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uy buenos días,
Me llena de satisfacción poder compartir con todos ustedes esta sesión plenaria que, bajo el título de "China, España y el Mundo: un Partenariado Global", se celebra en el marco de la presente edición del "Global China Business Meeting" inaugurado ayer en Barcelona.
Antes de nada, déjenme decirles que me alegra especialmente que la 4ª Edición de este importante encuentro internacional se celebre precisamente en Barcelona, ciudad muy apreciada por tantos visitantes de todo el mundo -y particularmente chinos también- que de forma creciente eligen a España como destino, atraídos por su dinamismo empresarial, su riqueza artística y cultural y su calidez mediterránea, con tan buenos ejemplos de todo ello aquí en Cataluña. Esto es reflejo, no sólo del peso económico mundial alcanzado por nuestro país, sino también del fuerte incremento de las relaciones económicas y comerciales hispano-chinas que hemos vivido en los últimos años.
Saludo muy especialmente al conjunto de destacados presidentes y consejeros delegados de empresas chinas que han venido a participar en este encuentro, para reflexionar y debatir con sus homólogos de diversos países, sobre el papel de China como potencia económica internacional, y sobre cómo incrementar las relaciones de aquel gran país con Europa y el resto del mundo.
Celebro encontrarme con este importante y nutrido grupo de empresarios, entre los que figuran muchas personalidades chinas con las que he tenido el honor y el placer de reunirme dentro del conjunto de viajes oficiales a ese gran país -los más recientes junto a la Princesa- y de los frecuentes contactos y reuniones aquí en España, que llevo realizando en los últimos años con el objetivo de contribuir activamente a la promoción las relaciones hispano-chinas. Es una parte de mi trabajo, pero les confieso que en lo personal lo considero también un gran privilegio porque creo mucho en el potencial de nuestras relaciones, de la gran cantidad de áreas de interés mutuo, de nuestro diálogo político, y de nuestra cooperación científica, tecnológica y cultural.
Por ello es una labor a la que atribuyo una especial importancia y que se inscribe en el marco de la intensa agenda de acercamiento desarrollado entre ambas naciones, con intercambios y visitas oficiales de un gran número de autoridades y miembros de nuestros respectivos gobiernos. Permítanme destacar las Visitas de Estado del Presidente Hu Jintao a España en 2005 y de SS.MM. los Reyes a China en 2007.
Este acercamiento intenso entre ambos países tuvo en 2007 uno de sus máximos exponentes con la celebración del "Año de España en China", un gran esfuerzo promovido por nuestro país para difundir en China el conocimiento sobre España en sus amplias facetas históricas, artísticas, culturales y económicas.
Hoy nos hallamos reunidos en el marco de este foro internacional de gran valor, tanto por la calidad de los participantes venidos del mundo entero, como por la amplitud y profundidad de las cuestiones planteadas, con especial énfasis en las relaciones de China con otras economías emergentes de América Latina, África, Oriente Medio e India.
Además es una cita que adquiere un interés muy especial: por estos momentos de crisis financiera y económica internacional que vive el mundo; y porque se acaba de celebrar la Cumbre del G-20, este fin de semana pasado en Washington, que precisamente se ha centrado tanto en buscar fórmulas para afrontar conjuntamente los riesgos de estancamiento o recesión, como en promover medidas para asegurar que nuestras economías puedan volver a crecer, y así seguir contribuyendo con eficacia al mayor bienestar de nuestras sociedades y ciudadanos.
En esta sesión plenaria, se han puesto una vez más de relieve las inmensas posibilidades de cooperación entre China y España, no sólo en el plano bilateral, sino también en el multilateral y en la triangulación con otros importantes países.
Ambas naciones estamos entre las diez principales economías del mundo, por eso estamos indudablemente llamados a incrementar en mayor medida nuestra cooperación y trabajo conjunto en múltiples sectores y áreas geográficas. Partimos para ello, de una gran capacidad de entendimiento, fortalecida por contactos oficiales y logros concretos que en los últimos años han ido estrechando nuestros lazos en muchos ámbitos.
