M
e llena de satisfacción poder presidir, junto con la Reina, esta entrega de los Premios Nacionales de Investigación que, un año más, ponen de relieve los avances registrados en España en materia de investigación y desarrollo científico.Santiago Ramón y Cajal, español universal cuyo legado no conoce límites temporales, ya nos decía que "la posteridad duradera de las Naciones es obra de la ciencia y de sus múltiples aplicaciones....".Este importante acto que hoy nos congrega constituye, sin duda, una ocasión propicia para subrayar ante la sociedad española el valor de la investigación y del desarrollo científico para nuestro presente y para nuestro futuro.Nos permite, además, rendir el debido homenaje a nuestros científicos y renovar nuestro compromiso con el esfuerzo admirable, tantas veces sacrificado, que encierra la actividad investigadora.Hay una estrecha conexión entre los descubrimientos de la ciencia y ese conocimiento más profundo de la realidad que amplía nuestra capacidad y sensibilidad como seres sociales, culturales y políticos.La Corona desea reiterar con este acto su pleno respaldo y aliento al cultivo de la ciencia al más alto nivel, como bien social de gran magnitud y herramienta imprescindible para asegurar el progreso de España en un entorno internacional cada vez más competitivo.Quiero expresar nuestra más viva felicitación y sincero reconocimiento hacia la valiosa labor de los destacados investigadores cuyos méritos hoy distinguimos: los Doctores Don José María Mato de la Paz, Don Jesús Ávila de Grado, Don José Domínguez Abascal, Don Jordi Nadal Oller y Don Francisco Rico Manrique.El ejemplo de sus trayectorias científicas, el esfuerzo volcado en sus tareas investigadoras y los fructíferos resultados de sus hallazgos, constituyen un motivo de orgullo para todos.Desde el terreno de la salud hasta la génesis de la obra literaria, desde el mejor conocimiento de la esencia de la vida hasta el pasado de nuestra economía o la naturaleza de las estructuras de la materia, sus aportaciones nos honran y enriquecen.Los científicos destinatarios de los Premios que hoy otorgamos, pertenecen a la estirpe de quienes contribuyen con su esfuerzo a construir una España más moderna, abierta al mundo, volcada al futuro y ansiosa de participar en el progreso y bienestar de toda la Humanidad. Con ello, siguen la estela de las grandes personalidades de la ciencia española que dan nombre a los galardones que han recibido.A todos los galardonados, y a cuantos equipos han colaborado en el desarrollo de sus trabajos, agradecemos su probada ilusión, ejemplar entrega, fecundo esfuerzo y encomiables sacrificios. También agradecemos su sentido de la universalidad en el saber, su voluntad de enseñar a los más jóvenes y su compromiso con la difusión del conocimiento.La sociedad española tiene, sin duda, en vosotros un referente y un modelo a seguir.Como Nación moderna y dinámica, España dedica importantes esfuerzos en materia de investigación, consciente del lugar que le corresponde ocupar en este campo por su potencial humano, capacidad económica y nivel de desarrollo social.España posee hoy investigadores de primera fila, ha configurado equipos científicos de elevado rango internacional, dispone de infraestructuras de grancalidad y de instrumentos de relieve para evaluar los resultados de la investigación.Hoy, en suma, la investigación científica española se encuentra en un momento de madurez. La excelencia y el creciente prestigio internacional de nuestra comunidad científica así lo atestiguan.Pero la actividad investigadora no es una tarea puntual, sino un esfuerzo que debe ser sostenido en el tiempo, contando con el respaldo de los poderes públicos y de la sociedad en su conjunto. Requiere, asimismo, propiciar la incorporación y promoción del enorme potencial de futuro que encierran nuestros más jóvenes investigadores.Cuantas instituciones participan en el desarrollo de la actividad investigadora han de unir voluntades y conciliar energías para generar los mejores proyectos, lograr la máxima eficiencia en la utilización de los recursos y transferir debidamente a la sociedad los resultados de la actividad investigadora.Me refiero, tanto a los organismos públicos como a los privados, a las Universidades, a las Fundaciones, a los Institutos, Hospitales, Centros Tecnológicos y, naturalmente, al mundo empresarial, cuyo apoyo a la actividad científica resulta decisivo.Confío en que estos galardones y el reconocimiento que representan, sirvan para incentivar la labor investigadora, tanto en el plano nacional, como en el desarrollo de la cooperación científica española a escala europea e internacional.Animo a todos a continuar, con ilusión y esperanza, ese apasionante empeño en favor de la investigación y la excelencia científica en España.Al concluir mis palabras, quiero reiterar mi felicitación más sincera a los Premios Nacionales de Investigación 2004, con la expresión personal de mi gratitud por su inestimable contribución a la ciencia española y su aportación a la construcción de un futuro aún mejor para España y todos los españoles.Muchas gracias