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ermítanme que inicie estas palabras agradeciendo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores su invitación para presidir este acto en el que inauguramos la sede de la Secretaría General IOSCO en Madrid. Me alegro mucho de que se establezca tan importante institución en nuestro país y me permito, por tanto felicitar y agradecer a la Organización Internacional de Comisiones de Valores por su decisión.
España, que cuenta con una larga tradición como lugar de encuentro de diversas culturas, revalida en el acto que hoy nos reúne su voluntad de seguir siendo puente efectivo de relaciones entre los diversos Estados y continentes y lo hace en un ámbito tan sensible y relevante para nuestras sociedades como es el de los mercados de valores.
En efecto, los mercados de valores desempeñan una función cada vez más importante en la economía mundial. Su ordenado funcionamiento, la observancia en su seno de las normas éticas exigibles en el mundo de los negocios y su transparencia, resultan imprescindibles para reducir los riesgos, mantener la confianza de los inversores y promover una eficiente asignación de los recursos financieros. Sólo así será posible que los mercados desempeñen la función que tienen reservada en la economía y gocen de la consideración social que tan importante función merece.
Los organismos reguladores de los mercados de valores en cada país son esenciales para alcanzar estos objetivos. La eficacia de su tarea en un escenario que materializa el fenómeno de la globalización, especialmente acusada en el sector financiero, les exige, además, una colaboración adecuada a las demandas de una economía cada vez más interrelacionada.
De ahí la necesidad de promover la adopción de estándares internacionales de cooperación y establecer los mecanismos necesarios para el desempeño de las funciones supervisoras propias de los reguladores.
Estas son las funciones para las que se creó IOSCO en 1983. Desde entonces, y no obstante su relativa juventud, se ha consolidado como la organización internacional de referencia en el ámbito de la regulación de los mercados de valores, que integra en su seno a ciento ochenta y una agencias reguladoras.
La elaboración y difusión de estándares de regulación y supervisión fue una de las preocupaciones más tempranas de IOSCO. Sus recomendaciones en esta materia, de libre adopción para los países miembros, han contribuido de manera notable a mejorar la protección de los inversores en todo el mundo, y han propiciado una mayor aproximación de las prácticas reguladoras y supervisoras que, en última instancia, redunda en un estímulo de los flujos internacionales de inversión.
En este sentido, hay que destacar la aprobación en 1998 de un documento?Los Objetivos y Principios sobre Regulación de Valores de IOSCO?, utilizado, desde entonces, como referencia para valorar la calidad de la regulación ya existente, y como punto de partida para el desarrollo de sistemas reguladores en los países que todavía no cuentan con ellos.
El papel de IOSCO resulta también esencial en el ámbito del intercambio de información y de la colaboración entre Supervisores. Este tipo de cooperación es imprescindible para proteger de una manera efectiva a los inversores y mantener la integridad de los mercados en un marco, como el actual, caracterizado por la intensa y extensa internacionalización de la actividad inversora.
Desde sus orígenes, IOSCO ha promovido el intercambio de información a través de acuerdos de entendimiento entre reguladores, tanto de carácter bilateral como multilateral. Debe reseñarse, en particular, el acuerdo suscrito en 2002 para facilitar estos intercambios y promover la aplicación rigurosa de los estándares de regulación, y también para la colaboración para erradicar comportamientos inapropiados o delictivos.
España se incorporó a esta Organización en 1990. Desde 1996 es miembro de su Comité Técnico, que es el motor principal de su funcionamiento, pues en él están representados los países más desarrollados de Europa, Asia y Norteamérica, además de Australia, y también el punto de conexión con otras organizaciones y foros internacionales en materia financiera. Un español, antiguo miembro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, fue Secretario General de la Organización desde 1992 a 1995. Y, finalmente, en el año 2000, España fue elegida como sede de la Secretaría General.
Estoy seguro de que esta distinción no es ajena a la creciente internacionalización de la economía y la actividad empresarial española, y la importancia de sus inversiones estratégicas en el exterior. Pero, sin duda, nuestra condición de Estado miembro de la Unión Europea, la acendrada vocación iberoamericana y mediterránea que nos identifica, la acreditada trayectoria internacional que tenemos como país moderno, abierto y dinámico, nos convierten en una plataforma especialmente favorable para acoger y apoyar las iniciativas que, como la encarnada por IOSCO, promueven la cooperación internacional en un ámbito de especial trascendencia.
Confío en que la experiencia de nuestro país en las tareas encomendadas a IOSCO contribuirá positivamente a la labor de su Secretaría General, y al cumplimiento de sus objetivos primordiales: la confianza de los inversores y la seguridad de los mercados.
Al darles la bienvenida a España, les transmito mis mejores deseos de éxito en su importante y delicada misión.
Muchas gracias.