M
uchas gracias por dedicarnos estos Garbanzos cuando acabamos de regresar a Madrid. Sencillo y contundente, el garbanzo es llave que abre las puertas de esta casa y vínculo de unión entre sus habitantes, que generosamente nos invitáis a compartirla.
Los que hoy nos ofrecéis vienen además aderezados con la finura de vuestro ingenio, que corre en esta mesa como el buen vino de la alegría y amistad verdadera, que son los estandartes de esta distinguida Cofradía.
Por tanto, en prenda y como recuerdo de este día, elegimos ofreceros el testimonio del sincero afecto que os profesamos, junto con el deseo de que esta simpática congregación siga dispensando como hasta aquí su envidiable magisterio y su ejemplo de convivencia.