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uiero agradecer a mi buen amigo, el Señor Presidente de la República Portuguesa, Señor Cavaco Silva su hospitalidad e iniciativa para celebrar este Tercer Encuentro COTEC Europa en la querida Lisboa, una de las más hermosas y amables capitales de nuestro Continente.
Mi más cordial y afectuoso saludo al Señor Presidente de la República Italiana, Señor Napolitano, que ha querido prestar su apoyo personal e institucional a esta iniciativa.
Mi felicitación también al Señor Primer Ministro por su respaldo a esta reunión.
Quisiera, además, transmitir mi gratitud a los Señores Presidentes de COTEC Portugal, Italia y España, así como a cuantos han colaborado en la organización de este foro, por su excelente preparación y desarrollo, fiel reflejo del buen hacer internacional de Portugal.
Un buen hacer que estamos convencidos guiará a Portugal en el actual ejercicio de la Presidencia del Consejo de la Unión Europea, contribuyendo con nuevos éxitos al proyecto de integración europeo.
Mi agradecimiento, asimismo, a los empresarios, académicos y políticos que han querido sumarse a esta reunión, aportando sus conocimientos y experiencia al mejor desarrollo de nuestra cooperación.
Con este Encuentro COTEC Europa culmina un primer ciclo, que se inició en Roma en 2005 y continuó el pasado año en Madrid.
Al presidir hace pocas semanas la última Asamblea de COTEC España, subrayé que hemos de aplicarnos a desarrollar los tres lados del llamado"triángulo del conocimiento".
Un triángulo que pretende, por un lado, facilitar el acceso de todos los ciudadanos al más alto nivel educativo posible; por otro lado, impulsar eficazmente la investigación científica y tecnológica; y, en tercer lugar, promover la mejor utilización de estos saberes.
Son tres factores básicos para multiplicar nuestras oportunidades y para seguir promoviendo el crecimiento económico y el bienestar social de nuestros países y ciudadanos.
Sin duda, el mayor activo de que pueden disponer nuestras sociedades es su capital humano. En este contexto, la formación integral de la persona, preparándola para comprender, valorar y aplicar cualquier tipo de conocimiento, constituye la mejor inversión que podemos realizar.
Es evidente que el progreso en materia educativa ha resultado decisivo para situar, en las últimas décadas, a muy distintos países en el grupo de los Estados más avanzados.
Es cierto también que la posesión del conocimiento es condición necesaria, pero insuficiente para lograr el bienestar. Un bienestar que sólo se consigue mediante la transformación del saber en riqueza.
Sin duda, el actual contexto económico global ha transformado las reglas de juego.
Los altos niveles de renta, de que afortunadamente disfrutamos, no nos permiten competir en costes en la abierta economía mundial.
Estamos, pues, obligados a ofrecer productos y servicios que aporten el valor añadido que justifique el pago de un precio más elevado.
Un valor añadido que deriva casi exclusivamente de un mejor y más moderno conocimiento.
Sabemos también que todo nuevo conocimiento se difunde con relativa rapidez, y se encuentra pronto al alcance de los países cuya ventaja competitiva proviene de sus menores costes. Un fenómeno generalmente positivo, toda vez que también nuestros Estados se benefician de mejores productos y servicios y que, al mismo tiempo, nos exige generar continuamente nuevos conocimientos, mediante el desarrollo de la investigación científica y aplicada.
Ahora bien, esa generación y uso del conocimiento, que habitualmente denominamos ?innovación?, constituye un proceso complejo y muy condicionado por las características propias de cada país.
Precisamente en ellas se fundamenta el concepto COTEC. Cada COTEC, en su respectivo país, es capaz de identificar las distintas variables que favorecen o perturban el proceso innovador.
A partir de esa labor de identificación, cada COTEC ha sabido demostrar su eficacia al sugerir actuaciones públicas y empresariales nacionales, que mejoran y multiplican la innovación, en sus facetas de generación y de uso del conocimiento.
Por otra parte, esa colaboración nos beneficia, además, en la medida en que seamos capaces de incorporarla en la definición y desarrollo de las políticas de la Unión Europea en la materia.
El valor y la singularidad de COTEC Europa se encuentra, pues, en su capacidad para facilitar a la Unión una mejor percepción de nuestras peculiaridades comunes, que le facilitan tenerlas en cuenta a la hora de elaborar y aplicar sus políticas en la materia.
En suma, con estos Encuentros COTEC Europa, que para España resultan de especial importancia, no sólo damos visibilidad a nuestro permanente intercambio de experiencias, sino también a la presencia europea de COTEC.
Agradezco el interesante trabajo desarrollado conjuntamente a lo largo de esta reunión que a todos nos estimula y enriquece.
Reitero mi gratitud al Presidente Cavaco Silva por su generosa acogida y a cuantos han contribuido a la excelente realización de este provechoso Encuentro.
Muchas gracias.