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ara la Reina y para mí constituye un motivo de gran alegría volver a encontrarnos en la Gomera, coincidiendo con la conmemoración del Centenario de la histórica visita a todo el Archipiélago, que llevó a cabo mi abuelo, el Rey Alfonso XIII.Muchas gracias por el muy afectuoso recibimiento que las autoridades insulares y locales, así como tan distinguida representación de la sociedad gomera, habéis querido dispensarnos.En 1977, con ocasión de nuestra primera visita como Reyes a la Gomera, afirmé que andldquo;en la belleza serena de esta Isla los espíritus alcanzan esas verdades claras y sin dobleces, que se abren como faros sencillos al entendimiento de toda la Naciónandrdquo; .La Gomera es, en efecto, un lugar mágico e impresionante por su hermosura y por su orografía, que marcan el carácter y la forma de ser de los hombres y mujeres de este lugar único de la España insular.Unas características que definen los valores y virtudes que hacen que los gomeros nos hayáis llenado siempre de admiración y orgullo.Admiración y orgullo por vuestro heroísmo y vuestra ejemplaridad para vencer los obstáculos. También, por esa capacidad vuestra para conservar la belleza inigualable de la Isla, como lo prueban vuestros bosques asombrosos.Y por haber sabido proyectar vuestros atractivos turísticos al mundo entero, desde la singularidad de vuestros paisajes hasta la fuerza de vuestras costumbres y tradiciones - de las que el silbo es buena muestra - .Mucho es lo que debemos a La Gomera en términos de apoyo, solidaridad, aliento y compromiso, para que esta espléndida Isla siga prosperando cada día más, por el sendero del mayor bienestar y desarrollo.En ese horizonte, los gomeros siempre podréis contar con mi pleno apoyo como Rey, con el de todas las Administraciones públicas, y con el cariño del resto de los españoles.
La Gomera entró con nombre propio en la Historia de España y en la del mundo desde aquel 6 de septiembre de 1492.Fue entonces cuando Cristóbal Colón, alentado por los Reyes Católicos, zarpó al mando de las tres carabelas en busca de las Indias y descubrió para la Corona las costas americanas. A partir de ese momento, La Gomera, esta Isla Colombina por excelencia, se convirtió en puente entre dos mundos.Por ello, esta tarde, la Reina y yo tendremos la grata ocasión de inaugurar un busto del Almirante frente a la Casa Museo Colón, cuando se cumplen quinientos años de su fallecimiento.Hoy, cinco siglos más tarde y fiel a su tradición, Canarias refuerza su aspiración a revitalizar ese protagonismo como escala atlántica en las conexiones ultramarinas.Los canarios habéis dado muestras sobradas de vuestro afán por superar las dificultades impuestas por la lejanía y la doble insularidad. Por ello, también, Canarias siempre ha buscado la mayor interrelación entre sus Islas.La interrelación y cohesión territorial de las Islas, con sistemas cada vez más eficaces de transportes y comunicaciones, facilita el crecimiento económico del Archipiélago, su mayor cercanía con el resto de España, el bienestar social y la igualdad de oportunidades entre ciudadanos.Hoy, veintinueve años después de nuestra primera visita oficial a la Isla, me alegra poder deciros que la confianza en el futuro y la determinación en la conservación de vuestros activos, son rasgos distintivos de esta tierra, como lo es también vuestro noble espíritu de trabajo, siempre abnegado y perseverante.La necesaria brevedad de nuestra estancia en la Gomera, nos impide andndash;como hubiera sido nuestro deseo- visitarla de forma más detenida. Por ello, quiero trasladar desde aquí a todos los gomeros nuestra simpatía, cariño y respeto.Como Rey os animo a seguir conjugando tesón y perseverancia en vuestro desarrollo, contando con el apoyo y la solidaridad del resto de Canarias y de España entera.Todo ello, con confianza en el futuro y determinación en la conservación de vuestros activos, lo que merece nuestro más profundo respeto.Con este espíritu, os pido que levantemos nuestras copas para brindar por la Gomera y por todos sus habitantes, por Canarias y por España entera.Muchas gracias.