M
ucho me alegra presidir la Apertura de esta Trigésimo Sexta Asamblea General Ordinaria de los Comités Olímpicos Europeos.
Dirijo mi más cordial bienvenida al Presidente del Comité Olímpico Internacional, a los destacados directivos y representantes del olimpismo europeo e internacional y a cuantos participan en este encuentro.
Me alegra, asimismo, constatar que la Asamblea ha elegido la hermosa ciudad de Valencia, uno de los centros vitales del Mediterráneo, para reunirse por primera vez en España.
La calidad de los servicios y comunicaciones de esta capital potencia su dinámica economía y su firme compromiso con el deporte, demostrado por sus excelentes instalaciones y por la organización de competiciones internacionales del más alto nivel, como la reciente Copa del América.
Esta Asamblea me brinda la ocasión de recordar el papel esencial de Europa en el nacimiento y expansión del Olimpismo clásico y de los Juegos Olímpicos modernos.
Un papel reforzado por el alcance de la presencia y resultados de los deportistas europeos en el panorama olímpico mundial. Europa, además, acoge la sede del Movimiento Olímpico, liderado por el Comité Olímpico Internacional, así como a numerosas Federaciones Internacionales.
Así, Europa aporta al Olimpismo el respaldo necesario para proyectar sus valores al futuro, valores que fomentan el entendimiento y la paz en nuestra sociedad internacional.
Al mismo tiempo, estoy convencido de que el espíritu olímpico, que esta Asamblea representa, refuerza la cohesión en nuestro propio Continente.
España es un país comprometido con el Olimpismo y vinculado con el Movimiento Olímpico desde sus orígenes.
Baste recordar que el primer medallista español fue galardonado ya en los Juegos de 1900.
La posterior creación del Comité Olímpico Español configuró nuestro apoyo a las geniales propuestas del Barón de Coubertin.
El evidente empuje con que España potencia los deportes, se refleja también en la disponibilidad de la sociedad española para acoger reuniones del Movimiento Olímpico, como el Primer Congreso del Olimpismo en 2006, o para organizar numerosas y destacadas manifestaciones deportivas.
Entre ellas, los Juegos Olímpicos de Barcelona, los Juegos Mediterráneos de Almería, o el reciente Festival Olímpico de la Juventud Europea en Jaca.
Manifestaciones que, sin duda, constituyen una muestra del gran aprecio de los españoles hacia la Familia Olímpica.
Un aprecio que fundamenta y avala las candidaturas que España ha presentado, para organizar nuevas ediciones de los Juegos Olímpicos, tanto de verano como de invierno.
La organización de las más importantes manifestaciones deportivas ha contado con el pleno apoyo de la sociedad española, así como del Parlamento, de los sucesivos Gobiernos y de todas las Autoridades españolas competentes.
Sobre este telón de fondo, destaca el arraigado compromiso del Comité Olímpico Español con los valores olímpicos, que difunde mediante iniciativas ejemplares.
Entre sus grandes logros son dignas de mención las campañas para jóvenes en edad escolar, o la próxima constitución de Ciudades Olímpicas, al servicio del deporte y de toda la sociedad.
El COE ha sabido, asimismo, dar prueba de su experiencia y su capacidad de gestión en la organización de actividades como ésta, en las que sabe coordinarse con las autoridades competentes, para facilitar un trabajo eficaz a todos los participantes.
Desde el permanente respaldo de la Corona al Olimpismo, quiero reiterar a cuantos participan en esta Asamblea mi sincera bienvenida y mejores deseos de éxito, en nombre de España y de los españoles.
Declaro inaugurados los trabajos de la Trigésimo Sexta Asamblea General de los Comités Olímpicos Europeos.
Muchas gracias.