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Palabras de Su Majestad el Rey en la Clausura del Encuentro Internacional de Rectores de Universia

Sevilla(Isla de la Cartuja), 20.05.2005

M

ucho me alegra poder presidir, junto a la Reina, este solemne acto de clausura del Encuentro Internacional de Rectores de Universia.

Nos satisface especialmente que este Encuentro haya tenido lugar en una ciudad de tan profunda vocación iberoamericana como Sevilla y, más concretamente, en su Universidad. Sus quinientos años de solera nos permiten afrontar, con especial ilusión y renovada confianza, la enorme proyección de futuro que encierran las Universidades aquí representadas.

Este Encuentro ha coincidido también con otra efemérides de gran importancia que no quiero olvidar. Me refiero al Cuarto Centenario de la primera edición del Quijote, obra maestra de la literatura universal y referente imprescindible de nuestra cultura compartida.

El acontecimiento que hoy clausuramos encierra un gran valor simbólico y afectivo. En él os habéis dado cita Rectores y representantes de centenares de instituciones universitarias de toda Iberoamérica.

Con vuestra presencia ofrecéis cabal testimonio de la preocupación sincera que sentís por el papel que corresponde a la Universidad en los tiempos venideros, y dais ejemplo cumplido de vuestro ánimo de afrontarlos con espíritu de colaboración y de trabajo en común.

Quiero, por ello, felicitar a los organizadores de este Encuentro, auspiciado por Universia, que así da muestras de su vigor y de su éxito como red que aúna a cerca de ochocientas cincuenta Universidades de América, Portugal y España en torno a unas mismas inquietudes por el desarrollo de la sociedad del conocimiento y el progreso social de la Comunidad Iberoamericana de Naciones.

Universia no sólo es el mayor portal de educación e investigación en lengua española, sino también un ejemplo de los frutos que puede rendir la colaboración entre la iniciativa privada y la Universidad. Una colaboración a la que rendimos el homenaje de nuestro sincero reconocimiento.

En el ámbito iberoamericano, la promoción de la educación y la cultura constituye uno de los núcleos esenciales de la cooperación entre nuestras Naciones.

Ya la Primera Cumbre Iberoamericana, celebrada en la ciudad mejicana de Guadalajara en 1991, puso énfasis en la necesidad de intensificar los vínculos entre las instituciones iberoamericanas dedicadas a la educación superior. También en la última Cumbre, celebrada el año pasado en Costa Rica, los Jefes de Estado y de Gobierno insistimos en la prioridad de invertir en una educación de calidad, accesible, eficiente y socialmente equitativa.

Dichos principios estarán de nuevo presentes, sin duda, en el espíritu y la letra de la próxima Cumbre Iberoamericana, que celebraremos en Salamanca en octubre de este año.

La Comunidad Iberoamericana integra a países unidos por sólidos lazos históricos, culturales y humanos, en los que debemos seguir profundizando para fortalecer su papel en el plano internacional. Una Comunidad a la que corresponde hablar con voz propia y peso específico en el concierto mundial. Es mucho lo que las Universidades iberoamericanas pueden aportar a tan importante objetivo.

A este fin, no cabe concebir mejor garantía que vuestro trabajo solidario en el marco de un Espacio Iberoamericano de Educación Superior y de Investigación, una tarea a cuya realización os aliento y animo de corazón.

La Corona está firmemente comprometida con el desarrollo de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, y tiene depositadas sus mejores esperanzas en los resultados de futuro que encierra una iniciativa histórica como la que representa esta magna reunión.

Por ello, deseo fervientemente que los esfuerzos volcados en este Encuentro Internacional se traduzcan en el establecimiento de un marco duradero de reflexión y de labor en común. Estoy convencido de que ésta es una tarea que reforzará los vínculos ya existentes entre nuestras Universidades, y que aportará el aliento del conocimiento y la investigación a la construcción de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, en la que hemos venido trabajando con ilusión y empeño a lo largo de los últimos quince años.

Con estos deseos, y con nuestro más fraternal saludo a vuestras respectivas Universidades y a vuestras Naciones, tan queridas para nosotros, declaro clausurado el Primer Encuentro Internacional de Rectores de Universia.

Muchas gracias.

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