En lo bilateral, China es el mayor proveedor de España fuera de la Unión Europea, y el mayor mercado de España en Asia. Al mismo tiempo, China y España han sellado una "asociación estratégica integral", fortalecida por un sólido entramado de acuerdos, foros, e iniciativas. Acuerdos que ofrecen a nuestras empresas un completo marco jurídico para realizar sus actividades.
Ello ha favorecido los valiosos esfuerzos desplegados por nuestros respectivos empresarios generando realidades concretas de cooperación económica y comercial que podemos y debemos ensanchar.
España ha situado a China como eje importante de su política exterior, tal y como se refleja en el contenido de los sucesivos Planes Asia o en la actividad de Casa Asia, propiciando además el desarrollo del Foro España-China y la presencia del Instituto Cervantes en aquel país. La apuesta de España por China como socio estable y fundamental se ha plasmado asimismo en el Plan Integral español de Desarrollo de Mercado (PIDM) para China, lanzado en el año 2005, el más ambicioso de cuantos disponemos.
Esta evolución tan positiva justifica que haya llegado el momento para -más allá de lo estrictamente bilateral- analizar, explorar y concretar el potencial de colaboración que cabe desarrollar conjuntamente en otros países y mercados dentro de este mundo que es cada día más una aldea global.
Esta sesión, en la se me concede el honor de participar, sin duda ofrece a los empresarios chinos muchos elementos precisos de interés sobre la posición excelente que ocupa España para hacer negocios globales. En efecto, España no sólo cuenta con empresas punteras a escala mundial, sino que constituye una eficaz plataforma geoestratégica para facilitar el acceso a otros mercados, tanto de otros Estados miembros de la Unión Europea, como de los países hermanos de Iberoamérica o de la cuenca del Mediterráneo.
Barcelona, recientemente convertida en sede de la Unión para el Mediterráneo, ciudad empresarial y excelente conocedora de los mercados globalizados, es un magnífico exponente -aquí en Cataluña- de la posición tan favorable de España dentro de las corrientes comerciales internacionales y como conocida plataforma para los negocios en diversas áreas del mundo.
Y no quiero dejar de mencionar en estos tiempos la solidez de nuestro sistema de regulación y supervisión bancaria que, en buena medida, se lo debemos a la labor eficaz, prudente y rigurosa del Banco de España. Su prestigio ganado a pulso nos debe facilitar poner en valor la confianza que depositamos en su gran responsabilidad.
Por su parte, China, que tanta admiración ha generado por la magnífica organización de los Juegos Olímpicos del pasado verano, se configura como uno de los actores internacionales de mayor peso e influencia global para el siglo XXI.
Como todos saben, es un país en acelerada transformación gracias a la combinación de su enorme peso demográfico, su gran capacidad de trabajo, con una alta competitividad y elevadas tasas de crecimiento. Por tamaño y liderazgo en numerosas áreas es evidente su dinamismo e importancia como factor de estabilidad esencial para Asia y para el mundo, puesto que tiene establecidos lazos comerciales y de inversión, no sólo con muchos países de la región, sino también de África y América Latina, estimulados por su incorporación a la Organización Mundial de Comercio. Una incorporación que España siempre defendió.
En definitiva, China y España están llamadas a incrementar su cooperación como grandes naciones con un peso económico específico, inmersos en sendos procesos intensos de modernización, internacionalización y competitividad en sus aparatos productivos para afrontar eficazmente el nuevo contexto de interconexión e interdependencia global.
De ahí que considere particularmente oportuna la celebración de este evento para impulsar la forja de nuevas alianzas o espacios de colaboración entre las empresas de nuestros países, en el marco de una relación basada en la complementariedad, el mutuo respeto y la confianza recíproca.
No quiero alargarme más. Estoy convencido de la enorme utilidad de esta reunión y aunque sé que en ello coincido con la mayoría, permítanme animar aún más a empresarios de ambos países para que multipliquen y aprovechen al máximo las posibilidades de colaboración y de negocio que existen. Les aseguro que en ese camino cuentan con mi convicción personal y con mi pleno respaldo.
Enhorabuena a todos los organizadores y patrocinadores de este encuentro y mucho éxito en sus trabajos a todos los participantes.
Gracias por la atención que me han prestado y feliz estancia en nuestra querida Barcelona.