M
e llena de especial satisfacción poder inaugurar este Encuentro Empresarial Hispano-Chino sobre oportunidades de negocio en las provincias occidentales de China.
Agradezco a las autoridades nacionales, provinciales y municipales chinas y, en particular, a la ciudad de Chengdú, capital de Sichuán, que tan amablemente nos acoge, su colaboración y apoyo en la organización de este Seminario.
Un Seminario que constituye uno de los actos destacados de la Visita de Estado de seis días que hoy concluimos a esta gran Nación, con la que España desea estrechar unas relaciones de amistad cuyas raíces se remontan muchos siglos atrás.
A lo largo de estos días, hemos volcado los mejores esfuerzos para imprimir un nuevo impulso a nuestras relaciones bilaterales en todos los ámbitos.
Hemos mantenido interesantes conversaciones y entrevistas, al tiempo que hemos inaugurado y visitado importantes exposiciones y muestras de carácter cultural, dentro de la celebración del Año de España en China.
Todo ello hace que esta grata Visita de Estado esté resultando especialmente provechosa para profundizar en el conocimiento mutuo y explorar nuevos campos de cooperación.
Tras visitar Pekín y Shanghai, mucho nos alegra poder estar hoy en Chengdú. Una antigua y populosa ciudad, bien conocida como núcleo de transportes y comunicaciones, así como por la importancia de sus diversos sectores económicos.
Una urbe caracterizada, entre otros muchos rasgos, por sus modernas actividades de investigación y desarrollo, y por la presencia de numerosas instituciones financieras.
No en vano, se atribuye a Chengdú el haber puesto en circulación uno de los primeros papeles moneda de la Historia, lo que refuerza la dimensión de su larga tradición económica.
Desde mi llegada ayer, he podido pulsar el notable empuje de esta capital, reflejo de los numerosos procesos de modernización que experimenta esta Provincia.
Ello hará de Sichuán un motor para el crecimiento del país, con un papel trascendental en el desarrollo equilibrado y armónico de China.
Durante mi reciente estancia en Pekín, he podido repasar con las más altas autoridades de este gran país los avances y las perspectivas de desarrollo que ofrecen nuestras relaciones bilaterales.
Todo ello, contando con el empuje de la Asociación Estratégica Integral suscrita entre nuestros dos países con motivo del Viaje de Estado a España del Presidente Hu Jintao en 2005.
España se ha convertido, a lo largo de las últimas décadas, en un país moderno, abierto y dinámico, marcado por un crecimiento sostenido y una profunda internacionalización de su economía.
Por su parte, China ha logrado ocupar una sólida posición como potencia económica a escala mundial y como destacado mercado para la inversión extranjera.
Sobre estas bases, China y España pueden compartir hoy experiencias y conocimientos destinados a intensificar su cooperación en múltiples sectores de interés mutuo, una tarea que deseamos se extienda a las provincias del interior y del oeste de esta Nación.
Nuestras relaciones económicas y comerciales han aumentado de forma importante, gracias al cada vez mayor número de empresas que están colaborando de forma intensa entre nuestros dos países.
Queda, sin embargo, mucho por hacer hasta situar nuestras relaciones al nivel que merecen dos importantes economías a escala internacional.
Como dije hace unos días en Pekín, debemos ser más ambiciosos, explorar nuevos ámbitos y proyectos de cooperación para ensanchar e intensificar nuestra colaboración económica y comercial.
Para el desarrollo de esta tarea pueden contar con la profesionalidad y la competitividad de las empresas españolas.
Unas empresas que, no sólo han contribuido al evidente progreso de España, sino que poseen una amplia y reconocida experiencia internacional en todos los continentes, y que ocupan una posición de liderazgo en múltiples sectores y en muy distintos mercados.
En suma, el amplio abanico de oportunidades y de instrumentos que hoy presenta la cooperación entre China y España, debe llevarnos a elevar rápidamente el nivel, la amplitud e intensidad de nuestra relación empresarial.
Confío en que la celebración de este Encuentro con ocasión de mi Visita de Estado a China, sirva de punto de partida para promover, aún en mayor medida, el entendimiento empresarial hispano-chino.
Deseo, por ello, animar a todos los participantes en este Encuentro a identificar y concertar nuevas iniciativas y proyectos de cooperación económica en el marco de los contactos y conversaciones que van a mantener.
Espero que, como fruto de ese esfuerzo, el nombre de Chengdú pueda convertirse en símbolo de la creciente amistad entre China y España.
Reitero a las autoridades chinas y, en especial, a las de la Provincia de Sichuan, mi agradecimiento por el apoyo prestado en la organización de este Encuentro Empresarial, así como por su cálida hospitalidad y especiales gestos con que han querido expresarnos su amistad en nuestra Visita de Estado.
Concluyo mis palabras expresando, a todos los participantes en esta reunión, mis mejores deseos de éxitos en sus trabajos conforme al espíritu de estrecha amistad y cooperación que liga a nuestros dos países.
Muchas gracias.