A
lteza Real,
Señores Ministros,
Señores Embajadores,
Señora Directora del Instituto Cervantes,
Señoras y señores,
La Princesa se une a mí para agradecer el cálido recibimiento y la amabilidad que se nos han dedicado en este acto y a nuestra llegada a Marrakech. Nos alegra mucho tener la oportunidad de visitar esta espléndida ciudad de Marrakech. Nos agrada y nos enorgullece hacerlo además para inaugurar un nuevo centro del Instituto Cervantes en una tierra tan cercana y tan estrechamente unida a España y a nuestra cultura.
Queremos expresar nuestro especial agradecimiento a S.A.R. el Príncipe Mulay Rachid, por su generosa acogida y el alto honor que para nosotros supone el que haya querido acompañarnos en este Acto. Le ruego que eleve a S.M. el Rey Mohamed VI el testimonio de nuestro respeto, amistad y afecto con motivo de nuestra estancia en Marruecos.
Es un verdadero placer visitar nuevamente Marruecos, un país al que como Heredero de la Corona me siento especialmente ligado y con el que España tiene una vinculación de amistad preferente.
Las Visitas de Estado que SS.MM. los Reyes han realizado a Marruecos, o la que efectuó a España S. M. el Rey Mohamed VI en septiembre de 2000, reflejan la buena voluntad de nuestros países y la vigorosa salud de nuestras relaciones bilaterales.
Esta bella ciudad imperial de Marrakech, cuna y tesoro de Marruecos y antigua capital de las dinastías almorávides y almohades, es también lugar de encuentro hoy entre la Familia Real española y la Monarquía Alauí.
Apreciamos las reformas que se abren camino en este país y que tienen por objeto hacer de Marruecos una sociedad cada vez más moderna y avanzada, comprometida con los derechos humanos y con una economía cada vez más sólida y abierta al mundo interdependiente de nuestros días. Un socio de capital importancia para España, con el que cooperamos intensamente y de manera fluida; esta cooperación se extiende igualmente ante la Unión Europea donde queremos un Estatuto Avanzado para Marruecos.
Hoy estamos, Marruecos y España, empeñados en un proyecto vital conjunto en el que nuestros pueblos entrelazan cada vez más sus destinos a través de vínculos de todo tipo, políticos, socioeconómicos y culturales, sobre los que tenemos puestas muchas esperanzas.
Hemos hecho una apuesta consciente y querida, que tiene su origen en la importancia estratégica recíprocamente reconocida y que se está traduciendo en respuestas conjuntas y eficaces ante desafíos complejos, como la gestión de los flujos migratorios, la cooperación en materia de Justicia e Interior y la lucha contra la gran amenaza que supone para todos el terrorismo.
En paralelo, nuestras relaciones económicas bilaterales no dejan de desarrollarse alimentando una creciente interdependencia entre nuestras economías. Vemos que se multiplican las inversiones en Marruecos por parte de empresas españolas y que también crecen con vigor los intercambios comerciales.
Nuestra colaboración se extiende también a proyectos que se están ejecutando en la ciudad de Tánger, con los que esperamos contribuir a que sea un exponente de encuentro entre nuestros pueblos, y no sólo cabeza de puente entre Marruecos y España, sino también entre Europa, el Magreb y los países subsaharianos. Por ello, apoyamos con firmeza y optimismo la candidatura de Tánger para la Exposición Internacional de 2012.
Una de las dimensiones con mayor potencial de nuestras relaciones la constituyen los intercambios humanos. España acoge hoy día a una amplísima comunidad de ciudadanos marroquíes que viven y trabajan en nuestro país, contribuyendo así a la prosperidad de España y confiamos que también al desarrollo de Marruecos.
Crece en paralelo el flujo de turistas españoles que descubren la fascinante riqueza cultural, paisajística y turística de este gran país. Y cada verano atraviesa nuestros mares y carreteras un gran número de familias marroquíes residentes en Europa que regresan a Marruecos para disfrutar de sus vacaciones. A todo ello se añaden múltiples expresiones culturales y foros de reflexión conjunta de nuestras empresas y de la sociedad civil, como el Comité Averroes.
