S
eñor Presidente,
Muchas gracias por vuestras generosas palabras y amistosa bienvenida.
Sentimos una vez más la satisfacción de acudir, aceptando vuestra amable invitación, y en el Año Centenario de su Declaración de Independencia, a esta "tierra adorada, hija del Sol de Oriente", que cantó el poeta José Palma en la primera versión del Himno Nacional de Filipinas, escrito en español en 1899.
Venimos a compartir con el pueblo filipino, al que tan dignamente representáis desde su más alta magistratura, la alegría de esta conmemoración y su significado histórico.
Celebro reiterar solemnemente en esta ocasión la amistad y hermandad que vive y deseamos crezca aún más entre nuestros dos países, al amparo de la libertad y la democracia.
Compartimos plenamente, en nombre propio y en el de todos los españoles, el espíritu con que abordáis esta celebración, abrazando el pasado para avanzar, con orgullo y confianza, hacia el futuro.
Con estos sentimientos os invito a brindar por el progreso del pueblo filipino y de sus proyectos de paz y desarrollo, por los vínculos fraternales que nos unen y por la ventura personal de Vuestra Excelencia y vuestra esposa y familia, así como por el éxito de este Centenario.
¡ Mubuhay !