Es para mí un motivo de especial alegría y satisfacción encontrarme de nuevo en Barcelona para inaugurar la Conferencia que, con el título "Nuevas ignorancias, Nuevas alfabetizaciones", se abre hoy, organizada bajo los auspicios de la UNESCO como parte integral del Foro Universal de las Culturas 2004.
Barcelona, siempre abierta a la innovación y la modernidad, vuelca así una vez más su atención en uno de los temas de mayor actualidad internacional, por el que siempre he sentido un particular interés personal.
Felicito a todos los organizadores y participantes en este encuentro, especialmente a aquellos que, procedentes de otros países, nos visitan hoy con este motivo, a quienes deseo una muy feliz estancia en España. Quiero referirme en particular a los Señores Presidentes de la República de Lituania, de la República del Senegal y de la República Federal de Nigeria, así como al Director General de la UNESCO, que hoy nos acompañan, y a quienes deseo transmitir un saludo muy cordial de S.M. el Rey, al que uno el mío propio.
Señoras y Señores,
Mientras la globalización ha unido a los pueblos, también ha supuesto la aparición, o reaparición en un nuevo contexto, de formas inquietantes de ignorancia. Todo ello forma parte de las "nuevas ignorancias". En nuestro mundo contemporáneo, podemos distinguir cuatro formas de ignorancia: La ignorancia de la diversidad, la ignorancia del otro, la ignorancia de la ética y la ignorancia del futuro.
Este Diálogo intentará identificar vías para contrarrestar las nuevas ignorancias por medio de nuevas alfabetizaciones -esto es, los conocimientos, valores y capacidades necesarias para afrontar aquellas deficiencias.
A la luz de la realidad actual cobran todo su sentido las siguientes palabras incluidas en la Constitución de la UNESCO: "En el curso de la historia, la incomprensión mutua de los pueblos ha sido motivo de desconfianza y recelo entre las naciones, y causa de que con frecuencia sus desacuerdos hayan degenerado en guerra".
El concepto de vivir "juntos en un mundo globalizado" requiere reconocer la diferencia y la diversidad como oportunidad y valiosa fuente al servicio del bien común.
El desacuerdo y las diferencias son parte de la interacción humana, pero el concepto de convivencia subraya la necesidad de aceptar, comprender y respetar otros tipos de comportamientos y puntos de vista, de creencias, valores y culturas, buscando así el consenso o compromiso conforme a las reglas que rigen toda sociedad democrática.
Esta tarea, que es de vital importancia para la paz, el desarrollo y la cohesión social, recae hoy plenamente en el ámbito y las responsabilidades de la educación.
Aunque la escuela sigue desempeñando un papel primordial, no cabe duda que la formación debe estar presente en todos los niveles de nuestra actividad para que sea sostenible.
"...El concepto de convivencia subraya la necesidad de aceptar, comprender y respectar otros tipos de comportamientos y puntos de vista..."
Es decir, debería ser un complemento de la educación en la familia, en el lugar de trabajo, en la comunidad o en los medios de comunicación. Esta compleja área pedagógica, llamada aprendizaje social y emocional trata, en definitiva, de crear una sociedad que tenga un verdadero anhelo ético de mejora.
Este concepto de la actividad educativa adquiere toda su dimensión en un momento como el actual, en el que la globalización se materializa en un encuentro sin precedentes de individuos, culturas y opiniones a escala mundial.
En un mundo dominado por la ciencia y la tecnología, la realidad es que las artes y las lenguas son a menudo infravaloradas, cuando no ignoradas, como vehículos clave para el entendimiento mutuo.
La globalización, impulsada por el desarrollo de los medios y las modernas tecnologías de la comunicación, favorece los intercambios y las interacciones. Pero también genera posibles "brechas tecnológicas", malentendidos, estereotipos y xenofobia , que pueden extenderse desde los libros de texto hasta Internet.
Vistos en su conjunto, estos desafíos apuntan a la necesidad de incorporar la cultura de la información para el desarrollo de la calidad educativa, como ya reclamó la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, celebrada en Ginebra el año 2003.
Desde un punto de vista estrictamente ético, las políticas educativas deben ser genuinamente democráticas. Educar por y para la democracia.
Esta es la base específica de la Década Internacional para una Cultura de Paz y por la No violencia para los Niños del Mundo en la que estamos inmersos.
El concepto de aprender a convivir necesita ser promovido por los líderes políticos y de la sociedad civil, entendiendo que se trata de un proceso complejo y continuo.
Este concepto implica la capacidad de unos ciudadanos activos para desarrollar un sentido de identidad global y local, así como una habilidad para entender a los demás y apreciar la diversidad.
Requiere asimismo respetar las normas sociales, la ética, los derechos humanos, conocer la propia historia y la de los otros grupos sociales y culturales, incluyendo otras generaciones, géneros y clases sociales.
Espero que este Encuentro contribuya a esos esfuerzos de maduración y reflexión con la participación de todos, y sirva de base para atender los nuevos retos y necesidades de la educación del siglo XXI.
Con mis mejores deseos de éxito para los trabajos de esta Conferencia, declaro inaugurado el Diálogo "Nuevas ignorancias, Nuevas alfabetizaciones. Aprender a convivir en un Mundo globalizado".
Muchas gracias.