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Palabras de S.A.R. el Príncipe de Asturias al finalizar su Visita Oficial a Galicia

Santiago de Compostela, 18.09.1998

C

oncluye hoy mi visita oficial a Galicia, de la que me llevo muchas y muy positivas impresiones, tras mi recorrido, necesariamente breve, por esta tierra. Estas cinco intensas jornadas me han permitido conocer sus proyectos y realizaciones, tomar el pulso de sus inquietudes y anhelos, y sobre todo, sentirla más, comprenderla mejor.

Galicia está cambiando profundamente y ampliando su horizonte colectivo. Asume lo nuevo integrandolo en lo antiguo y se abre a lo ajeno para mejorar lo que le es propio. He podido comprobar el especial empeño en vertebrar interiormente una Comunidad de geografía tan bella y accidentada y en romper, para siempre, el aislamiento y la incomunicación de otros tiempos para integrarse definitivamente en el proceso de modernización de España y en la construcción de Europa.

El despliegue de sus infraestructuras se ha concebido para garantizar la cohesión territorial, y sobre todo social, en busca de un reequilibrio interno, que entiende la renovación no como un fin en si mismo, sino como un medio al servicio de los ciudadanos y sus aspiraciones.

Me voy impresionado por los muchos pero fecundos contrastes entre la Galicia marinera y la interior, la industrial y la agraria, la urbana y la rural, y sobre todo por la forma en que una y otra coexisten y se complementan en una dinámica creadora de nuevas dimensiones, en una fructífera tensión.

En la misma medida, en Galicia se contrapesan la tradición y la innovación. Es una tierra que quiere conservar su esencia, aquello que la identifica y la diferencia de las demás pero que desea también acelerar los cambios que la puedan transformar para mejor, desde ella misma.

En ese proceso, un generoso espíritu de concertación en todos los sectores e instancias, que apueste por un avance hecho con el concurso de todos, y la más amplia y profunda solidaridad de todas las ciudades y pueblos de Galicia desempeñarán un papel de primer orden.

Pocas veces como en el caso gallego han sido los tópicos tan ampliamente superados por la fuerza de una realidad en trance de cambio. Creo que España tiene la apremiante necesidad de redescubrir Galicia. A ello tenemos que contribuir todos porque España se verá más cohesionada en la medida en que sea más auténtica, se conozca mejor en su variedad y pluralidad, sintiéndose reconfortada por lo común y estimulada por lo distinto.

Mucho he aprendido de mis contactos con el mundo universitario, intelectual y académico; con los empresarios y trabajadores; con los sectores tradicionales de vuestra economía y con cuantos abren, con imaginación y eficacia, un porvenir de innovación; con los creadores de nuevos horizontes culturales, con los medios de comunicación y quienes llevan adelante proyectos de integración social y preocupación medioambiental.

Comprenderán que ha sido especialmente gratificante  para mí el contacto con la juventud gallega, que encarna la Galicia del mañana y en quien recae el honor y la responsabilidad de continuar y culminar la tarea de sus mayores.

A las nuevas generaciones, más capacitadas que nunca, tanto individual como colectivamente, les animo a volar alto y a proponerse los más amplios objetivos, correspondiendo así al esfuerzo que sus conciudadanos han dedicado a su preparación.

A lo largo de estos días he mantenido encuentros muy fructíferos con los portavoces de los diferentes grupos políticos y he podido comprobar también la dedicación de todas las instancias políticas y sociales de esta tierra por resolver los problemas del presente y procurar el progreso y bienestar de todos los gallegos. Les felicito por ello porque al hacerlo, promueven la imagen de una Galicia nueva, más viva y autentica, que crece y quier ser más y, al serlo, engrandece a España. Contad con mi apoyo y estímulo al esfuerzo que estáis realizando para alcanzar un futuro mejor, que todos puedan compartir y disfrutar, y en cuyo recorrido os acompaño.

Non quero remata-las miñas verbas sen agradecer ó conxunto das Institucións, e especialmente ó Señor Presidente da Xunta, tóda-la sua colaboración e apoio que tanto me  facilitaron e axudaron na realización desta visita. E de maneira particular, desexo tamén expresa-lo meu agradecemento a tódalas xentes desta terra, pola súa xenerosa hospitalidade e a afectuosa acollida que me dispensaron. Sabede que me levo para sempre o voso afecto e cariño.

Nestre intre, en que vos preparades a cruza-lo umbral do Terceiro Milenio, anímovos a renovar, o calor das conmemoracións con que ides festexa-lo voso compromiso có  progreso e coa proxección de Galicia, e con ela de toda España, no escenario europeo e universal.

Gracias, Galicia, e ata sempre.

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