A su llegada, Su Majestad el Rey fue recibido por el presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín, la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas Baamonde, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Francisco José Hernando, el presidente del Tribunal de Cuentas, Ubaldo Nieto, y el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña. Don Juan Carlos accedió seguidamente al interior del edificio y fue saludado en el vestíbulo de la primera planta por los miembros del Pleno del Tribunal de Cuentas, Manuel Núñez Pérez, Ana Pérez Tórtola, Juan Velarde, Rafael María Corona, Antonio de la Rosa, Ciriaco de Vicente, Lluís Armet, Luis Martínez Noval, Felipe García Ortiz, Ramón Álvarez de Miranda, Javier Medina, Olayo Eduardo González Soler y José Antonio Pajares.
Su Majestad se dirigió después al Salón de Plenos, ocupó su lugar en la mesa presidencial, y concedió sucesivamente la palabra al presidente del Tribunal de Cuentas y al presidente del Congreso de los Diputados. El Rey, en sus palabras subrayó la importancia de este organismo constitucional, que "ocupa un lugar preeminente a la hora de promover la justicia y la eficiencia en la actividad económico-financiera del Estado y del Sector Público". Su Majestad recordó "sus destacadas funciones, directa dependencia de las Cortes Generales, así como la independencia, la inamovilidad y las incompatibilidades fijadas para sus miembros, definen a esta Institución como una de las piezas claves del edificio institucional establecido por nuestra Constitución", "una Constitución moderna e integradora, producto del más amplio consenso nunca alcanzado entre españoles, que garantiza el más amplio abanico de derechos y libertades. Gracias a ella, España ha recorrido en los últimos casi treinta años el más largo periodo de democracia, estabilidad y prosperidad de nuestra Historia".
Después de levantar la sesión, Su Majestad el Rey se dirigió al despacho del presidente del Tribunal de Cuentas, donde firmó en el Libro de Honor, para mantener a continuación un breve encuentro con los asistentes, con lo que finalizó el acto, siendo despedido por las mismas personas que le recibieron a su llegada.
El Tribunal Constitucional es un órgano dependiente de las Cortes Generales, que tiene como función fiscalizar las cuentas y la gestión económica del Estado y del Sector Público (Administración General, Comunidades Autónomas, Corporaciones Locales, Seguridad Social, Organismos Autónomos, Sociedades Estatales y Empresas Públicas), actuando en el ejercicio de sus funciones con plena independencia.
El Tribunal de Cuentas, órgano Constitucional del Estado previsto en el artículo 136 de nuestra Carta Magna, cuenta con una gran tradición histórica en nuestro país. Ya desde el siglo XIV existía la institución del Contador Mayor de Cuentas, como antecedente más lejano.