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Palabras de S.M. el Rey en la entrega de los Premios de la Asociación de Prensa de Madrid (APM)

Madrid, 09.02.2021

Buenos días a todos,
Celebrar un aniversario como el que nos reúne esta mañana—de 125 años— es asomarse realmente a una ventana de la historia que nos sitúa a finales del siglo XIX. A través de ella observamos una Asociación de periodistas madrileños que nace en 1895 –como muchas otras en la época− con una finalidad fundamentalmente asistencial, pero que muy pronto se convierte en instrumento de defensa de los espacios legales y políticos desde los que ejercer libremente la profesión. Todo ello recorriendo un largo e intenso siglo XX que ha condicionado y determinado nuestra realidad actual, que ya transita por la segunda década del XXI.

Como sabéis, siempre me ha atraído e interesado el trabajo que realizáis los periodistas y es grande mi respeto por vuestra función para el buen desarrollo de una sociedad más abierta, democrática, plural y madura en la que los ciudadanos puedan tomar, con mayor libertad y conocimiento, las decisiones necesarias sobre su vida particular y su participación pública.

Y siempre he procurado conocer cada vez más y entender mejor al periodismo, a los periodistas, a la prensa y los medios de comunicación para intentar descifrar las claves de su funcionamiento y de sus problemas, y así apoyar con convicción la defensa constante las libertades de prensa y de expresión que son tan nucleares para la salud democrática de la sociedad.

Por eso estamos aquí con vosotros la Reina y yo –que en el periodismo me lleva, obviamente, muchísima ventaja− para felicitaros por ese aniversario que no pudimos celebrar en mayo del año pasado y para entregar con mucho gusto vuestros premios anuales de la APM. Son de los más antiguos de España, en el ámbito periodístico, y se encuentran también entre los más prestigiosos.

La APM distingue, en esta doble edición (81ª y 82ª), la labor de los informadores especializados en Madrid, los que encarnan ese afán por contarnos todo aquello que nos rodea, lo que sucede en los barrios, distritos y pueblos de esta Comunidad, como es el caso de Constantino Mediavilla, cronista de la Villa de Madrid y seguramente uno de los grandes conocedores de nuestro entorno más próximo. Y premia también el necesario periodismo de investigación destacando el trabajo de Laura Galaup, Elena Jiménez, Fernando Peinado y Manuel Rico, cuatro de los periodistas que informaron sobre la situación de las residencias de mayores en Madrid en los primeros días de la pandemia.

La valentía y el coraje de los jóvenes periodistas son reconocidos hoy con el premio a Clara Jiménez, pionera en la verificación de noticias, y con el galardón otorgado a Jaime Santirso que se adentró en la ciudad de Wuhan para ser testigo e informador de los inicios de la crisis sanitaria en China. Sentimos un cariño especial por este premio, dedicado al Periodista Joven del Año, pues hace 20 años lo recibía la Reina por su trabajo en los Servicios Informativos de RTVE.

El galardón al Periodista del Año destaca en Carlos Franganillo su forma de imprimir cercanía y modernidad al informativo de una cadena pública, manteniendo el rigor y el respeto a la noticia como ha hecho y sigue haciendo en la 2ª edición del TD de TVE. Algo que sucede también, pero en otro medio, en este caso la radio, con Carlos Alsina, en Onda Cero, quien crea complicidad con los oyentes, conjugando el rigor con el humor y cerrando siempre su programa con un mensaje de esperanza.

Amar una profesión y dedicarle toda una vida es un honor que se personifica en Francisco Giménez-Alemán, periodista íntegro y riguroso que ha vivido y abordado en primera línea los acontecimientos más destacados de nuestra historia reciente. Y lo ha hecho desde variados medios como ABC, Radio Televisión Madrid o la Cadena Ser, aportando siempre una visión del periodismo de servicio, con dedicación y entrega. Sentimos y comprendemos su ausencia; y le enviamos desde aquí un cálido abrazo.

Nuestra especial y entusiasta enhorabuena a todos los premiados y todo nuestro ánimo a tantos profesionales que os tienen como referencia −y también, en ocasiones, como competencia− con los que, sobre todo, compartís la pasión por ejercer el periodismo y desentrañar la vida y los acontecimientos que la jalonan en todo el mundo.

Ciertamente, el trabajo y la trayectoria de todos vosotros ponen de relieve el alto grado de vocación que es necesario para ejercer el periodismo, una profesión apasionante, que también conlleva problemas y muchos desafíos.

La difícil situación económica que implica la reducción de las fuentes de financiación publicitaria y, en consecuencia, la precariedad en muchos de los empleos en este ámbito, así como la constante evolución tecnológica que condiciona el modelo de negocio y la profesión misma, dibujan un escenario complejo para los medios de comunicación.

