Su llegada a la National Gallery, Su Alteza Real la Infanta Doña Crisitna y el Excmo. Señor Don Iñaki Urdangarin fueron recibidos por Don Carlos Miranda y Elío, Conde de Casa Miranda, Embajador de España en el Reino Unido y Señora; Charles Saumarez, director de la National Gallery; Peter Scott, presidente del Consejo Rector de la National Gallery y Dawson Carr, conservador Jefe del Museo y Comisario de la Exposición.
Posteriormente, los Duques de Palma iniciaron una visita a la exposición por las salas del museo donde se exponen hasta el 21 de enero cuarenta y cinco lienzos del pintor sevillano, con las explicaciones del director de la National Gallery.
En Sus palabras de agradecimiento, la infanta Doña Cristina destacó la "capacidad innovadora" y el "ánimo incluyente de las nuevas tendencias" del artista, que englobó en su condición de "europeo", al tiempo que recordó algunos de los grandes nombres de sus contemporáneos como Galileo, el filósofo Francis Bacon, Lope de Vega, Calderón, Murillo o Zurbarán.
"Velázquez fue un hombre de su tiempo, clásico y renovador, dijo la Infanta, para quien "la mejor alabanza" que se puede dedicar a su arte "es que sigue vivo como lo demuestra en otros pintores como Picasso o Francis Bacon, iconos revolucionarios de la pintura moderna".
Posteriormente a Su intervención, se ofreció una cena a los asistentes, siendo despedidos los Duques de Palma por las mismas autoridades que les recibieron a Su llegada.
Titulada sencillamente "Velázquez", la exposición de la National Gallery documenta la carrera del pintor de "Las Meninas" desde sus comienzos en Sevilla hasta su traslado a Madrid y su nombramiento como pintor de la corte de Felipe IV.
El museo londinense se precia de poseer la mayor colección de obras de Velázquez fuera del Museo del Prado, cita obligada, esta última, de todos los que quieren conocer de primera mano la obra de ese artista al que Manet llamó "pintor de pintores".
Los nueve óleos de Velázquez que se conservan en la National Gallery, entre los que destaca su famoso desnudo "La Venus del Espejo", y otros siete procedentes de distintas colecciones británicas, forman el núcleo en torno al cual se ha organizado la retrospectiva.
Del Prado han venido ocho obras maestras como "La Fragua de Vulcano", "Felipe IV vestido de caza", "Baltasar Carlos a caballo", un retrato de "Mariana de Austria" o el "Esopo".
Otras obras proceden de museos o galerías de Bellas Artes de Sevilla, Orihuela (España), Dublín, Berlín, Orleans (Francia), Modena (Italia), Sao Paulo (Brasil), así como de varias ciudades norteamericanas como Nueva York, Boston, Dallas o Chicago, y otras colecciones públicas o privadas.
El Kunsthistorisches Museum, de Viena, ha prestado tres exquisitos retratos pintados por Velázquez en plena madurez creadora: "La infanta Margarita en rosa", "Infanta Margarita en azul" y "El Infante Felipe Próspero".
La exposición comienza por la etapa sevillana del artista con una selección de sus escenas de personajes populares con bodegones como "El Aguador de Sevilla" y "Vieja friendo huevos" así como obras religiosas "La Adoración de los Magos" y retratos, entre ellos el de Sor Jerónima de la Fuente.
De ahí se pasa al Velázquez de antes y después del primer viaje que hizo a Italia en 1630, con cuadros como "La Túnica de José", "Apolo en la Fragua de Vulcano" o los retratos de Pedro de Barberana y el Conde Duque de Olivares.
Siguen las obras maestras de su etapa de pintor de corte con los retratos de su mecenas, el rey Felipe IV, al que pinta "en marrón y plata" y a caballo, los del príncipe Baltasar Carlos con un enano, en la escuela de equitación, a caballo y de caza, o de Francesco d' Este, duque de Módena.
La exposición acaba con una serie de retratos de su última etapa así como con cuadros de tema mitológico: entre los primeros figuran los citados de la pinacoteca vienesa, los de Felipe IV y Mariana de Austria, del madrileño museo del Prado, o el del Papa Inocencio X, copia atribuida al propio pintor del que se guarda en la galería Doria-Pamphili, de Roma.
Entre las obras mitológicas de esa última sala están la joya de la National Gallery, "La Venus del Espejo", utilizada como reclamo de la exposición, así como una "Sibila con Tabla Rasa", de Dallas (Texas, EE.UU.), además de "Marte" y "Esopo", ambos del Museo del Prado.