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oy volvemos a esta querida ciudad para presidir la solemne clausura de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008.
Un Acto que me permite ensalzar el gran trabajo realizado, agradecer todos los esfuerzos desplegados, y animar a acometer juntos nuevos proyectos que, como esta Expo 2008, nos sirvan de estímulo para construir unidos una España siempre mejor.
Durante los tres últimos meses, Zaragoza se ha volcado, dando lo mejor de sí misma, para conseguir el resultado que hoy celebramos y que merece nuestra más sincera felicitación.
Tres meses en los que millones de visitantes han podido admirar y disfrutar las instalaciones de esta Exposición, sensibilizarse con sus contenidos temáticos, y gozar de la amplia oferta cultural de la capital de Aragón.
Un proyecto impulsado con inteligencia y tesón por Zaragoza, que ha contado con el continuo, coordinado y eficaz apoyo de las autoridades de la Comunidad Autónoma de Aragón y del Gobierno de España.
Junto a mi felicitación, quiero asimismo expresar mi agradecimiento a las autoridades, directivos, técnicos, patrocinadores, funcionarios, expertos, trabajadores y voluntarios, por la extraordinaria labor que han volcado en esta Expo.
Un agradecimiento que la Reina y yo dedicamos, con especial afecto, a todos los zaragozanos y aragoneses por la vitalidad, ilusión y hospitalidad demostradas en el desarrollo de este gran acontecimiento internacional.
Zaragoza, en efecto, se ha convertido durante estos meses en verdadera capital mundial del agua, gracias al alto número de países que se han sumado a esta Expo, al alto nivel de las delegaciones extranjeras que la han visitado, y a la calidad de los pabellones nacionales.
Por ello, en esta clausura quiero dirigir un especial saludo - cargado de profunda gratitud - a todos los Estados y Organizaciones Internacionales participantes, que han sabido contribuir a subrayar ante la opinión internacional los estrechos vínculos entre agua y desarrollo sostenible.
La fijación de una temática concreta ha constituido una innovación institucional que enriquecerá el desarrollo de futuras Exposiciones Internacionales.
A este respecto, quiero saludar muy cordialmente a los representantes de Shanghai, Yeosu y Milán que nos acompañan, al tiempo que desearles muchos éxitos en sus respectivos proyectos de Exposiciones para los próximos años.
Deseos de éxito que también formulamos a los representantes de Estambul que acogerá en 2009 el Foro Mundial del Agua.
La Expo de Zaragoza se cierra hoy con la gran satisfacción y el orgullo de haber permitido a España presentarse de nuevo ante el mundo como un gran país moderno y dinámico, con probada capacidad organizativa.
Un país cada vez más eficiente y sensible ante los grandes retos del crecimiento sostenible y sus exigencias de mayor cooperación e innovación.
Así hemos querido presentarnos en esta Expo. Volcando en el pabellón de España, y en los de todas sus Comunidades y Ciudades Autónomas, la vitalidad de nuestra realidad presente y de nuestro compromiso con la construcción de un mundo siempre mejor.
Pero el éxito de esta Exposición no se limita a su desarrollo en los últimos meses.
Su legado se proyectará al futuro gracias al interés de su contenido temático y al valor de las instalaciones de su recinto.
Instalaciones e infraestructuras de primer orden que atestiguan el esfuerzo desplegado, y que han sido concebidas para seguir impulsando el desarrollo económico y social de Zaragoza, de Aragón y, con ello, de España entera.
Antes de concluir, deseo expresar asimismo nuestro agradecimiento a la Oficina Internacional de Exposiciones por su apoyo a este proyecto.
Declaro clausurada la Exposición Internacional de Zaragoza 2008.
Muchas gracias.