N
os reunimos con particular alegría en la sede del Museo del Prado, cuya extraordinaria colección refleja rasgos esenciales de la Historia cultural de España, para celebrar la solemne entrega del premio Velázquez de las Artes Plásticas en su Sexta Edición.
Un Premio que ofrece el máximo reconocimiento institucional a la aportación sobresaliente de la obra de un pintor a la cultura española e iberoamericana.
El Premio Velázquez ha recaído este año en el artista español Don Luis Gordillo, cuya pintura es un referente irremplazable para la creación artística española durante los cinco últimos decenios.
Respetado y elogiado por sus compañeros de profesión, Gordillo recibe la admiración de tantos españoles interesados en el arte contemporáneo.
Constituye un motivo de gran satisfacción haber podido entregar este merecido galardón a Don Luis Gordillo
Un gran creador que, a lo largo de toda su trayectoria artística, ha demostrado su inmenso amor por la pintura y su inquebrantable fe en el potencial expresivo que encierra.
Al mismo tiempo, destaca su poder para desvelarnos las claves de la sensibilidad del ser humano y ayudarnos a descubrir la esencia oculta del mundo en que habitamos.
En nombre de la Reina y en el mío, felicito de todo corazón a Don Luis Gordillo por su incansable labor, que se nos muestra a la vez racional y sujeta al impulso.
Felicidades, también, por sus hallazgos estéticos pioneros y por su influencia en generaciones de artistas, tanto desde los procesos renovadores de su técnica, como desde su apuesta por la figura y por la abstracción basada en el color.
La propuesta pictórica de este maestro sevillano se ha caracterizado por su radicalidad, y por el fuerte impulso de redefinición de la pintura desde la propia pintura, que late en su obra.
Admiramos su valentía, así como su labor reflexiva, lenta y metódica, dotada de exigencia extrema, irrenunciable coherencia y profundo rigor, que le ha llevado con frecuencia a transitar por senderos solitarios en el universo de la creación.
Como él dice de sí mismo, pinta"repintando, que es otra manera de tachar".
Gordillo es un investigador infatigable sobre el color, en su casi infinita variedad, que multiplica con agrupaciones y disgregaciones, para conseguir logradas síntesis.
Así el artista nos ofrece, ante todo, una indagación introspectiva, íntima y personal. En definitiva, una reflexión sobre su propia naturaleza, nutrida de subjetividad.
Su valiosa y singular producción pictórica ha merecido importantes galardones, como el Premio Nacional de Artes Plásticas y la Medalla de Oro de las Bellas Artes, entre otros.
En suma, el Premio Velázquez reconoce tanto múltiples valores propios de la pintura de Gordillo, como su posición determinante en la formación de las vanguardias artísticas de España durante la segunda mitad del siglo XX y el comienzo del siglo XXI.
Reitero nuestra más afectuosa enhorabuena a Luis Gordillo, junto con nuestro agradecimiento por su gran tarea como creador de una obra profunda, poética y fundamentalmente innovadora.
Muchas gracias.