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on motivo de mi visita oficial a la República Checa me cabe el alto honor y supone una gran satisfacción participar en este encuentro empresarial Hispano-Checo y poderlo inaugurar con estas palabras. La bella ciudad de Praga nos acoge hoy haciendo honor a su condición desde la Edad Media, de corazón histórico y cruce de caminos culturales y económicos de Europa.
España y la República Checa han vivido importantes transformaciones en los últimos tiempos y hoy son dos países con sociedades dinámicas, economías abiertas y un gran futuro por delante.
La República Checa ha visto como sus esfuerzos por modernizar sus estructuras económicas y adoptar el acervo comunitario han sido reconocidos en el último informe anual de la Comisión Europea. Basta con pasear por las calles de esta preciosa ciudad para ver los progresos realizados. España apoya firmemente el proceso de ampliación de la Unión Europea y espera tener pronto como socio a la República Checa.
En ese horizonte, nuestras relaciones económicas bilaterales tienen una importancia fundamental.
La plena incorporación de los países de Europa Central a la Unión Europea supondrá, sin duda, nuevas oportunidades para todos. España quiere aprovecharlas y, para ello, desea estar cada vez más presente en la República Checa. La relevante y numerosa presencia de empresarios españoles hoy aquí?algunos tras años de actividades en este país, otros con perspectivas de iniciarlas- constituye una muestra clara de ese interés. La evolución de nuestras relaciones comerciales resulta muy alentadora. Nuestros intercambios, impulsados por la reactivación de la economía checa, han superado por primera vez los mil millones de Euros en el año 2000.
Desde 1993, nuestras exportaciones se han multiplicado por más de 5 y nuestras importaciones por más de 4,5.
Pero tengamos en cuenta que: las relaciones económicas entre dos países ya no se miden únicamente por las cifras de comercio, sino también por el volumen de las inversiones.
A estos efectos, se ofrece un brillante porvenir para nuestra cooperación económica. En efecto, uno de los hechos más relevantes de nuestro sector exterior en los últimos años es el cambio de signo en nuestras cifras de inversión, pasando de ser receptor neto a exportador de inversiones. Esta escalada, que comenzó en 1997, alcanzó su nivel máximo en 1999, debido sobre todo a la inversión en Iberoamérica, donde llegamos a ser el primer inversor. La activa presencia española en Iberoamérica y el Mediterráneo constituye un factor de gran interés para todos nuestros socios. No obstante, no es sólo en esas zonas donde se ha concentrado el esfuerzo inversor. Durante el año 2000 la inversión en países de la Unión Europea ha estado creciendo significativamente y lo mismo puede decirse de nuestras inversiones en los países de Europa Central y Oriental y, más concretamente, en la República Checa, en donde en el año pasado casi han igualado a las realizadas en toda la década anterior, de forma que la República Checa ocupa el segundo lugar de las inversiones españolas en la zona y se afianza como un destino de creciente importancia para éstas.
Tampoco podemos olvidar que España es una de las principales potencias turísticas del mundo y que la República Checa y en concreto Praga son un país y una ciudad turísticos por excelencia. Nuestra cooperación en este campo tiene ante sí brillantes perspectivas.
Podemos, sin duda, estar satisfechos de lo que se ha logrado en los últimos años, pero debemos trabajar aún más para desarrollar al máximo las posibilidades de cooperación existentes, incluso en terceros mercados.
Estoy seguro de que los empresarios españoles están dispuestos a aumentar su presencia en la República Checa. Conocen la larga historia de este país, su tradición industrial y su capacidad para que sus productos destaquen pronto entre los de mayor calidad del mundo.
Estoy también convencido del interés cada vez mayor de los empresarios checos por España, un país que esta sabiendo adaptarse a los nuevos tiempos y que hoy pretende?tirar del carro europeo? no ir a remolque.
A todos ustedes quiero agradecerles su presencia y animarles a establecer nuevos vínculos y abrir nuevos caminos para el bien de nuestros países y de nuestros ciudadanos.
Les deseo un muy fructífero encuentro.
Muchas gracias.