Muchas gracias por vuestras palabras tan amables y por esta acogida tan cálida. Estoy feliz por estar aquí esta noche con todos vosotros y poder compartir la entrega de los premios de literatura infantil y juvenil El Barco de Vapor y Gran Angular, el Premio Internacional de Ilustración de la Fundación SM y el Premio Jordi Sierra i Fabra de la Fundación del mismo nombre.
Quiero por tanto dar las gracias a la Fundación SM por haberme invitado. Es una forma de estar cerca de autores, ilustradores, editores y autoridades culturales de este mundo que es el de la literatura infantil y juvenil.
Y esta es una ocasión especial: este año la Fundación SM, y con ella las colecciones El Barco de Vapor y Gran Angular, así como los premios que llevan su nombre, cumplen treinta años. Treinta años de fomento de la creación literaria y de la lectura, de intensa y valiosa trayectoria educativa y editorial en España y en muchos países iberoamericanos. Treinta años de dos de los premios literarios con más prestigio en su género que existen en España.
Tres décadas, en definitiva, que merecen que lo celebremos por muchas razones que ya he mencionado, pero también por su contribución, junto a otras editoriales, al gran desarrollo que ha vivido este sector de la producción literaria para niños y jóvenes en nuestro país.
"...La lectura fomenta ese vínculo de amor con los niños y es la herramienta imprescindible de aprendizaje. Una herramienta para crecer como seres humanos libres, educados, responsables y cultos. Abrir un libro, leer un cuento, ser el eterno viajero inmóvil... Ésta es la forma mágica con la que la lectura nos ayuda a despertar sensibilidades, a cultivar valores y expresar sentimientos. Cuando leemos, nos hacemos más personas...."
Felicito de corazón a los premiados de este año. Todos merecen nuestro reconocimiento por la calidad, creatividad y originalidad de sus obras. Sus nombres se unen desde hoy a la lista de los autores e ilustradores más reconocidos de la literatura infantil y juvenil en España e Iberoamérica.
Quienes tenemos hijos, aunque todavía sean pequeños y no sepan leer, sabemos lo que disfrutan cuando los sentamos en nuestro regazo y leemos un libro. Nosotros disfrutamos tanto o más que ellos. Es, como dice Carmen Martín Gaite, una prueba de atención y amor. El niño oye nuestra voz y mira nuestros ojos. La lectura fomenta ese vínculo de amor con los niños y es la herramienta imprescindible de aprendizaje. Una herramienta para crecer como seres humanos libres, educados, responsables y cultos. Abrir un libro, leer un cuento, ser el eterno viajero inmóvil... Ésta es la forma mágica con la que la lectura nos ayuda a despertar sensibilidades, a cultivar valores y expresar sentimientos. Cuando leemos, nos hacemos más personas y por eso cada vez hay más planes públicos y proyectos privados para fomentar la lectura.
Los padres somos los primeros educadores. Y esto supone un enorme compromiso y una gran responsabilidad. Somos los primeros referentes en la iniciación de los hábitos de lectura y debemos saber convertirlos en permanentes y placenteros, empezando además cuanto antes. Qué hay mejor que dedicarle tiempo a un bebé que apenas balbucea pero que ya toca y goza del contacto de uno de esos estupendos libros blandos tan bien ilustrados. Y esto es sólo el principio. El resto del camino es una historia maravillosa entre un niño que crece y sus libros. Desde luego, creo que merece la pena.
Insisto en felicitar con todo cariño a los premiados y a la Fundación SM por su gran aportación al impulso creador de autores e ilustradores que representan los galardones que acabamos de entregar.
Una felicitación que hago extensiva a sus directivos, trabajadores y colaboradores, y también a quienes dedican su mejor esfuerzo y desvelo al fomento de la literatura infantil y juvenil en España.
Muchas gracias.