U
n año más, es para mí una satisfacción presidir la entrega de los Premios Nacionales de Diseño, especialmente en esta ocasión en que celebran su décima edición.
Quiero expresar mi más sincera felicitación a todos los premiados y mi enhorabuena a los promotores de esta iniciativa que, a lo largo de estos años, han logrado consolidar unos premios que reconocen pública e institucionalmente a las empresas que utilizan el diseño con éxito en su estrategia de innovación y a los diseñadores que destacan por su labor profesional.
El diseño es, cada vez más, una herramienta de competitividad esencial para nuestras empresas, que les permite aprovechar todas las oportunidades que ofrece la globalización y competir con éxito y prestigio en mercados internacionales.
Es una pieza clave en el marco de la nueva economía, de la nueva sociedad de la información y del conocimiento de este siglo XXI, con todos los retos que ello conlleva.
Pero también, el diseño nos rodea en nuestro quehacer cotidiano, está omnipresente hasta en los más pequeños detalles que mejoran nuestra calidad de vida, y es un valor cultural que manifiesta la riqueza y diversidad de nuestros productos y tradiciones.
Celebro tener la ocasión de expresar mi apoyo al talante de nuestros empresarios y a la profesionalidad de nuestros diseñadores, que con su labor contribuyen al prestigio y reconocimiento del diseño español al más alto nivel.
Mi enhorabuena a la empresa Akaba por su política de innovación y reconocimiento internacional y al diseñador Mario Eskenazi por su contribución a la mejora de la calidad en la comunicación comercial y editorial de nuestro país. Y a la entidad DZ, Centro de Diseño, a las escuelas Massana, Elisava y Eina y a Juli Capella y Quim Larrea por sus valiosas aportaciones.
En fin, mi agradecimiento al Ministerio de Ciencia y Tecnología y a la Fundación Barcelona Centro de Diseño por el trabajo realizado a lo largo de estos años, animándoles a continuar con su valiosa labor de promoción de un diseño innovador