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eseo expresarles mi satisfacción al encontrarme de nuevo entre ustedes en esta reunión del Consejo España-EE.UU. que tantos logros ha obtenido en sus cuatro años de existencia.
Durante este periodo he podido comprobar el esfuerzo y la dedicación que han puesto en el desarrollo de esta institución.
Iniciativas de esta naturaleza resultan útiles para implicar progresivamente a la sociedad civil de ambos países en los proyectos de nuestros dos Gobiernos destinados a impulsar unas relaciones bilaterales especiales, caracterizadas por la singularidad de una historia compartida y por la defensa de unos valores comunes.
El Consejo ha sabido centrar con gran éxito la cooperación bilateral en campos diversos como el económico, el comercial, el científico o el cultural, pero sin duda aún hay margen para proseguir esta tarea.
En particular, me referiré a nuestras relaciones comerciales bilaterales, ya que creo que el Consejo puede prestar una valiosa ayuda a nuestros respectivos sectores productivos para relacionarse más intensamente y reducir el tradicional desequilibrio de nuestra balanza comercial bilateral. No debemos olvidar que España figura aún en una modesta posición como proveedor de EE.UU., aunque posee un gran potencial para desarrollar su presencia en los mercados norteamericanos.
Estrechamente relacionado con lo anterior, habría que continuar la labor de mejorar la imagen que nuestros dos países se proyectan mutuamente. Creo que debemos esforzarnos para que la España de hoy, en sus diversos aspectos políticos, económicos, culturales y sociales, sea más y mejor conocida en EE.UU. Por consiguiente, todo proyecto dedicado a divulgar la España actual será siempre positivo.
Asimismo, y dada nuestra historia común, existe una buena parte de EE.UU. donde la impronta española es una realidad vibrante. El Consejo España-EE.UU. tiene en este terreno una importante labor que desarrollar con vistas a preservar y potenciar el acervo común.
Por otra parte, estamos asistiendo en la sociedad norteamericana al florecimiento de una comunidad hispana, con un protagonismo cada vez mayor en la vida política y económica. Creo que España debe hacer todo lo posible por acercarse más a ella, y me alegra saber que están ustedes trabajando en diferentes proyectos al respecto. No debemos olvidar que una más estrecha relación con el mundo hispano de EE.UU. redundará en un mejor conocimiento mutuo. Conviene tener presente que, a medio plazo, esta comunidad también contribuirá a desarrollar las relaciones entre EE.UU. e Iberoamérica, región prioritaria para la política exterior española, con cuyas naciones mantenemos vínculos tan estrechos.
Les felicito a todos por el trabajo que desempeñan y les animo a impulsar nuevas iniciativas que contribuyan a reforzar nuestras relaciones bilaterales.