo en red, como tema transversal de este Congreso, tanto a nivel interasociativo como intersectorial.
Hoy habéis concluido vuestras reflexiones y debates, y volvéis a casa con más información y sobre todo cargados de entusiasmo e ilusión solidaria.
Durante estos dos días habéis sentido la fuerza del compromiso compartido, y estáis de nuevo dispuestos a seguir trabajando por una sociedad cada vez más justa y solidaria.
Por todo ello permitidme que nuevamente os exprese nuestra sincera y agradecida enhorabuena por vuestro trabajo y por vuestro firme compromiso hacia los demás, y también por estos diez años de valiosos servicios marcados por la generosidad que hoy celebra vuestro Congreso.
La labor que realizáis las ONG´s y los voluntarios, convencidos de que no sólo un mundo mejor es posible, sino de que el nuestro ha empezado ya a cambiar, gracias a todos y cada uno de vosotros, merece el más profundo reconocimiento de la sociedad española, al que sin duda se suma la Corona junto al compromiso de su permanente aliento.
Muchas gracias.