S
eñor Presidente,
Constituye un motivo de especial satisfacción daros mi más cordial bienvenida, junto a la Reina y al Príncipe de Asturias, en Vuestra primera Visita Oficial a España.
Os deseamos, junto a Vuestra distinguida esposa y las personalidades que os acompañan, una muy grata y fructífera estancia entre nosotros.
Vuestra Visita Oficial a España reviste una especial importancia. Es reflejo del desarrollo de nuestras relaciones políticas y diplomáticas, y del gran avance cualitativo en nuestros vínculos de cooperación, tanto en el ámbito bilateral, como en el de las Naciones Unidas.
A pesar de la lejanía física, Pakistán y España comparten una similar condición de tierra de encrucijada y de frontera, unos ricos patrimonios nacionales y un esplendoroso pasado, unido a una vocación universal y ansia de modernidad.
Como sabéis, España es una gran Nación labrada a lo largo de los siglos, que ha sido cruce de caminos marcado por la influencia de otros pueblos con sus religiones, culturas y expresiones artísticas.
Así, la civilización árabe-musulmana, ha dejado una huella importante en nuestra riqueza histórico-artística, que fascinó al poeta nacional de Pakistán, Mohamad Allama Iqbal, cuando visitó España en 1932.
Al recibiros hoy en Madrid queremos expresaros, Señor Presidente, el gran aprecio y respeto que sentimos hacia Vuestro país, con el que compartimos asimismo el profundo dolor provocado por la brutal barbarie y total sinrazón del terrorismo.
También compartimos el compromiso de hacer frente a dicha lacra, así como a otros desafíos globales, como la inmigración ilegal, el narcotráfico o la criminalidad organizada.
España sigue con especial interés la situación del Subcontinente y de Asia Central, donde trabajamos conjuntamente con el resto de la Comunidad Internacional, y con la inestimable ayuda y apoyo de Vuestro país, en favor de la estabilidad y el desarrollo de Afganistán.
El esfuerzo y el sacrificio de nuestros soldados así lo atestiguan.
Sabemos que Pakistán valora la solidaridad de España tras el terrible terremoto de octubre de 2005.
Pocas horas después, aterrizaba el primer avión con ayuda de emergencia española. Durante aquel invierno terrible nuestros médicos y cooperantes, así como nuestras Fuerzas Armadas en el despliegue de la misión de ayuda de la OTAN, volcaron su ayuda y sus desvelos.
Señor Presidente,
España ha venido siguiendo con atención los distintos procesos políticos de Pakistán.
2007 es un año electoral decisivo para la democracia paquistaní.
Sabéis que Pakistán cuenta con el respaldo de España para que las elecciones presidenciales y legislativas se celebren en plenas condiciones de libertad, justicia y transparencia.
Seguimos con interés la mejora de la economía paquistaní, así como los proyectos de desarrollo de nuevas infraestructuras y las inversiones previstas en educación y formación.
Nos llena de satisfacción que las empresas españolas puedan contribuir de forma creciente a los esfuerzos modernizadores de Pakistán, reforzando los lazos bilaterales y consolidando la amistad que nos une.
Contáis también con el apoyo y la simpatía de España en Vuestros esfuerzos por promover la situación de la mujer y de los sectores más vulnerables de la sociedad paquistaní, uno de los ejes de Vuestra Presidencia.
Sois, Señor Presidente, el promotor de un Islam moderado, ilustrado y dialogante, tolerante y abierto, desde la posición particularmente importante que ocupa Vuestro país.
Una posición que deriva, tanto de su peso demográfico, como de Vuestro liderazgo e iniciativas políticas y diplomáticas.
Pakistán es muy activo e influyente en la Organización de las Naciones Unidas. Es, además, el primer contribuyente en efectivos a sus Misiones de Paz, en las que ha dado muestras de sacrificio y entrega ejemplares.
Compartimos con Vuestro país un firme compromiso con las Naciones Unidas, como marco multilateral para la solución de conflictos y foro para hacer frente a los desafíos del Siglo XXI, así como para el desarrollo conjunto de importantes iniciativas.
Mantenemos, finalmente, una sustancial convergencia de criterios y propósitos sobre la reforma del sistema y su adaptación a las necesidades del mundo actual.
Señor Presidente,
También seguimos con gran interés el proceso de diálogo entre Pakistán y la India, que es la clave de bóveda de la estabilidad y el desarrollo de la región.
Desde el nacimiento de ambos Estados, éste conflicto ha complicado la vida de los habitantes de esas dos grandes Naciones.
Apoyamos el proceso de paz y los esfuerzos de los respectivos líderes para generar confianza y resolver, con el aliento de la Comunidad Internacional, las diferencias que todavía las separan.
Deseamos, asimismo, que las relaciones entre Afganistán y Pakistán alcancen la cordialidad que requiere la estabilización y desarrollo de dicho país.
España no olvida la presencia de los más de dos millones de refugiados afganos que, desde hace casi tres décadas, Vuestra Nación acoge con enorme generosidad.
Os aseguro que no cesarán el apoyo y la solidaridad de España, a través de mecanismos como el Fondo para el logro de los Objetivos del Milenio, depositado en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Por otro lado, los vínculos entre la Unión Europea y Pakistán se encuentran en pleno desarrollo con la entrada en vigor del Acuerdo de Tercera Generación, que debe permitir abordar todos los temas y cuestiones de la agenda bilateral.
Un Acuerdo que debe dar respuesta a los numerosos asuntos que nos preocupan, desde los comerciales, a los relativos a la no proliferación.
Señor Presidente,
El fundador de Pakistán, Qaid Azzan, el Gran Líder, Mohamded Ali Jinnah, expresó sus esperanzas de futuro al afirmar que ?nuestro objetivo es la paz dentro y la paz afuera?.
Su discurso ante la Asamblea Constituyente de Pakistán en agosto de 1947, y su llamamiento a la igualdad y la no discriminación entre los ciudadanos del nuevo Estado, llegaron a anticipar la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada un año más tarde, y fue plenamente coherente con su voluntad de construir la política exterior de Pakistán, basándose en la Carta de Naciones Unidas y en la contribución a la paz y a la prosperidad del mundo.
Ese legado del padre de la patria paquistaní es hoy más que nunca de plena actualidad. En esta común tarea podéis contar con la ayuda, el apoyo y la cooperación de España.
Esperamos que Vuestra Visita Oficial nos permita reforzar nuestras relaciones en beneficio de nuestros pueblos, para poder afrontar mejor los retos del presente y del futuro, desde el respeto mutuo y la cooperación.
Con este espíritu, hago votos, Señor Presidente, por Vuestra ventura personal, por la de Vuestra distinguida esposa y familia, por la prosperidad del querido y noble pueblo paquistaní, y por la fraternal amistad entre Pakistán y España.
Muchas gracias.