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uiero que mis primeras palabras sean de agradecimiento a la Asociación Española de Fundaciones, a su Presidente de Honor, el Infante Don Carlos, a su Consejo de Patronos, a sus Presidentes, Junta Directiva, y a todas las fundaciones asociadas, por la distinción que acabáis de entregarme.
Acepto, con mucho gusto, la primera Medalla de Honor de vuestra Asociación, cuando está a punto de cumplirse el primer año de su ejecutoria. Correspondo a esta atención reiterándoos el gran interés y esperanza con que sigo vuestros trabajos, a los que auguro muchos éxitos.
El sentido, amplitud y alto número de Fundaciones que integran Vuestra Asociación es un ejemplo significativo de una España que se ha ido haciendo más fuerte, más próspera y más solidaria.
Un ejemplo que demuestra que nuestra sociedad, de la que sois muy cualificados representantes, ha sabido vertebrar sus energías para participar activamente en los aspectos más integradores de la vida colectiva.
Me alegra comprobar que el movimiento fundacional español tiene hoy en vosotros una única representación. Las ventajas de esta unidad me parecen evidentes. Reflejan una convicción muy de nuestro tiempo, que ve en ella el mejor camino para aunar esfuerzos y multiplicar su solvencia y la eficacia de sus resultados.
Con una sola voz podréis hacer llegar mejor a las instituciones públicas vuestras propuestas, inquietudes y problemas y, a la vez, las aportaciones que estáis dispuestos a realizar en interés de todos. Os será también más fácil difundir en la sociedad española la labor, a veces no suficientemente conocida y valorada, de las Fundaciones en nuestro país.
Juntos podréis articular mejores mecanismos de colaboración, poniendo en común vuestros recursos materiales y humanos para atender a realidades sociales cada vez más complejas. Y podréis comparecer en el escenario internacional con mayor peso y prestigio, a la hora de abordar proyectos o tomas de contacto con las fundaciones del mundo entero.
En este sentido, os invito a que, en esta faceta de vuestra actividad, tengáis una especial dedicación al sector no lucrativo iberoamericano.
Os felicito por la iniciativa de reuniros en esta Conferencia General. A partir de un excelente documento de trabajo, un grupo de intelectuales muy prestigiosos procedentes de las Academias, la Universidad, las empresas, y las propias fundaciones, ha guiado, a lo largo de una intensa Jornada, una rigurosa reflexión común.
Se han planteado cuestiones del mayor interés: vuestro papel en las modernas sociedades abiertas; las posibles respuestas al desafío de la globalización; los principios que han de inspirar vuestro buen gobierno; y el activo y el pasivo de la experiencia española en materia de Fundaciones.
Estoy seguro de que la calidad y altura científica de cuantos han participado en estos trabajos han servido para despejar y hacer más claro el horizonte de vuestras responsabilidades presentes y futuras.
De aquí salen reforzadas iniciativas ya existentes y surgen iniciativas nuevas. Habéis llamado al documento "Agenda para el futuro" y lo habéis construido tras un denodado esfuerzo que da cumplida razón de la altura de vuestro empeño.
Es para mí una gran satisfacción estar entre vosotros esta noche. Conozco bien el aliento solidario, y el espíritu de servicio que os guía para atender las necesidades sociales, cada vez más amplias.
Soy consciente de vuestra esencial contribución a la modernización de la sociedad española en lo social, lo cultural, lo medioambiental, lo educativo, en el esfuerzo investigador, y en otras tantas actividades esenciales para el bienestar general. Una labor que merece nuestra gratitud, respaldo y respeto.
En este sentido, es mucho lo ya realizado, gracias a la materialización positiva del sueño de numerosos fundadores, a quienes expresamos hoy nuestro reconocimiento por su acertada visión, y por haber promovido un instrumento clave en esta honda transformación de nuestra vida colectiva.
Os invito a perseverar en este afán del que tanto esperamos, y en el que siempre podréis contar con el apoyo y el aliento de la Corona.
Declaro clausurada la Primera Conferencia General de la Asociación Española de Fundaciones.