La cultura siempre ha ocupado un lugar destacado en nuestras relaciones. El español y su producción cultural se conocen en Marruecos desde hace siglos, al igual que la cultura marroquí está presente en nuestro arte, literatura o arquitectura, y en el imaginario de la sociedad española.
La inauguración de este nuevo centro del Instituto Cervantes en Marrakech, el sexto en Marruecos, va a reforzar la cooperación cultural y lingüística abriendo nuevos espacios de diálogo y de actualización de la relación histórica que une a nuestros dos Estados. Como hizo el autor de El Quijote que, merced a su visión integradora, supo convertir a Sidi Hamed Benengeli en el dueño de los secretos del maravilloso mundo de la novela.
El Instituto Cervantes es un espacio cultural y lingüístico que promociona el conocimiento mutuo; un lugar hospitalario que aboga por el diálogo de las artes y de los creadores, una institución que asume la trascendencia de la diversidad cultural y lingüística, y promueve la convivencia integradora; valores que compartimos también en el ámbito del proceso de integración euro-mediterránea y en el plano de las Naciones Unidas.
El Instituto Cervantes acerca a Marrakech la lengua de más de 400 millones de hispanohablantes. Es nuestro mayor activo, es nuestro mejor bien, y por ello, aspiramos a compartirlo. El español es un idioma que nos abre las puertas a una cultura vital y creativa, que - como lengua internacional de comunicación- facilita el desarrollo de las relaciones institucionales, socioeconómicas y culturales con buena parte del mundo. Además, abre grandes y nuevas expectativas en la sociedad del conocimiento y de la información, del desarrollo sostenible y de la innovación.
Invito a todos, pero sobre todo a los jóvenes, a ampliar su horizonte intelectual y profesional acercándose al Instituto Cervantes. Que frecuenten sus instalaciones, salón de actos, el aulario, así como su biblioteca dedicada al gran poeta José Ángel Valente que hoy también tenemos la alegría de inaugurar. Les invito, en definitiva, a participar en sus actividades y a sacar el mayor rendimiento de éste Centro Cervantes de Marrakech, que ya es una institución cultural al servicio de esta maravillosa ciudad.
Su puesta en marcha expresa la voluntad de España y del Instituto Cervantes de acompañar a esta histórica ciudad en su despegue cultural, patente en la producción artística de sus pintores, escritores y músicos, así como en sus festivales anuales.
La presencia del Instituto permitirá una intensa y fructífera relación entre los principales actores artísticos y culturales españoles e hispanoamericanos con sus homólogos de Marrakech, al igual que ocurre desde hace tiempo en Casablanca, Fez, Rabat, Tánger y Tetuán.
La Princesa y yo queremos contribuir a que se conozca más y mejor España en Marruecos. Y viceversa, a que Marruecos sea mejor y más conocido en España.
Hoy inauguramos el centro de Marrakech como nuevo lugar de encuentro entre Marruecos y España, como espacio para el diálogo sosegado, la diversidad y el respeto mutuo que contribuye al intercambio cultural y al conocimiento recíproco.
Cuanto más colaboren nuestros artistas, investigadores, escritores y editores en torno a proyectos, encuentros y propósitos comunes, más juntos caminaremos, renovando a diario un compromiso de amistad que nos vincula a impulsar la prosperidad de nuestras sociedades y su desarrollo cultural.
Felicitamos a quienes han hecho posible la apertura de este nuevo centro, a su directivos, profesores, personal administrativo y de servicios, al tiempo que agradecemos la eficaz colaboración de las autoridades marroquíes en su puesta en funcionamiento. A todos deseamos muchos éxitos en torno a este nuevo centro convertido en valioso instrumento al servicio de la más estrecha y profunda amistad entre dos grandes Naciones vecinas como Marruecos y España.
Muchas gracias.