Muchas gracias por vuestra cariñosa bienvenida a Pamplona y por las palabras tan amables con las que me acogéis en esta tierra navarra, abierta, dinámica y solidaria. Venir a Pamplona, venir a Navarra es volver a casa. Así que os imaginaréis cuánto me alegro de que estemos aquí para clausurar este segundo Congreso Internacional sobre Dependencia y Calidad de Vida.
Quiero dar las gracias a la Fundación Edad y Vida por invitarme. Mi gratitud también a todos los que de una u otra manera os habéis involucrado en organizar este congreso.
"...Todos somos responsables de que las personas mayores sigan sintiendo que cuentan y que contamos con ellos: las familias, las administraciones públicas, la iniciativa privada y en general todos los que formamos parte de la sociedad. De ahí la importancia de este congreso y de que vosotros, los que más sabéis, hayáis debatido y puesto en común los retos y dificultades de quienes nos han cuidado, nos han protegido, nos han educado y nos han querido sin pedir nada a cambio...."
Luego tendremos la oportunidad de hablar sobre el trabajo que habéis hecho desde el lunes por la mañana, un trabajo que merece la mayor atención. Se trata de nuestros mayores, de personas que tienen más edad que algunos de nosotros y mucha vida. Y hoy vivimos más que antes, una obviedad que nos exige estar a la altura de quienes han entregado a la sociedad su tiempo y su trabajo, y que aún hoy lo siguen haciendo. Ahora estamos en deuda con ellos. Porque no todos disfrutan de las mismas condiciones de vida, del mismo cariño de sus familias. Por eso, si conseguimos que los ciudadanos mayores tengan la mejor calidad de vida, ganamos todos. Ellos también son motores de nuestra comunidad. Y en este congreso habéis tratado todos los asuntos que conciernen a las personas de más edad. Repaso sólo algunos: atención socio-sanitaria, formación de especialistas, inversión en investigación geriátrica, seguridad y protección jurídica, financiación y costes, mayores dependientes, promoción de la autonomía personal...
Todos somos responsables de que las personas mayores sigan sintiendo que cuentan y que contamos con ellos: las familias, las administraciones públicas, la iniciativa privada y en general todos los que formamos parte de la sociedad. De ahí la importancia de este congreso y de que vosotros, los que más sabéis, hayáis debatido y puesto en común los retos y dificultades de quienes nos han cuidado, nos han protegido, nos han educado y nos han querido sin pedir nada a cambio. Para ellos, nuestro respeto y nuestro cariño en este momento de sus vidas. Que además de recuerdos, sigan teniendo ilusiones.
Envejecemos todos. Y envejecer es una suerte si podemos sentirnos bien. Es ese bienestar el que debemos conseguir para todos nuestros mayores en toda España. Este congreso ha impulsado sin duda el compromiso que tenemos con quienes nos preceden en la vida. Gracias por organizarlo y por renovar la gratitud de nuestra sociedad a los mayores. Les debemos mucho. Declaro clausurado este II Congreso Internacional sobre Dependencia y Calidad de Vida. Muchas gracias.