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e complace especialmente compartir hoy esta cena con todos ustedes, representantes de empresas y trabajadores de todo Navarra, dentro de la visita que vengo realizando a esta querida Comunidad Foral, y en este histórico marco del Palacio de los Reyes de Navarra en Olite.
Es evidente que en el conjunto de las comunidades españolas, Navarra ocupa un lugar destacado tanto por su situación económica como por su nivel de bienestar. Es ésta la Comunidad que registra un índice de paro más bajo, por debajo incluso de la media europea, la que más ha crecido en el sector industrial en los cinco últimos años y la primera también en renta familiar disponible, con un índice que supera en más del 20% la media nacional. Y es la que ocupa el tercer lugar en el Producto Interior Bruto por habitante -tras Madrid y Baleares- y en el índice de convergencia con la Unión Europea.
Son muchos los factores que han incidido en que Navarra, que hasta hace varias décadas era una región eminentemente agrícola y rural, se haya convertido en una sociedad industrializada, moderna y puntera. La enorme capacidad de los agricultores para adaptarse a la disciplina de la industria, el alto nivel formativo del conjunto de la población, la apuesta decidida por desarrollar todo tipo de infraestructuras y por impulsar la investigación, el desarrollo y la tecnología son las principales claves de este gran avance económico del que hoy se beneficia Navarra.
Pero más allá de estas causas se ve una razón fundamental y es que en Navarra existe un esfuerzo compartido importante y fructífero. La realidad demuestra que los empresarios, los trabajadores y las Administraciones Públicas actúan responsablemente, buscando por encima de intereses inmediatos o particulares, el acuerdo y el bien de todos, de la empresa y de la comunidad en que se enclava.
Y así, la buena marcha de la economía de Navarra, que contribuye clara y decisivamente a la buena marcha de la economía española, tiene en cada uno de ustedes, empresarios y trabajadores, responsables de empresas grandes o pequeñas, del sector de la industria, de la agricultura, de la construcción o de los servicios, a los auténticos agentes protagonistas. Si en esta favorable evolución hay algún secreto, éste no es otro que el del trabajo, el del interés comprometido por perfeccionar e innovar cada día, por adaptarse a las circunstancias cambiantes de los tiempos nuevos y por no desfallecer ante dificultades o cambios desfavorables.
Les felicito cordialmente por su labor, por la ilusión y el espíritu inquieto y emprendedor que demuestran en su tarea y les deseo que sigan siempre así, innovando y alcanzando nuevas cotas y objetivos, abriendo mercados y planteando nuevas estrategias acordes a los tiempos, y sobretodo, considerando que los hombres y las mujeres que trabajan en una empresa son el mayor capital, el activo fundamental y la clave de todo éxito.
Son ustedes, empresarios y trabajadores, el motor de nuestra sociedad, la vanguardia que marca el paso del avance hacia el futuro y la garantía del bienestar social que los ciudadanos demandan. Creo que son perfectamente conscientes de esta gran responsabilidad social que asumen con su trabajo y les animo a que nunca pierdan de vista la importancia y la repercusión que en el conjunto de la sociedad tiene el trabajo que cada uno de ustedes realiza.
Les reitero, señoras y señores, mi satisfacción y mi alegría por compartir con todos ustedes esta velada y conocer de primera mano sus opiniones y sus proyectos sobre la Navarra del presente y del futuro.
Muchas gracias a todos.