on Juan Carlos inauguró las nuevas instalaciones de la Bodega Benjamín de Rothschild & Vega-Sicilia en la localidad alavesa de Samaniego, en la que se elaboran los vinos que comercializan bajo las denominaciones "Macán" y "Macán Clásico".
Acompañaron a Su Majestad el Rey Don Juan Carlos en este acto Su Alteza Real la Infanta Doña Elena; el lehendakari del Gobierno Vasco, Íñigo Urkullu; el presidente de La Rioja, José Ignacio Ceniceros; el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; la ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente; Isabel García Tejerina; el diputado general de la Diputación Foral de Álava, Ramiro González; el delegado del Gobierno en el País Vasco, Javier de Andrés; el secretario general de Agricultura y Alimentación, Carlos Cabanas; el alcalde de Samaniego, Cristóbal Zuñeda; el presidente de las Juntas Generales de Álava, Pedro Elósegui; el presidente del Comité Ejecutivo del Grupo Edmond de Rothschild, Benjamin Rothschild; Arianne de Rothschild, y el consejero delegado de Macán, Pablo Álvarez Mezquiriz, entre otras personalidades.
Tras el aurresku de honor y unas breves intervenciones de Arianne de Rothschild y el consejero delegado de Macán, Su Majestad el Rey Don Juan Carlos descubrió una placa conmemorativa de la inauguración de la bodega. A continuación, comenzó su recorrido por las instalaciones, que comprenden un complejo de tres edificios con más de 9.000 metros cuadrados construidos sobre una parcela de 45.000 metros cuadrados.
Cada una de estas naves representa y aloja una actividad principal de la bodega: elaboración, envejecimiento y expedición. Desde su concepción, la bodega tiene una apuesta decidida por la sostenibilidad, en términos de reducción de consumos, de emisión de gases de efecto invernadero, de vertido de residuos y de consumo eléctrico.
En este proyecto se ha invertido un total de 22 millones de euros, 16'5 millones de euros en la ejecución de la obra, que ha durado 15 años, y 5'5 millones en el proceso industrial para la elaboración de los vinos. Estas instalaciones permitirán elevar la producción de las 90.000 botellas con las que salieron al mercado en 2013 a 350.000 al año, aproximadamente, en función de la cosecha y de los controles de calidad.
La nueva bodega, situada a los pies de Sierra Cantabria y junto al valle del Ebro, ha sido construida en una parcela rectangular de cinco hectáreas en la que se ha levantado un complejo de tres edificios con más de 9.000 metros cuadrados construidos. A las naves de Elaboración, Envejecimiento y Expedición llegarán las uvas procedentes de 100 hectáreas repartidas por las localidades de San Vicente de la Sonsierra, Samaniego, Laguardia, Labastida, Elvillar, Ábalos, Navaridas y Kripán.