La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, que nació hace siete años con una clara idea de servicio a la sociedad y con un profundo espíritu de solidaridad hacia los sectores castigados por la droga, hace balance de sus actividades en este acto, al mismo tiempo que da a conocer sus proyectos de futuro.
A veces es necesario, para seguir avanzando, hacer un alto en el camino. Ese momento, que aprovechamos para la reflexión, es el más indicado para confirmar o modificar el rumbo. La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, además de reafirmarse en sus objetivos generales, quiere explorar otras posibilidades complementarias de las hasta ahora desarrolladas, como mejor forma de ayudar a la sociedad.
En reiteradas ocasiones me he manifestado sobre el grave problema de la droga y de sus nefastas repercusiones sobre la sociedad en general, y sobre la familia en particular, así como sobre la gran responsabilidad que todos hemos contraído para erradicar este mal de nuestras vidas. Por esta razón, no voy a extenderme en más consideraciones sobre este asunto, que están en el ánimo de todos.
Hoy es un día de reconocimientos para la Fundación. Sin la inestimable ayuda que todos ustedes nos han prestado, nuestra labor hubiera sido en unos casos imposible, y en otros, completamente ignorada.
El espíritu de generosidad y comprensión del que todos nuestros colaboradores han hecho gala en estos años, nos reafirma en el concepto de que cualquier objetivo es siempre posible, si está basado en el esfuerzo solidario de unas voluntades comprometidas.
Gracias a todos por su ayuda. Gracias por su presencia en este acto, que confirma el compromiso moral y ético que hemos contraído con la sociedad. Y, finalmente, gracias por entender tan claramente que los demás somos siempre nosotros mismos.
Muchas gracias.