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ara mí es un honor y una gran satisfacción inaugurar los Segundos Juegos Aéreos Mundiales en esta ciudad de Sevilla, siempre tan hospitalaria con los acontecimientos de alcance universal.
Nos sentimos muy orgullosos de acoger en España estos Juegos del Aire. Por eso quiero que mis primeras palabras sean de reconocimiento al Presidente y Junta Directiva de la Federación Aeronáutica Internacional, que nos han confiado la organización de este acontecimiento.
Mi más cordial bienvenida a los más de dos mil quinientos deportistas que, representando a cincuenta y cinco países, vais a participar en estas competiciones. Os deseo que podais disfrutar durante estos días de las especiales ventajas que reúne España para su desarrollo, al que ofrece un amplio espacio aéreo de libre circulación, y excepcionales condiciones meteorológicas.
Como piloto y deportista, me considero personalmente vinculado a la práctica del deporte aéreo, al que auguro un gran porvenir, pues, además de la camaradería y competitividad propiamente deportivas, tiene unos rasgos específicos, y en concreto técnicos y de afición a la aventura, que lo hacen aún más atrayente.
Para nosotros ésta es, además, una excelente ocasión para fomentar el interés de los jóvenes, los profesionales y las empresas españolas por las tecnologías relacionadas con la aviación deportiva, y progresar, a través de ellas, en un sector estratégico y de vital importancia.
Reitero mi confianza a la Real Federación Aeronáutica Española y al Real Aero Club de España, por la dedicación y eficacia con que han asumido la compleja organización de los Juegos.
Y felicito a las Instituciones, entidades y patrocinadores, y en particular a la Junta de Andalucía, nuestra principal anfitriona, por su compromiso con este gran evento deportivo, que estoy seguro contribuirá a un mayor conocimiento y aprecio del deporte aéreo, y a reverdecer los laureles conseguidos por deportistas españoles en anteriores competiciones.
Declaro inaugurados los II Juegos Aéreos Mundiales.