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on mucho gusto he aceptado la invitación del Colegio de Médicos de Madrid para inaugurar los actos conmemorativos de su Centenario.
Esta celebración tiene, desde luego, un profundo significado histórico, que se expresa en primer lugar en el marco espléndido del Gran Anfiteatro de San Carlos en que nos encontramos, y que justifica la presencia de las muy distinguidas representaciones que lo han glosado.
La claves del pasado siguen siendo sustancia y estímulo de vuestra vida colegial. La aguda sensibilidad hacia los problemas de su tiempo y el decidido afán de resolverlos es el denominador común de la larga nómina de colegiados ilustres que nos han legado el testimonio imborrable de su talento humano, su vocación médica, la excelencia de sus investigaciones y su influencia como intelectuales.
Éste es el patrimonio que os toca actualizar, con el mismo rigor y responsabilidad de vuestros predecesores.
Os reunís aquí para plantear y dar soluciones a vuestras preocupaciones e intereses específicos, entre los que figura en lugar preferente, hoy como siempre, el del alcance social de vuestra actividad.
La evolución de los sistemas de salud, las avanzadas tecnologías que se aplican en el campo de la medicina, y las cuestiones éticas y deontológicas que más directamente os atañen definen un nuevo escenario profesional a cuyos retos os animo a responder con la calidad y eficacia que os distingue y que de vosotros esperamos.
La proyección del Colegio hacia la sociedad, de la que nace y a la que sirve, es también el hilo conductor de vuestro programa de conmemoraciones, al que deseo el éxito que merece la ilusión con que lo habéis preparado.
Al felicitaros en esta fecha tan señalada, os agradezco la Medalla que vuestro presidente acaba de entregarme y que recibo como muestra de los sentimientos hacia la Corona que tan elocuentemente ha expresado en vuestro nombre, y a los que correspondo con mi afecto.
Declaro inaugurados los Actos Conmemorativos del Centenario del Colegio de Médicos de Madrid.