Don Felipe y Doña Letizia han asistido al acto conmemorativo del 80º aniversario de la liberación del Campo de Concentración de Mauthausen, organizado por Comité Mauthausen Austria sucesor de la Asociación Austriaca de Supervivientes de Mauthausen.
A su llegada al Campo, Sus Majestades los Reyes recibieron el saludo de Sus Excelencias Alexander Van der Bellen, Presidente Federal de la República de Austria y de su esposa, Doris Schmidauer.
Tras los saludos, Don Felipe y Doña Letizia, acompañados por Sus Excelencias Alexander Van der Bellen, presidente federal de la República de Austria y de su esposa, Doris Schmidauer, se incorporaron en la comitiva y se dirigieron a la zona de autoridades para ocupar su lugar en la primera fila de asientos ante el monumento a las víctimas.
En el momento de la llegada de la delegación española, Sus Majestades los Reyes depositaron una corona de flores frente al monumento a las víctimas, acompañados por la embajadora de España en Austria, María Aurora Mejía y el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López. Una vez depositada la corona de flores, Don Felipe y Doña Letizia vuelven a ocupar su lugar en la primera fila de asientos frente al monumento.
Una vez finalizada la ceremonia, Sus Majestades los Reyes acompañados por el presidente federal de la República de Austria, Alexander van der Bellen y su esposa, Doris Schmidauer, se dirigieron a las Salas de Exposiciones Temporales del Museo, donde, tras firmar en el libro de oro del campo, mantuvieron un breve encuentro.
Tras dicho encuentro, Sus Majestades los Reyes, tras recibir el saludo del guía del campo, Pedro Carmona, iniciaron una visita a las instalaciones del museo del Campo de Concentración y, tras detenerse frente a la placa de la Generalitat de Cataluña, depositaron una corona de flores frente a la placa institucional de España.
A continuación, se dirigieron hacia el monumento de los republicanos españoles y realizaron una ofrenda floral, y más tarde, hicieron otra frente al monumento de los republicanos franceses.
Posteriormente se desplazaron hasta la cantera de Wiener Graben y la escalera “de la muerte”, que era dónde trabajaban los presos para construir las instalaciones del campo y edificios de la Alemania nazi, con lo que finalizó la visita.
El 16 de mayo de 1945, los ciudadanos soviéticos -uno de los grupos de prisioneros más numerosos en términos de número- abandonaron el Campo de Concentración en formación ordenada en dirección a sus hogares y, en ese mismo instante, se proclamó el Juramento de Mauthausen en 16 idiomas. Este texto es un compromiso, derivado de las experiencias del internamiento en campos de concentración, para permanecer solidarios y unidos por un mundo mejor.
Sin embargo, muy pronto, muchos de los supervivientes liberados de los campos de concentración se dieron cuenta de que el regreso regular a Mauthausen como personas libres y su participación en una ceremonia de liberación se estaban volviendo de suma importancia para ellos. En los primeros años o décadas, cuando miles de supervivientes de los campos de concentración aún se reunían en Mauthausen cada año en mayo, la celebración de la liberación también cumplía una función de catarsis. Saber y reafirmarse a sí mismos que se había sobrevivido, intercambiar experiencias con compañeros de sufrimiento y luego regresar a casa ayudó a muchos a sobrellevar el trauma masivo.
La segunda función, sociopolítica, de esclarecer lo sucedido, los lemas "¡Nunca debemos olvidar!" y "¡Nunca más!", y de dirigirse a la juventud, se hicieron evidentes para la mayoría de los supervivientes de los campos de concentración.
La primera celebración oficial de la liberación en Mauthausen tuvo lugar ya en 1946 e incluyó una concentración al pie de la "Todesstiege" en la cantera con más de 10.000 personas y un intercambio de información en Linz. Los participantes sin duda han sido conscientes de la importancia de esta reunión y de esta primera celebración de la liberación. De hecho, se elaboró un documento final oficial, con las firmas de los delegados nacionales, que confirma que esta celebración de la liberación se celebrará anualmente en el futuro.
Sin embargo, la celebración de la liberación en Mauthausen (tradicionalmente a mediados de mayo) fue durante décadas un asunto exclusivo de los supervivientes, siempre internacional, pero sin mucha repercusión en la sociedad austriaca. Desde hace décadas, la Ceremonia de la Liberación ha sido organizada por el Comité de Mauthausen de Austria en estrecha colaboración con el Comité Internacional de Mauthausen y la Asociación de Lagermeinschaft de Austria, con apoyo financiero del sector público y, en mayor medida, de donaciones privadas.