"...Como sabéis, siempre me ha atraído e interesado el trabajo que realizáis los periodistas y es grande mi respeto por vuestra función para el buen desarrollo de una sociedad más abierta, democrática, plural y madura en la que los ciudadanos puedan tomar, con mayor libertad y conocimiento, las decisiones necesarias sobre su vida particular y su participación pública. La Reina y yo os deseamos todos los éxitos en el ejercicio del periodismo porque redundarán en beneficio de la libertad de nuestra sociedad y de los principios y valores democráticos que consagra nuestra Constitución..."

En las últimas décadas, muchas sociedades se han visto inmersas en la aceleración experimentada por los avances tecnológicos. Y posiblemente es el sector de los medios uno de los más afectados por ese cambio drástico de velocidad, que les ha forzado a adaptarse —con gran esfuerzo y no pocos sacrificios— a una nueva manera de hacer periodismo.

Los periodistas han visto —habéis visto— cómo la llegada de las redes sociales ha puesto al alcance de todas las personas la posibilidad de difundir también hechos y opiniones. Y, además, de hacerlo con una influencia y rapidez sin precedentes.

Pero, pese a los cambios que se viven en el ámbito de la comunicación, el periodismo, como he dicho muchas veces, es hoy y siempre necesario. Y los periodistas seguís teniendo la noble misión de servir a la verdad, de transmitir fielmente los hechos en un contexto no exento de dificultades y en donde elementos como desinformación, noticias falsas o propaganda pugnan por influir cada vez más en la realidad.

Los periodistas no pueden olvidar que los destinatarios de su trabajo esperan de ellos que actúen con rigor, que eviten la precipitación en la difusión de la información y que, además, la contrasten antes de difundirla.

No habéis elegido una profesión cualquiera. Verdaderamente, debéis ser conscientes de vuestra gran responsabilidad ante la sociedad, que espera de vosotros honestidad intelectual, capacidad crítica y análisis rigurosos.

El ejercicio de un periodismo en libertad es consustancial a la democracia. Y, en España, que es buen exponente de ello, hemos contado —y contamos— con excelentes profesionales que con su trabajo contribuyen a fortalecer las instituciones destinadas al servicio de todos los españoles.

Por todo ello, los periodistas han de colaborar y enfrentar juntos los desafíos comunes que se presentan en un entorno de indudable cambio y gran incertidumbre. Y en la defensa de los valores y principios del periodismo no han de sentirse solos: es necesario que cuenten con el respaldo de los responsables de los medios de comunicación. Porque este compromiso de los dirigentes de los medios es imprescindible para hacer efectivas las acciones de entidades como la APM, y las distintas asociaciones y colegios profesionales que hay en España y que se esfuerzan día a día por preservar la esencia del periodismo.

Señoras y señores,
Vivimos en un mundo sometido a continuas tensiones; hace un año, no habría sido fácil prever la totalidad de los aspectos y consecuencias derivados de esta pandemia. Explicar lo sucedido día a día, narrando el trabajo comprometido de nuestros sanitarios y el sufrimiento de las familias afectadas por esta enfermedad, como habéis venido haciendo, ha sido —y es— esencial para que los ciudadanos se conciencien del desafío que enfrentamos. Pero también para generar esperanza, tan necesaria en situaciones como esta, a través de aquellas noticias sobre el incesante esfuerzo de nuestros científicos en sus investigaciones acerca del control y la erradicación del virus.

Es preciso, pues, reiterar y reafirmar la necesidad y la importancia de la labor periodística. Y los premios que acabamos de entregar, precisamente, ponen de manifiesto sus virtudes.

Y en este contexto, quiero subrayar la tarea de instituciones como esta Asociación de la Prensa de Madrid, que siempre se ha preocupado por la defensa de la profesión a través de una continua oferta de formación, de la protección jurídica de sus asociados, o con el asesoramiento a sus profesionales autónomos. Y que asimismo ha prestado la mayor atención a la protección social del periodista, que en la actualidad lleva a cabo mediante los servicios de Nueva Mutua Sanitaria, que generosamente apoya este acto.

No cabe duda de que sin libertad de expresión y de información no hay democracia. El compromiso de quienes trabajáis en esta profesión y la entrega de los que han dirigido la Asociación durante estos 125 años es sencillamente admirable. Muchas felicidades por este aniversario y a los premiados.

La Reina y yo os deseamos todos los éxitos en el ejercicio del periodismo porque redundarán en beneficio de la libertad de nuestra sociedad y de los principios y valores democráticos que consagra nuestra Constitución.

Muchas gracias.

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