ntes de declarar abierto el Curso de las Reales Academias, Su Majestad el Rey recordó que "las Reales Academias, los académicos, los que en ellas trabajan y los que las apoyan, representáis una tradición de excelencia y dignidad, que hunde sus raíces en siglos de historia". Don Felipe les agradeció su "esfuerzo permanente", les dio la enhorabuena "por esa trayectoria de trabajo y de éxito" y expresó su deseo de que "las Reales Academias tengan cada día un papel más importante en la vida académica e intelectual de España".
Acompañaron a Don Felipe el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo; el presidente del Instituto de España y presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Juan Velarde; el presidente del Tribunal de Cuentas, Ramón Álvarez de Miranda, y el secretario de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades, Marcial Marín, entre otras personalidades, junto con los representantes de las restantes Reales Academias, la directora de la Real Academia de la Historia, María del Carmen Iglesias; el presidente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, José Elguero; el presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, Joaquín Poch; el presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, José Antonio Escudero; el presidente de la Real Academia Nacional de Farmacia, Mariano Esteban; el presidente de la Real Academia de Ingeniería, Elías Ferreres; el secretario de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, y el vicedirector de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Ismael Fernández Cuesta.
El acto comenzó con las palabras del presidente del Instituto de España y presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Juan Velarde, y el secretario general de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Julio Iglesias de Ussel, quien dio lectura a la memoria de la academia. A continuación, el presidente de honor de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Marcelino Oreja, pronunció la conferencia “Europa, destino y vocación de España".
La ceremonia continuó con la intervención del ministro de Educación, Cultura y Deporte, a cuyo término Su Majestad el Rey declaró abierto el Curso de las Reales Academias. Un breve encuentro de Don Felipe con los asistentes puso fin al acto.
Las Reales Academias, surgidas del espíritu de la Ilustración y amparadas por la Corona, empezaron a constituirse en España en el siglo XVIII como centros de cultivo del saber y de difusión del conocimiento. Han sido y siguen siendo las entidades que representan la excelencia en los diversos campos de las ciencias, las artes y las humanidades. Sus valores esenciales son, por un lado, la categoría de sus miembros, en quienes concurren los más altos méritos intelectuales y científicos, y por otro, su estabilidad e independencia frente a intereses económicos o políticos.
Anualmente, la Apertura de Curso de todas las Reales Academias se celebra en una sede diferente siguiendo el orden de antigüedad. De las nueve Reales Academias que componen el Instituto de España, Real Academia Española, Real Academia de la Historia, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Real Academia Nacional de Medicina, Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Real Academia Nacional de Farmacia y la Real Academia de Ingeniería -de reciente creación-, en esta ocasión le ha correspondido el turno a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
El Instituto de España es una corporación de derecho público que reúne a las Reales Academias de ámbito nacional para la coordinación de las funciones que deban ejercer en común. Sus objetivos son fomentar la relación y la colaboración entre las Reales Academias que lo integran, y con las demás Reales Academias y Academias Asociadas; coordinar el cumplimiento de todas aquellas funciones y competencias que las Reales Academias integradas puedan ejercer en común; promover la generación del conocimiento y su transferencia a la sociedad, a través de las actividades coordinadas de las Reales Academias; ser punto de encuentro de las Reales Academias y de éstas con la sociedad; y ostentar la representación corporativa común de las Reales Academias integradas en el Instituto.