Buenos días a todos, señoras y señores,
Quiero comenzar mis palabras expresando la satisfacción que sentimos la Princesa y yo por poder acompañaros y presidir este acto que formal u oficialmente inaugura -en España- el Año Europeo del Voluntariado 2011. Muchas gracias por contar con nosotros para un acto tan lleno de significado, tan lleno de solidaridad. No es un tema nuevo para nosotros ya que desde hace años nos sentimos vinculados y comprometidos con el fomento de la actividad voluntaria en nuestra sociedad como herramienta potente de acción social, de ayuda y solidaridad; pero también como mecanismo de participación y, por tanto, de enriquecimiento del tejido social, que hace a cualquier sociedad más madura y sana, más humanizada, e incluso más democrática.
El voluntariado y todo lo que implica están, afortunadamente, cada vez más presentes en nuestras sociedades. Hace solo dos meses tuvimos la alegría de clausurar el XIIIª edición Congreso Estatal del Voluntariado en España y, unos días después, se celebró el Día Internacional del Voluntario. Existe un innegable espíritu de generosidad que brota de muchas personas y en todos los lugares, y que merece el apoyo de administraciones, empresas y entidades del Tercer Sector. En este sentido quiero subrayar con orgullo que el voluntariado español -presente aquí a través de la Plataforma del Voluntariado- ha llegado a cotas muy altas de organización, eficacia y dimensión, gracias a la entrega y mérito de miles de hombres y mujeres.
Por ello, en un día como hoy quiero dar la enhorabuena por su espléndido trabajo diario a los voluntarios y voluntarias que nos acompañan, así como a las entidades sociales aquí representadas. Sois un activo admirable, querido y necesario. El esfuerzo de participación de las personas e instituciones que a lo largo de estos años han contribuido a la promoción del voluntariado en nuestro país se ve ahora reforzado por esta celebración del Año Europeo del Voluntariado, y animado para continuar y a mejorar permanentemente.
Nuestro continente cuenta con una larga tradición de solidaridad y de respeto a los derechos humanos y a la dignidad de la persona, tradición que tiene su reflejo en un voluntariado vigoroso y fuertemente enraizado. Ello explica las cifras llamativas que se vienen repitiendo: en la Unión Europea hay aproximadamente 100 millones de voluntarios, y el voluntariado representa en términos económicos entre el 3 y el 4 por ciento del PIB de los Estados miembros de la Unión.
"...La decisión del individuo que aporta desinteresadamente su trabajo, esfuerzo, saber y tiempo a los demás, radica en el convencimiento de que esa ayuda es un imperativo para los hombres y mujeres comprometidos con la sociedad y sensibles al dolor ajeno y a los más vulnerables. El mero hecho de intentar dar lo mejor, de intentar contribuir a paliar un sufrimiento o solventar una dificultad sin esperar nada a cambio, os engrandece como seres humanos y como ciudadanos. ..."
Pero las necesidades son grandes, no remiten, en todo caso crecen y, además, el reparto del esfuerzo voluntario, de su eficacia y del reconocimiento y apoyo que recibe es todavía bastante desigual en la UE. Por eso, con este Año Europeo que acaba de arrancar, aspiramos a lograr un entorno que favorezca aún más el voluntariado en toda la Unión. Se pretende asimismo aportar medios a las organizaciones de voluntarios y mejorar su calidad, recompensar y reconocer su trabajo, así como sensibilizar a la opinión pública sobre su valor e importancia. Todo ello con el compromiso, colaboración y coordinación de las políticas y estrategias nacionales. Estos objetivos, como en general, la labor del nuestro voluntariado español, y desde hoy este Año Europeo, cuentan con nuestro pleno respaldo.
A lo largo del año y bajo la actual Presidencia rotatoria de la UE, representada en este Acto por la embajadora de Hungría, los voluntarios europeos intercambiaréis conocimientos y experiencias, y debatiréis sobre las mejores fórmulas para conseguir un voluntariado más eficiente. Al mismo tiempo podréis mantener un diálogo con diversos responsables políticos y, sobre todo, dar a conocer vuestro trabajo ejemplar al conjunto de la sociedad. Os animamos a que aprovechéis estas oportunidades, porque el mejor desempeño de vuestra vocación -que aborda desde los problemas de los discapacitados hasta la protección del medio ambiente- es absolutamente fundamental para todos.
La frase "No es lo que hago, es por qué lo hago", que recordaba el Presidente del a Plataforma, es parte del lema de la Plataforma del Voluntariado en este Año Europeo. Un lema con un profundo sentidoético y, también, de gran repercusión social. Sentidoético porque la decisión del individuo que aporta desinteresadamente su trabajo, esfuerzo, saber y tiempo a los demás, radica en el convencimiento de que esa ayuda es un imperativo para los hombres y mujeres comprometidos con la sociedad y sensibles al dolor ajeno y a los más vulnerables. El mero hecho de intentar dar lo mejor, de intentar contribuir a paliar un sufrimiento o solventar una dificultad sin esperar nada a cambio, os engrandece como seres humanos y como ciudadanos.
En otra ocasión he señalado que el voluntariado no es voluntarismo, -no esúnicamente el noble deseo de favorecer a los demás-, sino que representa asimismo la decisión efectiva, tomada con madurez y ejercida conforme a un método, de contribuir con las fuerzas, saberes e instrumentos de cada uno a favor del interés general.
El voluntariado y la profesionalidad -entendidaésta en el sentido de capacidad y conocimiento- pueden y deben ir de la mano para que los frutos de la acción solidaria sean siempre los mejores posibles. Son importantes las razones que os estimulan en vuestra labor, pero también los resultados que conseguís. Especialmente en tiempos de crisis económica como los actuales, vuestra red tupida de solidaridad previene de la exclusión social a un gran número de personas. Estoy convencido de que vuestra actividad es, por todo ello, cada vez más esencial para la sociedad, para su cohesión y bienestar, así como para contribuir a la constante superación de retos y dificultades.
El voluntariado es, en definitiva, una auténtica escuela de ciudadanía para nuestra juventud que -a través de la ayuda y la participación desinteresada- se impregna de sentido, responsabilidad y compromiso cívico. No cabe duda de que el voluntariado favorece el desarrollo de una ciudadanía europea cada vez más plena, más sólida y vital. Necesitamos la acción y el ejemplo de los voluntarios para asegurar un futuro de mayor justicia y solidaridad a todo nuestro continente.
Estoy seguro de que 2011 será muy fructífero para el voluntariado en Europa. Con ese deseo deéxito, declaro inaugurado en España el Año Europeo del Voluntariado 2011.
Muchas gracias.