A
l inicio de este nuevo Curso Universitario quiero, ante todo, reiterar la mayor gratitud y confianza de la Corona en la Universidad española.Gratitud y confianza por su trayectoria de siglos de valiosa aportación al progreso de España, por el prestigio de sus cuadros académicos y, sobre todo, por su consustancial misión y vocación de preparar el futuro siempre mejor para España que todos anhelamos.Sin la Universidad española no podrían entenderse la profunda modernización y los muchos logros alcanzados por nuestro país en estas últimas décadas. Sin ella, tampoco podría nuestra sociedad asumir con la debida seguridad y confianza la consecución de nuevas metas y la superación de nuevos retos.De ahí, el compromiso de pleno apoyo de la Corona a la Universidad española que la Reina y yo queremos renovar en este día.Y lo expresamos con toda solemnidad y con la gran satisfacción que sentimos al poder presidir la apertura del Curso Universitario 2006-2007 en la Universidad Carlos III de Madrid que, hoy y en este acto, representa a todas las Universidades de España.Una ocasión que me brinda la oportunidad de felicitar con todo afecto a esta Universidad, caracterizada, a lo largo de sus diecisiete años de vida, por una búsqueda de la excelencia ampliamente recompensada con el reconocimiento de la comunidad académica y científica, tanto nacional como internacional.La Universidad Carlos III se ha convertido, en efecto, en una referencia para quienes apuestan por elevar la calidad de la enseñanza universitaria, debido al buen hacer de cuantos la integráis y promovéis, poniendo de relieve la vitalidad permanente de la Universidad en España.El alto nivel de esta Universidad no es, afortunadamente y en modo alguno, una excepción.Las Universidades españolas y su organización jurídica y administrativa han conocido profundos cambios en las últimas décadas, en busca del máximo rigor intelectual y de la mayor eficacia, al servicio de España y de los españoles.Desde el punto de vista organizativo, a lo largo de este tiempo nuestras Universidades han superado desafíos muy importantes.Han asumido el principio de la autonomía universitaria, recogido en nuestra Constitución y Leyes. Se han adaptado con éxito a la extraordinaria expansión del número de alumnos, que en treinta años ha pasado de apenas doscientos cincuenta mil, a más de un millón y medio.También han sabido acomodarse a la nueva organización territorial y a la redistribución de competencias entre la Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas.En definitiva, hemos ido construyendo y disponemos de un sistema universitario capaz de responder con eficacia a las demandas de la sociedad y de emprender las eventuales mejoras que el futuro pueda aconsejar.Unas Universidades conscientes del enorme alcance de su misión y que aspiran, por ello, a perfeccionar día a día su labor.Por todas estas razones estoy convencido de que las Universidades españolas serán capaces de superar nuevos desafíos y de asumir las tareas que se presentarán en los próximos años.Entre ellas, destaca la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior, que debería avanzar a buen ritmo a lo largo de este Curso Universitario 2006-2007. Un proyecto de gran envergadura, en el que están colaborando todas las Universidades europeas, y que impulsará la construcción de una Europa cada vez más unida.Representa una excelente oportunidad para nuestro Continente y, por ello, también para España y para toda la comunidad universitaria española.Beneficiará a nuestros profesores e investigadores, así como a nuestros estudiantes, que contarán con mayores facilidades para ampliar sus conocimientos más allá de nuestras fronteras, y acrecentar sus oportunidades de progreso, favoreciendo su movilidad.Junto a la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior, la Universidad española cuenta con los Estados de Iberoamérica, que constituyen una prioridad indiscutible para España en todos los ámbitos. La comunidad histórica, humana, cultural y de intereses a la que pertenecemos, ofrece un marco excepcional para la cooperación entre las Universidades de España y de América.La construcción del Espacio Iberoamericano de Conocimiento se concibe, por ello, como una iniciativa abierta al futuro, capaz de fortalecer las relaciones con nuestros países hermanos y de contribuir, así, al desarrollo de la Comunidad Iberoamericana de Naciones.Ante todos estos nuevos retos, las Universidades españolas deben seguir buscando el mayor nivel de calidad, tanto en la docencia como en la investigación, potenciando la transferencia de los resultados obtenidos al conjunto de nuestra sociedad.Vuestros logros revierten, tanto en el desarrollo de las humanidades -a través de la reflexión y la creación- , como en la profundización del conocimiento científico y técnico que -hoy y más aún en el futuro- es componente esencial de la innovación y del crecimiento económico.Y ambos grupos de disciplinas necesitan de la investigación, como factor clave para su progreso.Las Universidades deben seguir esforzándose en la renovación metodológica en todos los campos, con objeto de facilitar y contribuir a perfeccionar, tanto el trabajo de los profesores, como la formación y adquisición de conocimientos por parte de los alumnos.Esa búsqueda de la excelencia en la Universidad repercute siempre en la mejora de su vocación de servicio a la sociedad, erigiéndose en factor clave de nuestro progreso cultural, económico y social.Alcanzar tales metas requiere del trabajo conjunto de quienes integráis la Comunidad Universitaria: profesores e investigadores, alumnos y personal de administración y servicios. Al mismo tiempo, reclama también el respaldo de todas las instituciones que tienen atribuidas las competencias educativas.Los profesores tenéis la gran responsabilidad, por una parte, de profundizar en los conocimientos que poseéis, mediante el estudio, la investigación y vuestras publicaciones y, por otra, de hacer llegar esos saberes a los alumnos, ayudándoles a fijar criterios y a saber cómo abrirse camino en un mundo cada vez más competitivo y globalizado.Es la vuestra una preciosa labor que requiere de mucha entrega, esfuerzo, preparación y rigor intelectual, cualidades que os caracterizan y que hoy deseo subrayar al expresaros el permanente reconocimiento y la mayor gratitud de la sociedad española.Por vuestra parte, los alumnos os encontráis en un período único de formación integral, que requiere de mucho esfuerzo, concentración y disciplina, estimulados por la conciencia del enorme tesoro que, para vuestras vidas y para el conjunto de la sociedad, vais a acumular a lo largo de vuestro ciclo de educación universitaria.Una etapa que debe estar marcada asimismo por el fomento y la adquisición de valores que os permitan administrar vuestros conocimientos al servicio de la sociedad, combinando una sólida preparación intelectual con el cultivo de importantes virtudes que harán de vosotros ciudadanos responsables, tolerantes, comprometidos y solidarios.Para el buen funcionamiento de nuestras Universidades es también imprescindible el trabajo cotidiano de su personal administrativo y de servicio, a quién queremos dedicar hoy nuestra gratitud y estima.Nuestras Universidades han demostrado a lo largo de los últimos decenios que son capaces de adaptarse a un entorno cambiante, de superar nuevos retos y de realizar una importante contribución a la construcción de una España cada vez mejor.En ese empeño contáis siempre con la confianza y aliento de la Corona y con el respeto y admiración de los españoles.Declaro inaugurado el Curso Académico Universitario 2006-2007.Muchas gracias.