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ermitidme que inicie mis palabras expresando la alegría que me produce estar hoy de nuevo en esta querida ciudad de Santander, y agradeciendo al Presidente del Gobierno de Cantabria su cordial acogida y su participación, junto al resto de autoridades, en esta Jornada que organiza el ICEX y las Cámaras de Comercio bajo el título ?Aprendiendo a Exportar?. Una jornada en la que ponemos un gran énfasis sobre la importancia que tiene la creciente internacionalización de las empresas españolas.
Es fácil quedarse corto al resaltar lo acertado de esta iniciativa y la especial relevancia de sus objetivos; espero no hacerlo. Como muchos ya saben, llevo bastantes años vinculado de manera estrecha a la apasionante tarea de apoyar y promover la actividad exterior de nuestras empresas; sigo con particular interés la evolución de nuestra presencia internacional, y acudo a las distintas ferias, foros o encuentros para ofrecer el respaldo de la Corona a nuestro tejido empresarial y a la promoción de las inversiones y los intereses comerciales de España en el exterior. Es una labor que me ilusiona, como compromiso institucional y personal de servicio al desarrollo económico y social de España. Por tanto, creo en la bondad del esfuerzo que esta jornada significa y comparto su necesidad.
Como acabamos de escuchar, la internacionalización de las empresas, no es sólo un proceso destinado a aprovechar las oportunidades de otros mercados, sino que - en un mundo globalizado e interconectado como el nuestro ? constituye en sí mismo una necesidad de primer orden, no sólo para las grandes empresas, sino también para las pequeñas y medianas empresas.
Y es que en España, como en otros muchos países de nuestro entorno, las PYMES revisten una importancia capital como elementos dinamizadores de la actividad económica y responsables de la creación de empleo y riqueza. Al mismo tiempo, disponen de la flexibilidad necesaria para adaptarse a unos mercados cada vez más dinámicos y que ya casi no conocen, ni fronteras ni barreras.
Ese proceso de internacionalización de las empresas españolas en los últimos años ha dado buenos frutos, contando con un notable esfuerzo de la Administración, de las Instituciones, pero sobre todo de las propias empresas, verdaderos protagonistas de este proceso.
Ha permitido, en primer lugar, ampliar la base exportadora de la economía española, aunque estemos lejos aún del nivel que nos corresponde. De ahí, la labor de la Administración de concienciar al mayor número de PYMES no exportadoras sobre los beneficios de su internacionalización y de la necesidad de ser competitivos en otros mercados.
Como fruto de ese esfuerzo, entre los años 2000 al 2005, han aumentado en casi cinco mil las empresas que exportan regularmente. Y Cantabria ha demostrado un considerable dinamismo por encima de la media nacional.
Las empresas españolas están, sin duda, capacitadas para aprovechar las perspectivas positivas de la integración de los mercados y del aumento del comercio internacional, cuyo volumen el Banco Mundial prevé que se triplique entre 2005 y 2030.
En esta línea, el programa ?Aprendiendo a Exportar? del Instituto Español de Comercio Exterior - concebido para ayudar a más de 10.000 PYMES en toda España - forma parte de ese esfuerzo por concienciarlas sobre las oportunidades de la apertura a nuevos mercados, al tiempo que les proporciona apoyo y asesoramiento especializado, para potenciar su competitividad internacional.
Históricamente, las empresas españolas han sabido responder muy positivamente a los retos y beneficios de los procesos de liberalización. Nuestra integración en la Unión Europea nos ha aportado el acicate necesario para modernizarnos y convertirnos en una de las economías más abiertas del mundo, una economía con tasas envidiables de crecimiento, pero que todavía necesita ser mucho más competitiva.
Partiendo de dichos procesos, unas veces impulsados por el aumento de la competencia interna, otras veces atraídos por las oportunidades de mercados exteriores, miles de empresas iniciaron un proceso de internacionalización que ha beneficiado a la gran mayoría de ellas y que ha convertido a muchas en ejemplos de indudable éxito.
Algunas incluso han conseguido ser referencias mundiales en sectores con fuerte competencia exterior, contando con su apuesta por la innovación, la diferenciación del producto, la marca o la diversificación de mercados.
Todo un proceso que ha permitido a España proyectar su imagen como gran Nación que ha sabido transformarse con enorme rapidez en un país moderno y abierto con una economía de las más abiertas y dinámicas de los países más desarrollados.
Quisiera animar hoy a todos los presentes a que aprovechen el apoyo que les proporciona el ?Programa Aprendiendo a Exportar? para conocer las posibilidades de abordar nuevos mercados con una adecuada preparación. Un proceso gradual, en el que la empresa puede beneficiarse, en fases sucesivas, de diversos programas de apoyo del ICEX, algunos de los cuales cuentan con una especial colaboración de organismos de promoción de las Comunidades Autónomas y de las Cámaras de Comercio.
Dentro de los instrumentos de apoyo a las PYMES en sus primeros pasos en el exterior, destaca asimismo el ?Plan de Iniciación a la Promoción Exterior?, conocido como ?Programa PIPE?, gracias al cual más de cinco mil empresas ya han recibido un asesoramiento especializado.
En suma, ambos programas, ?Aprendiendo a Exportar? y el ?Programa PIPE? representan una valiosa oferta de apoyos ante los retos de la internacionalización, a los que hay que sumar otras muchas herramientas que, desde ICEX, con noventa y siete Oficinas Económicas y Comerciales en nuestras Embajadas, la Administración Autónoma de Cantabria, SODERCAN y las Cámaras de Comercio, se han venido diseñando para alcanzar el nivel de competitividad necesario en otros mercados.
Me alegra también comprobar hoy, que entre las PYMES cántabras existe la ilusión de poder estar pronto representadas con la amplitud e intensidad que merecen en los mercados exteriores. A ellas dirijo mi estímulo y aliento.
Gracias de nuevo por la invitación para presidir este Acto que me permite estar de nuevo en la querida Cantabria, para compartir una iniciativa, Insisto!, de indudable valor e interés para el futuro del tejido empresarial español, y por tanto para el crecimiento y bienestar de todos los españoles.
Muchas gracias.