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os alegramos mucho de estar hoy aquí y tener ocasión de dirigirnos a vosotros desde esta Casa de todos que es el Ayuntamiento de Palma de Mallorca.
Una ciudad cuyo título he recibido con especial satisfacción y orgullo, pues nos vincula aún más, si cabe, con la capital de este antiguo Reino, que es testigo de una parte muy importante de mi vida y nuestros recuerdos.
Llevamos a Palma en el corazón. Durante muchos años hemos disfrutado de su hospitalidad, a la vez tan atenta y tan discreta; de su incomparable bahía, donde nació mi afición al mar, que por tanto os debo. Hemos recorrido su inigualable marco paisajístico y urbano, escenario de la vitalidad de sus habitantes, y anudado aquí amistades que permanecen para siempre.
Esta visita nos da la mejor oportunidad de proclamarlo, y de agradeceros muy sinceramente las numerosas muestras de reconocimiento y simpatía que nos habéis dedicado con motivo de la concesión del Ducado, y a las que correspondemos con todo nuestro afecto.
Muchas gracias también por haber dado nuestro nombre a una calle tan genuina y representativa de esta Ciudad como es la Rambla. Recibimos este gesto vuestro como un honor y una prueba de vuestros sentimientos que nos obliga y compromete con todos y cada uno de vosotros.
Comprenderéis, pues, que nos sintamos particularmente cercanos a los afanes de esta Corporación, y a su tarea de cuidar y gestionar los asuntos, intereses y problemas de todos los palmesanos.
Tarea ciertamente difícil, pues supone dirigir un proceso de desarrollo del que depende muy principalmente el bienestar y nivel de vida de vuestros conciudadanos, sin dejarse arrastrar por él ni perder en este embate las señas de identidad colectiva que os identifican.
Os animamos a llevar a cabo el no siempre fácil equilibrio entre audacia y mesura, imprescindible para mantener las claves que definen vuestro auténtico ser y sentir, y resolver las cuestiones, a veces imperiosas o imprevistas, en que se cifra vuestro porvenir.
Una ciudad como ésta es mucho más que la suma de sus infraestructuras, sus ofertas y sus servicios. Consiste, sobre todo, en un proceso que aglutina un sinfín de iniciativas, demandas e intereses muy diversos, dirigiéndoles a través del diálogo a un proyecto de concordia y progreso colectivos.
Por eso queremos rendir hoy homenaje a cuantos sois capaces de movilizar este engranaje de imaginación e ingenio, de responsabilidad y esfuerzo que pone en marcha cada día el corazón de todos los palmesanos para trabajar por su ciudad, mejorarla y acrecentar su bien ganada imagen y su proyección internacional.
Compartimos vuestras preocupaciones sociales y ambiciones culturales. Seguimos de cerca la dedicación de las Administraciones, las iniciativas empresariales, la exploración de nuevas fórmulas en la oferta de servicios y el avance de vuestras industrias tradicionales que habéis sabido elevar a la categoría de arte.
Sé que no necesitamos animaros a perseverar en vuestra tarea y hallar, incluso en las dificultades, fuerzas suficientes para encontrarles respuestas adecuadas e ir tejiendo con ellas la trama del futuro que buscáis.
En este Ayuntamiento, que os representa, os reiteramos nuestro apoyo en este camino y os deseamos muchos éxitos en un empeño en el que de corazón os acompañamos.
Muchas gracias.