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Palabras de Su Alteza Real el Príncipe de Asturias en la entrega del Premio Francisco Cerecedo de Periodismo en su XXI edición

Madrid, 30.11.2004

M

e alegra estar nuevamente con todos vosotros en esta cita anual del Premio Francisco Cerecedo que acertadamente convoca nuestra Asociación, la Asociación de Periodistas Europeos que me honro en presidir a título honorífico. La Asociación, a lo largo de 22 año (especialmente a través de este Premio), me ha dado grandes satisfacciones, porque tan solo conocer y compartir mesa con los premiados de año en año me ha supuesto -y estoy seguro de que lo seguirá suponiendo- una rica aproximación humana y profesional a grandes figuras del periodismo español y europeo.

Verme acompañado hoy de la Princesa de Asturias me llena aún más de alegría, por eso lo comparto con todos vosotros. Y quiero destacar en este acto lo mucho que me ha ayudado en mi mejor conocimiento y aprecio por vuestra profesión, por la que siempre he sentido un profundo respeto como bien sabéis.

De manera que esta noche, el premio Cuco Cerecedo me permite expresar junto a ella nuestro reconocimiento a vuestra actividad profesional, tan comprometida con la construcción europea y con los valores de nuestro mundo contemporáneo.

Estas palabras vienen muy a cuento, porque hoy reconocemos los méritos de Antonio Tabucchi, un prestigioso escritor que acude frecuentemente a la prensa escrita para analizar las realidades ciudadanas y ofrecer a los lectores sus inteligentes reflexiones.

Antonio Tabucchi habría podido recluirse en el éxito de sus novelas, que hemos tenido oportunidad de disfrutar. Pero ha preferido, como tantos otros que le precedieron en las veinte ediciones anteriores de este Premio, darnos su opinión esclarecida a propósito de los avatares cívicos, de los conflictos sociales y democráticos, de las realidades humanas en sus columnas publicadas en prestigiosos diarios de la prensa italiana y también de la española.

A Tabucchi le apasionan el oficio y la tarea del periodista, que le han servido de inspiración en algunas de sus obras más conocidas. Ese es el caso de Sostiene Pereira o de Tristano muere. En ésta última novela, resume la historia de un héroe agonizante empeñado en aclarar su verdadera historia a un periodista.

Advierte Tabucchi en boca de Tristano que "no es nada fácil convertirse en héroe; un milímetro a un lado y eres un héroe, y un milímetro al otro y eres un cobarde; es una cuestión de milímetros". Esta cita recoge lo que sucede a veces con los periodistas: aunque estén lejos de tan altas pretensiones, en ocasiones acaban arriesgando su integridad física, cuando intentan informar de cerca y con inmediatez sobre los conflictos de nuestro tiempo.

En esa misma línea, en el último de los cuentos de su libro Nocturno hindú, Tabucchi nos refiere el engaño subyacente en la ampliación del fragmento de una fotografía, y propone que desconfiemos de las selecciones intencionadas.

Las apreciaciones de Tabucchi son siempre amenas, someras y aquilatadas. Por eso, sólo podemos coincidir con el acierto del Jurado, una vez más compuesto con el intento de integrar una amplia y plural representación de los medios de comunicación españoles.

Antes de poner fin a mi intervención, permitidme que, en cuanto miembro de esta Asociación, me refiera a los dos acontecimientos de la mayor trascendencia para la integración europea ocurridos desde la entrega de la anterior edición de este Premio: Por un lado, la histórica ampliación de la Unión Europea a diez nuevos Estados Miembros y, por otro, la reciente firma del "Tratado por el que se establece una Constitución para Europa". Como europeo y como heredero de la Corona sigo con gran interés estos acontecimientos y sobre todo los debates que estáis dedicando al análisis detenido de ese Tratado. Y es que el correcto ejercicio de la democracia siempre necesita que al ciudadano se le informe debidamente y que el ciudadano se implique en el desarrollo de los asuntos públicos. Por ello, estoy seguro de que como profesionales de la información, seguiréis acertando en la tarea de comunicar a la opinión pública su significado y consecuencias.

Para concluir, la Princesa y yo reiteramos nuestra más cordial enhorabuena a Antonio Tabucchi por sus aportaciones a la literatura y el periodismo, y le expresamos también nuestro reconocimiento por su probado afecto a España y a los españoles, al que deseamos corresponder con el homenaje de nuestra admiración y aprecio.

  Muchas gracias.

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