S
eñor Nuncio Apostólico,
Señoras y Señores Embajadores,
La recepción del Jefe del Estado con motivo del Año Nuevo a los Jefes de Misión Diplomática anteél acreditados es, como bien saben, una práctica muy antigua y extendida en muchos países del mundo a la que España también atribuye una especial importancia.
Una oportunidad para hacer balance y exponer las grandes líneas de nuestra política exterior, así como para poder departir amistosa y directamente con todos ustedes.
Mucho agradezco por ello su presencia, así como las amables palabras y afectuosa felicitación que el Decano del Cuerpo Diplomático nos ha dirigido en nombre de todos los presentes.
También deseo expresarles por mi parte, junto a la Reina y los Príncipes de Asturias, los mejores deseos deéxito y felicidad personal, así como de paz y prosperidad a los Estados y Organizaciones que Ustedes representan.
Lamentamos el fallecimiento hace pocos días del Embajador del Principado de Mónaco, Señor Jean Frissore. Reiteramos nuestro más sentido pesar a sus familiares, a las autoridades monegascas y al Cuerpo Diplomático acreditado en España.
Señoras y Señores Embajadores,
La situación internacional está marcada por crisis y dificultades, que subrayan la intensa interdependencia de nuestros países en un escenario de globalización.
Interdependencia y globalización requieren de una debida voluntad política, que haga cada vez más efectiva la cooperación internacional a favor de la paz, la seguridad, la estabilidad y el bienestar de nuestras sociedades.
El Año Nuevo se abre con desafíos, y también con oportunidades, que plantean a la comunidad internacional el reto de adaptar sus estructuras a este mundo globalizado, fomentando el diálogo y las relaciones de confianza entre las Naciones.
La crisis financiera y económica internacional pone de relieve la profunda interrelación de nuestras economías, así como la necesidad de cooperar en su pronta superación.
Todo ello para retornar cuanto antes a una senda generalizada de crecimiento y empleo, manteniendo los esfuerzos de cooperación contra la pobreza.
Como octava economía mundial, con empresas e inversiones punteras, que participan en el desarrollo económico y social de muchos países, España viene manifestando su voluntad de contribuir a la pronta solución de esta crisis, y a sentar las bases para un crecimiento más saneado, sostenible y duradero en el plano mundial.
También vivimos con especial preocupación las múltiples guerras y conflictos que atentan contra la paz y seguridad en diversos escenarios de nuestro planeta.
En estos momentos concentra nuestra atención la grave crisis que desde hace semanas asola Oriente Medio y que, reitero, exige redoblar todos los esfuerzos diplomáticos necesarios para lograr un alto el fuego que ponga fin, cuanto antes, a la situación de violencia y sufrimiento en la zona.
España, que siempre ha trabajado activamente por el logro de una paz global, justa y duradera en la región, está igualmente comprometida en contribuir a la solución de esta crisis.
Señoras y Señores Embajadores,
Tanto en el plano bilateral como en el multilateral, España sigue volcada en los ejes prioritarios de su política exterior.
En el plano europeo, España está ejerciendo su semestre de Presidencia del Consejo de Europa cuando se celebra el cincuenta Aniversario de su institución más emblemática, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Junto a ello y desde ahora, la preparación de la Presidencia española de la Unión Europea en 2010 concentrará nuestros mejores esfuerzos. Para entonces, esperamos contar con el nuevo Tratado de Lisboa y poder aprovechar su potencial.
Desde una firme convicción europeísta, España aspira a responder a las preocupaciones e inquietudes de los ciudadanos europeos, con objeto de reforzar su confianza en la Unión.
España se propone así desarrollar nuevas políticas en sectores esenciales como la energía, el cambio climático o la inmigración, e impulsar otros proyectos trascendentales como el espacio de libertad, seguridad y justicia.
A la vista de la compleja situación económica actual, España seguirá promoviendo una actuación coordinada y eficaz de la Unión Europea para reforzar la competitividad de nuestras economías y estimular el empleo, con una clara apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías.
España se esforzará, además, por garantizar que la Unión hable en mayor medida con una voz propia en la escena internacional, proyectando sus valores y ejerciendo el papel que le corresponde.
