Buenas tardes Señoras y Señores, y gracias por la invitación a este acto en nuestra querida Casa de América, que siempre nos abre las puertas con afecto y está tan plena de actividad en todo cuanto se refiere a esa parte del mundo que sentimos tan próxima y de la que también en muchos sentidos formamos parte.
Y me siento honrado y agradecido porque hoy nos convoca una iniciativa y un tema que es sin duda bien importante e interesante para todos, pero que además, personalmente me atrae e importa de forma especial: la juventud, y en particular la nuestra, la de los países que conformamos la gran familia Iberoamericana.
No es la primera vez, por supuesto, que este tema centra nuestra atención; ahí están los 21 años de la OIJ… Pero si es la primera en la que podemos celebrar un esfuerzo pionero tan concreto, tan técnico y tan ambicioso que abarcan tantos países, para disponer de una herramienta analítica conjunta de primer nivel que nos facilite a todos conocer mejor la realidad con la que tratamos en toda Iberoamérica y, así poder actuar con más eficacia, tanto en el ámbito de las políticas públicas, como en el de las iniciativas de los agentes sociales y de los diversos actores privados o de la sociedad civil.
La 1ª Encuesta Iberoamericana de Juventudes es una buena muestra del dinamismo iberoamericano que encuentra en las personas más jóvenes de nuestra Comunidad una fuente extraordinaria de vigor y de capacidad para afrontar el futuro. Las expectativas con las que los jóvenes ven y perciben el futuro han sido en esta encuesta, precisamente, objeto atención principal.
Mi enhorabuena a la OIJ por esta iniciativa que ve ahora la luz, gracias al apoyo fundamental del BID y del la CAF y de otras instituciones, como la SEGIB, el PNUD, la CEPAL, la UNAM de México, la AECID, la OIT, UNFPA,… casi todas hoy aquí representadas. Se trata de un logro muy notable que merece todo el reconocimiento y gratitud.
"...Vencer la vulnerabilidad y la desprotección en las que viven millones de jóvenes en la región es una asignatura pendiente que puede abordarse mejor a la luz de las informaciones que aporta esta encuesta. La correcta comprensión de los contextos y el contraste con los datos sociodemográficos brindarán elementos que ayudarán a tomar decisiones ante el desafío de la equidad. Estoy seguro además de que este instrumento se perfeccionará en cada edición hasta convertirse en una auténtica referencia a nivel global en materia de juventud..."
La juventud es uno de los principales activos de Iberoamérica porque representa la fuerza de la transformación, la capacidad de sobreponerse a las condiciones adversas y el compromiso con el cambio en el sentido de construir un camino próspero, justo y con equilibrio generacional. La juventud iberoamericana se identifica con los objetivos y metas más nobles compartiendo plenamente los ideales y principios de la democracia, liderando movimientos a favor de la protección del medio ambiente, propugnando la paz y la convivencia como vectores del orden social y promoviendo la igualdad y la justicia como condiciones fundamentales para los modelos de desarrollo.
A estas cualidades hay que añadir hoy una circunstancia excepcional. Los jóvenes iberoamericanos integran en estos momentos un contingente poblacional muy numeroso que cuenta con generaciones muy formadas y aptas para afrontar los desafíos de la difícil coyuntura actual. Estamos de hecho ante lo que los expertos consideran el mayor “bono demográfico” que ha existido en el espacio iberoamericano, esto es, nos encontramos en esa situación en que la población en edad de trabajar es más numerosa que la dependiente. Por tanto, hemos de saber aprovechar este capital humano y social que representa una oportunidad única e irrepetible para el progreso de nuestras naciones. La sociedad en su conjunto no puede dejar de escuchar a los jóvenes y de invertir en ellos.
Con esta 1ª Encuesta Iberoamericana de Juventudes, como decía, se ha articulado una herramienta de gran valor para el diseño futuro de políticas públicas, pues permitirá orientar mejor la acción de los Estados en muchos frentes, como por ejemplo en el ámbito fundamental que es la inclusión social. Hacerlo a partir de un conocimiento más certero de las opiniones y expectativas de los jóvenes, identificando adecuadamente los procedimientos y los escenarios donde recabarlas, dará mayores garantías de acierto y éxito, para bien de los jóvenes, claro; pero también, con ellos, de nuestras respectivas sociedades.
Los datos y resultados que ha proporcionado la encuesta llaman a la acción, llaman a la decisión impostergable de transformar distintos entornos juveniles para conseguir potenciar las capacidades y virtudes de los jóvenes, para construir un modelo de desarrollo justo y sostenible en el que la juventud pueda ejercer sus legítimos derechos en un horizonte con empleo y auténticas perspectivas de futuro. En este sentido, la eliminación de las desigualdades es un imperativo prioritario para cualquier agenda iberoamericana.
Vencer la vulnerabilidad y la desprotección en las que viven millones de jóvenes en la región es una asignatura pendiente que puede abordarse mejor a la luz de las informaciones que aporta esta encuesta. Estoy seguro además de que este instrumento se perfeccionará en cada edición hasta convertirse en una auténtica referencia a nivel global en materia de juventud.
Sé que el proceso de elaboración de la encuesta ha supuesto un gran esfuerzo y que ha sido posible gracias a la colaboración de varios actores estratégicos: sector privado, organizaciones del Sistema de las Naciones Unidas y del Sistema Iberoamericano, la Universidad y los Gobiernos iberoamericanos. Termino pues mis palabras mi enhorabuena y mi agradecimiento a todos ellos y animándoles a que aseguren la continuidad y el reforzamiento de esta herramienta para que pueda seguir desarrollando toda su utilidad.
Muchas gracias.