M
ucho me alegra poder presidir este Acto con motivo del Ciento Cincuenta Aniversario de la creación de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos.Me permite expresaros mi más viva felicitación en tan señalada fecha, que encierra un hondo significado para vosotros y para la sociedad española.Agradezco muy sinceramente al Director de esta Escuela, al Rector de la Universidad Politécnica de Madrid, y a cuantos habéis querido distinguirme hoy con el nombramiento de Ingeniero Agrónomo Honorífico. Una distinción que acepto muy complacido, pues subraya mi amor por el campo y la naturaleza, dos palabras que, en vuestra Carrera y en mis sentimientos, siempre han estado entrelazadas. A todos, mi gratitud de corazón por esta deferencia.Como ya se ha dicho, esta Escuela se crea con un Real Decreto de Isabel II, y vive su primer desarrollo gracias al impulso de Alfonso XII andndash;cuyo nombre llevó vuestra ilustre Escuela- y también de Alfonso XIII, quien tanto hizo por ella.Comprenderéis, por lo tanto, que me sume a vuestra celebración con un especial interés, que va más allá de compartir con vosotros vuestra fecunda y gloriosa historia, a la que la Corona se siente profundamente unida.Desde sus inicios, vuestra Carrera tuvo el acierto de configurarse como una ingeniería integradora de distintas disciplinas. De ahí su grandeza y prestigio, y también la clave de su vocación de futuro.También os habéis volcado en la investigación, y en una enseñanza más diferenciada, más profunda en conocimientos y ciencias diversas.Vuestro lema andldquo;Sine agricultura nihilandrdquo;, nos recuerda la trascendencia de vuestra tarea. Sobre un terreno en muchas ocasiones austero, de complejo clima y difícil orografía, habéis logrado desarrollar e implantar técnicas que han permitido acrecentar y mejorar los cultivos y la ganadería, a fin de proporcionar alimento, vestido, calzado y cobijo a nuestra población.Jovellanos ya nos decía que andldquo;el arte de cultivar la tierra es la primera y más necesaria de todas las artesandrdquo;. Tenía razón. De este arte habéis hecho una profesión ilustre, a la que hoy expresamos nuestro mayor reconocimiento y admiración.Sin vuestra aportación, no sería fácil explicar el gran crecimiento experimentado por España en los últimos siglos.Tampoco podría concebirse la superación de las duras etapas de carencia de alimentos, ni el notable incremento de nuestra producción y exportación agraria, ni que el nombre de España comenzara a consolidarse en los mercados internacionales con nuestros vinos, aceites o cítricos, y tantos otros productos cuyo origen está en la agricultura.Junto a todos los nobles y laboriosos hombres y mujeres del campo, habéis contribuido a la riqueza nacional, al creciente bienestar y a la calidad de vida de los españoles.En suma, habéis dedicado vuestro saber y esfuerzo al gran desarrollo de nuestro sector primario. Con el ejercicio ejemplar de vuestra profesión seguís prestando un valioso servicio a España y a los españoles que hoy, como Rey, os quiero agradecer.Esta celebración me brinda, por ello, la oportunidad de felicitaros con todo afecto, y de recordar a tantos ilustres Ingenieros Agrónomos que os precedieron en esa importante labor. Muchas han sido las generaciones de Ingenieros Agrónomos y de Ingenieros Técnicos Agrícolas que se han formado en España, no sólo en esta Escuela de la Universidad Politécnica de Madrid, sino también en las creadas más recientemente en otras Comunidades Autónomas.Vuestra bien ganada reputación, resultado de una preparación exigente y reconocida capacidad profesional, os ha abierto las puertas de numerosos países y Organizaciones internacionales vinculadas al desarrollo rural y agrario.En nuestros días la Agricultura es algo más de lo que hasta ahora ha sido: es un elemento clave en la ordenación del territorio y está al servicio de la sociedad como soporte básico de paisajes, tradiciones y producciones rurales, gastronómicas o artesanales, consustanciales a nuestra identidad y diversidad cultural.Además, la agricultura se asoma hoy a nuevas variables en las preocupaciones de la sociedad, y a sus posibles soluciones: la mayor competitividad que impone la globalización, la escasez de los recursos, las nuevas tecnologías, el desarrollo sostenible, el cambio climático o la sequía, son algunos de los principales retos que dominan vuestros desvelos y atención preferente.Entre profesores y alumnos habéis sabido construir un memorable pasado y un brillante presente. Estoy seguro de que también en el futuro sabréis proporcionar a la sociedad española -y en especial a la sociedad agraria y rural, que tantos cuidados requiere- las soluciones tecnológicas, económicas y sociales que los nuevos retos demandan.En esta tarea al servicio de España, bien sabéis que nunca os faltará el apoyo y aliento de la Corona, así como mi respaldo personal en la nueva condición de Ingeniero Agrónomo Honorífico que me habéis conferido.Enhorabuena a todos en este Aniversario, y muchas gracias.