V
isitar las instituciones que dedican su trabajo al servicio de los ciudadanos es una obligación que siempre atiendo con interés y satisfacción. Pero quiero transmitirles que hoy vivo esos sentimientos de una manera especial al tener el honor de presidir la inauguración de esta nueva sede parlamentaria y compartir con vosotros este momento. Además, se da la circunstancia de ser este acontecimiento el feliz motivo de mi primer encuentro formal con el Parlamento de la Comunidad Autónoma de Madrid. Por tanto, como Heredero de la Corona, pero también como madrileño, recordaré este día con especial afecto. Muchas gracias por vuestra cordial invitación. Saludo en vosotros a los representantes del pueblo de la Comunidad de Madrid, a quienes corresponde considerar y debatir sus problemas, intereses e ilusiones, y buscar fórmulas de concierto que, recogiendo las diversas posiciones de los grupos que constituyen esta Cámara, promuevan el ejercicio de la libertad, sean escuela de democracia y garanticen el progreso económico y social de la colectividad. Iniciáis una nueva etapa en vuestra labor. Los resultados ya conseguidos y la experiencia acumulada durante los pasados quince años va a continuarse ahora con mayor amplitud en el marco del Estatuto de la Comunidad recientemente reformado y completado y de las transferencias competenciales nuevas y tan significativas para el desarrollo de la colectividad como las de la sanidad o la educación no universitaria. Este edificio simboliza por sí mismo un proyecto de innovación. Al situarlo en este Madrid del Sur y en el popular barrio de Vallecas, expresáis vuestra voluntad de apertura al porvenir y aproximación incluso física a sus problemas concretos y específicos, y actualizáis la historia escrita bajo los techos del viejo caserón de San Bernardo, convirtiéndola en un proyecto de porvenir más compartido por todos los madrileños. Un proyecto de vanguardia que expresa también el diseño de este edificio, y en particular la utilización como principal elemento constructivo del cristal, símbolo de apertura y transparencia. Estas van a ser, como han sido siempre, las notas distintivas de vuestra actividad. La Comunidad de Madrid nació con el propósito de aunar y proyectar los recursos y posibilidades de su ámbito territorial y las energías de sus habitantes en un molde nuevo y por el camino sugestivo y no estrenado que marcaba la Constitución. Conforme a la vocación y a la historia de Madrid y los madrileños, este camino ha sido siempre también de todos y para todos los españoles, un propósito de cooperación y armonía con el conjunto de las Comunidades Autónomas que juntas constituyen la España de nuestros días. No habéis vacilado en romper viejos tópicos para mostrar el verdadero y conocido rostro de esta tierra y de sus hombres y mujeres: un lugar de llegada y acogida de muchas trayectorias e iniciativas, que aquí prenden y fructifican con imaginación y sin egoísmo. Acometer nuevas metas, sin temor al pasado ni al futuro, es signo distintivo de juventud. Os animo a mantener este talante y a reservar en vuestra tarea el puesto que les corresponde a las nuevas generaciones de madrileños, que han de recoger vuestro testigo para continuar y completar los objetivos que os habéis marcado. Con el deseo de que las ilusiones de hoy se hagan pronto fecundas realidades, y con la confianza puesta en vuestra dedicación al bien común, que entre todos habéis de conseguir cada día, declaro inaugurada la nueva Sede de la Asamblea de Madrid.