S
ean mis primeras palabras para transmitir de corazón nuestro más afectuoso saludo a todos y cada uno de los melillenses.
Volvemos hoy a Melilla, con una particular emoción y alegría, para realizar nuestra primera visita institucional, como Reyes, a esta muy querida Ciudad.
Mucho agradezco al Señor Presidente sus muy afectuosas y generosas palabras al hacerme entrega, en este Salón Dorado, de la Llave de Oro de Melilla en nombre de su Consejo de Gobierno, al que quiero expresar asimismo mi mayor gratitud.
Desde nuestra llegada a esta ciudad, los melillenses habéis querido brindarnos un muy caluroso e inolvidable recibimiento.
Muchas gracias por vuestra acogida a la que correspondemos con todo nuestro afecto y mayor cercanía.
Veo con especial satisfacción cómo la inconfundible personalidad histórica y la riqueza cultural de esta ciudad, se han sabido enriquecer con un armónico espíritu de integración y convivencia.
Melilla es hoy una ciudad moderna y que mira al futuro, marcada por el renovado dinamismo que le imprimen sus habitantes, contando con el sólido marco de democracia y pluralismo que los españoles nos hemos dado.
Una ciudad que, desde hace décadas, ha logrado prosperar y mejorar el bienestar de sus ciudadanos con nuevas infraestructuras, servicios sanitarios, educativos, culturales y sociales.
Todo ello, fiel reflejo de los avances que vive una España moderna, capaz de aprovechar las oportunidades y de superar con éxito los retos y desafíos de un mundo cada vez más globalizado.
He seguido, con especial interés y en estrecho contacto con vuestras autoridades, los anhelos, dificultades y esperanzas de los melillenses.
Unas autoridades que me han transmitido vuestros sentimientos de lealtad y afecto a la Corona, también presentes en la entrega de la Medalla de Oro de esta Ciudad, que recibí - hace ya diez años - en el Palacio Real.
Desde entonces, y en diversos contactos, se han multiplicado vuestras invitaciones para visitar Melilla.
Como Rey que se debe a todos los españoles, tenía contraído el compromiso de visitar Melilla junto con la Reina. Un compromiso al que se unía un profundo deseo.
No podía dejar pasar más tiempo sin venir a Melilla, para expresaros todo nuestro afecto y apoyo, al igual que lo hemos querido hacer en tantas otras ciudades y lugares de España.
En las tres últimas décadas, juntos hemos logrado en torno a los principios y valores de nuestra Constitución, una profunda modernización de España como Estado democrático y avanzado que disfruta de crecientes niveles de bienestar.
Un país abierto y solidario, integrado en la Unión Europea que, desde el respeto mutuo, cultiva relaciones de sincera amistad con sus vecinos y de intensa cooperación a escala internacional.
Gracias una vez más por tan afectuoso recibimiento.
Al iniciar hoy nuestra visita a esta muy bella y querida ciudad de Melilla, quiero reiteraros nuestra especial alegría y emoción, así como expresaros el firme respaldo y permanente aliento de la Corona.
Muchas gracias.