En elámbito iberoamericano, casi dos décadas de Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno avalan la utilidad y el potencial de la labor de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, contando con la voluntad política necesaria para ello.
España ha acompañado y quiere seguir acompañando, el crecimiento político, social, económico y cultural de la Comunidad Iberoamericana.
Estamos convencidos de que a Iberoamérica corresponde un mayor protagonismo en el plano internacional y en su relación con la Unión Europea. La próxima Cumbre, en la ciudad portuguesa de Estoril, debe fortalecer esa proyección internacional y dinamizar una eficaz cooperación en nuevos sectores.
Los Bicentenarios iberoamericanos, entre 2009 y 2026, nos ofrecen sin duda una oportunidad para avanzar en la construcción de un futuro que refuerce la cohesión política, económica y social de la Comunidad Iberoamericana.
Por otra parte, en pocos días el Senador Obama tomará posesión como nuevo Presidente de los Estados Unidos, un gran país amigo, socio y aliado, con el que queremos continuar profundizando e impulsando nuestras relaciones en unos tiempos marcados por una exigencia de cooperación en diversos frentes, en los que las relaciones transatlánticas cobran una renovada importancia.
Al mismo tiempo, España seguirá contribuyendo al desarrollo del espacio euromediterráneo, contando para ello con la puesta en marcha de la nueva sede en Barcelona de la Unión para el Mediterráneo.
Igualmente, España desea promover sus relaciones conÁfrica, Asia y Pacífico, mediante nuevos planes estratégicos que incrementarán nuestra presencia, cooperación y diálogo institucional en dichos países.
Diálogo político, diplomacia, cooperación y concertación son los instrumentos más eficaces para avanzar en la solución de los problemas que atenazan a la comunidad internacional, para promover la paz, la seguridad, la democracia, los derechos humanos y la estabilidad.
Cooperación y concertación para luchar contra el terrorismo y el narcotráfico, el hambre, las injusticias, las pandemias o el deterioro ambiental.
El terrorismo, siempre inaceptable, que atenta contra la vida y los derechos de tantas víctimas que no podemos olvidar, ha vuelto a mostrar su rostro cruel y sanguinario en muchos lugares del mundo, como recientemente en Bombay.
Un terrorismo objeto de nuestra máxima condena, que exige los mayores esfuerzos de cooperación para erradicarlo de la faz de la tierra.
España mantiene un firme compromiso con el sistema de Naciones Unidas para garantizar la paz y la seguridad internacionales.
Destaca la encomiable labor que desde hace veinte años realizan los militares españoles, junto a los de otras muchas Naciones, en misiones Internacionales tanto bajo bandera de las Naciones Unidas, como de la OTAN o de la Unión Europea.
Rendimos un emocionado homenaje a las personas que desgraciadamente perdieron su vida en estas Misiones, al tiempo que reiteramos nuestro afecto y solidaridad a sus familias.
Por otra parte, España mantendrá su esfuerzo en la lucha contra la pobreza y en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio. La Cooperación Española seguirá dedicando importantes recursos al fomento de la cohesión social, al desarrollo sostenible, a los valores democráticos y a la resolución de conflictos.
Ese es el espíritu que anima la labor de tantos hombres y mujeres que trasladan la solidaridad del pueblo español a regiones del globo duramente azotadas por catástrofes naturales.
Con el apoyo de los organismos e instituciones competentes, España seguirá fomentando sus relaciones e intercambios económicos, culturales y científicos con el mundo. Una tarea para la que cuenta, en el plano cultural y lingüístico, con la prestigiosa e intensa labor del Instituto Cervantes.
Señoras y Señores Embajadores,
Les reitero mi gratitud y la de nuestro Gobierno por su dedicación al fortalecimiento de los lazos de amistad y de cooperación con España.
Les ruego finalmente transmitan a los Jefes de Estado, a los Gobiernos y a los pueblos que representan, nuestros mejores deseos de paz, felicidad y prosperidad, que hacemos extensivos a sus familiares y colaboradores.
Muchas gracias.